Edgar Ochoa, el buzo mexicano que explora las aguas de Ilopango
El profesional de buceo científico y biólogo marino explica el impacto negativo del equipo de pesca abandonado en el mar, lagos, lagunas y ríos, pues afecta no solo al medio ambiente, sino a la economía mundial.
El experto en buceo y biólogo marino, de origen mexicano, Edgardo Ochoa, visitó el país recientemente para desarrollar una ponencia sobre el impacto del material de pesca abandonado en el mar y los daños que causa, no solo en el ámbito ambiental sino en el económico.
El pasado 15 de septiembre, el biólogo marino se sumergió en el lago de Ilopango, específicamente en el sitio conocido como la Caldera del Diablo, donde hay actividad de fumarolas.
Ochoa tenía varios años queriendo realizar una inmersión en ese lugar, en esta ocasión en que lo hizo encontraron una red que tenía una medida de entre 15 y 18 metros de largo y pesaba 13 libras.
Un día después, el 16 de septiembre, desarrolló la ponencia denominada “Impacto del equipo de pesca abandonado en ecosistemas marinos”, en la Universidad Francisco Gavidia, en la que destaca los efectos de este fenómeno de dejar los implementos de pesca, ya sea en el mar, en lagos, lagunas o ríos, y de cómo dañan a las especies de peces y a otros animales.
“Lo de las mallas, para mí, fue un accidente, yo ya las había visto muchas veces y, según yo, no era difícil sacarlas, y comencé a ver cómo se podían sacar. Particularmente en Panamá yo ya había visto una que era inmensa y pesada, y hace como tres años, con el apoyo del gobierno de Panamá que ofreció el servicio aeronaval, la sacamos. El impacto fue mucho y ese gobierno se interesó en que eso era un problema. Pesó como media tonelada”, relata el experto.