“La gente ya no le tiene miedo al virus, le tiene miedo al hambre”, advierte médico infectólogo

El especialista Jorge Panameño indica que la apertura gradual de la economía requiere un plan, que hasta el momento no se conoce a cabalidad.

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Las banderas blancas por falta de alimento aparecieron desde el segundo mes de confinamiento domiciliar. Foto EDH / Archivo

Por Evelia Hernández

2020-06-09 6:50:28

A más de 80 días de confinamiento domiciliario y el vacío legal ante una declaratoria de emergencia nacional bajo el decreto 29 anunciado por el Ministerio de Salud, los salvadoreños han empezado a trabajar bajo la clandestinidad, utilizando sus propios protocolos de higiene y seguridad ante la falta de una directriz del Gobierno.

El médico infectólogo, Jorge Panameño, advierte que extender por más tiempo un confinamiento domiciliario para las familias salvadoreñas podría desencadenar una convulsión social en donde la gente puede salir a saquear negocios. Agrega que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que las cuarentenas ya no son parte de las estrategias a seguir para detener el virus, a lo que se suma la incertidumbre sobre qué fecha en realidad habrá una reapertura de la economía.

“Ya la gente se agotó y nosotros lo señalamos, sino tenemos planes, si no tenemos las cosas en orden la gente se va salir por hambre, que es lo que estamos viendo. La gente ya no le tiene miedo al virus, a los soldados. Le tiene miedo al hambre”, afirma el especialista.

La promesa del presidente Nayib Bukele de abrir de forma gradual la economía podría cumplirse el lunes 15 de junio. Días atrás, el mandatario afirmó que más de 800 puntos de seguridad serían desplegados en diferentes puntos para garantizar la confinamiento domiciliario; sin embargo, algunas colas por el flujo de tráfico y ciertos negocios abiertos pudieron observarse ayer.

“Como Colegio Médico lo veníamos señalando, si no se organizaba esto y se tenía un plan, la gente se iba salir por desesperación, y claro que puede haber una consecuencia de esto, por supuesto que sí. Pero esto tenía que haberse previsto. La gente ya no aguanta. La necesidad es tal que la gente tiene que decidir entre el hambre y el virus”, reitera Panameño.

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El experto en prevención de enfermedades infecciosas explica que el desorden al reabrir los negocios era de esperarse, debido a que la gente desconoce el plan de apertura escalonada de la economía y, por tanto, era necesario cambiar de estrategia porque es imposible cambiar abruptamente un confinamiento domiciliario, debido a que puede generar consecuencias sanitarias, pues se requiere de educar más a la población y el riesgo es que, por desesperación, las personas pueden comenzar a reabrir sin seguir las normas contenidas en la legislación relacionada a la emergencia. En las calles ya se percibe que la gente quiere seguir protocolos, pero no se los han dado a conocer, considera Panameño.

“La gente no es rebelde, ni se quiere infectar. Es la necesidad, y si continúan estos confinamientos, lo que va a generarse es una convulsión social mayúscula… A eso nos enfrentamos si no tomamos las medidas inmediato”, agregó el médico.

Según el especialista, el riesgo de reabrir los comercios de una forma desordenada se debe a que el Gobierno no se preparó cuando debía hacerlo. “Han sido más de 80 días que Salud ha tenido desde febrero. Más de 120 días que era el tiempo para prepararse con anticipación de todas las fases que un equipo profesional de expertos hubiese advertido. Desde el momento que se mandó al primer confinamiento de 30 días, desde ahí tenían que estar hechos los planes en los diferentes escenarios”, señaló el especialista.

Transmisión del virus a la baja

El cirujano y epidemiólogo Roberto Vidrí detalla que el promedio de contagio de una persona infectada a otra va en descenso, ya que según cálculos de Reproducción efectiva (Rt) actualizado hasta el 7 de junio ha bajado a 1.69.

“Un Rt es el promedio que una persona con coronavirus infecta a otras. Cuando hablamos de 1.6 más o menos, es un dato bastante alentador. En teoría un infectado no está infectando ni siquiera a dos personas en El Salvador”, explico Vidrí.

El epidemiólogo argumenta que “no todo El Salvador debe estar cerrado. Nosotros hemos hecho parte del análisis de áreas de Morazán. Tienen como 11 casos. No hay porque tener todo el departamento cerrado. Esto se debe hacer también a nivel departamental. Así, se toman medidas ‘regionales’ según el Rt de la zona”, detalla.

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Así se “relajan” medidas de distanciamiento en áreas con un Rt aceptable o se incrementan medidas en regiones con valores más elevados, agrega el especialista.

El cálculo del promedio de contagio se hizo en coordinación con el profesor Hsiu-Hsi Chen acompañado de un equipo del Instituto de Epidemiología y Medicina preventiva de la Universidad de Taiwan y el Colegio Médico.

Vidrí detalla que si la reapertura económica no se hace de una forma escalonada, habría un aumento de casos. “Personalmente creo que El Salvador ya estaba listo para una reapertura que debía haberse hecho con una valoración técnica de una forma ordenada”, señala.

El médico agrega que reabrir los comercios de forma desordenada tiene repercusiones fuertes. “Es difícil de proyectarse, puede que se dé un incremento de casos, pero más que esté abierto o cerrado el país, lo importante es que la gente esté respetando las medidas de higiene y distanciamiento social. El mundo alrededor de El Salvador ha continuado”, explica el especialista.