Dispareunia, cuando el dolor arruina el buen sexo

El llamado coito doloroso es más común de lo que muchas mujeres creen. Existe una diversidad de causas que pueden ocasionarlo, desde físicas hasta emocionales.

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Foto EDH / Shutterstock

Por Rosemarié Mixco

2019-08-06 4:30:39

María Teresa tiene 47 años y al menos desde hace 3 sufre de incomodidad y dolor durante las sesiones sexuales con su esposo. Está consciente de que en la actualidad atraviesa por el climaterio y que su organismo registra una diversidad de cambios hormonales, pero esas molestias le afectan no solo físicamente sino también de forma emocional.

Ha conversado con su pareja sobre su situación, pero siente que él se ha preocupado poco. Esa falta de interés también la afecta y no termina de hacerse de valor para conversarlo con su médico.

Si ella logra superar esa timidez y pedir ayuda a un especialista, descubrirá que las relaciones sexuales dolorosas son más comunes de lo que imagina entre el sexo femenino.

El coito con dolor es conocido entre los médicos como dispareunia y puede producirse por una diversidad de razones, que van desde problemas estructurales hasta preocupaciones psicológicas, según la Clínica Mayo.

La también ama de casa y madre de dos hijos suele experimentar la molestia al inicio de la penetración. Aunque a medida que pasan los minutos la incomodidad disminuye, al terminar el encuentro sexual el dolor persiste por varias horas.

La sexóloga y psicoterapeuta española Rosa Abenoza, del Instituto de Medicina Sexual de Madrid, explicó al sitio Efesalud que el coito doloroso es frecuente en mujeres que han pasado por un parto, pero sobre todo en las menopáusicas.

“La mucosa se atrofia, se puede abrir como cuando se nos cortan los labios y aparecen pequeñas heridas, lo que causa molestias en las relaciones sexuales”, detalla la especialista.

El ginecólogo y sexólogo Marcos Javier Cuerva, en artículo elaborado por Hans Klaus Techt para la agencia EFE, afirmó que entre “un tercio y la mitad de las mujeres experimenta algún tipo de patología sexual, como bajo deseo, dificultad para la lubricación, dolor durante el sexo, falta de placer o la incapacidad para alcanzar el orgasmo”.

Por ello es tan importante brindar un acompañamiento a las mujeres y ofrecerles asistencia especializada de una forma multidisciplinar. Obviamente, la participación de la pareja es crucial.

La buena comunicación con tu pareja es clave para contrarrestar este padecimiento. Foto EDH / Shutterstock

¿Por qué pedir ayuda?

Si en las relaciones sexuales sientes dolor al iniciar la penetración, te causa molestia cada movimiento o el hecho de colocarte un tampón, podrías enfrentar un cuadro de dispareunia.

También se presenta como un dolor intenso durante todo el coito. La incomodidad puede causarte ardor o un dolor punzante, que puede prolongarse por horas después del encuentro.

Las causas varían según cada individuo. Al sufrir estas molestias de forma recurrente es tiempo de visitar al especialista. En el caso de María Teresa, ella debe acudir primero con su ginecólogo.

Al hablar de su situación, ella logrará atacar el problema desde la raíz y así recuperará la salud sexual y emocional, que redundará en una imagen personal más atractiva.

Nunca olvides que la buena comunicación es esencial en una pareja, por lo que no debes enfrentar sola este padecimiento. Convérsalo, tal vez lo único que necesitan es cambiar la rutina sexual, como probar nuevas posiciones. Por ejemplo, colocarte arriba te permite controlar la profundidad de la penetración.

Durante el encuentro sexual, habla con tu pareja e infórmale cómo y cuándo te sientes bien y qué es lo que te molesta o incomoda. Si necesitas que vaya más lento, díselo.

Otra recomendación es no acelerar la sesión. Prolonga los juegos previos y exploren juntos qué estimula más tu lubricación natural. Retrasa la penetración hasta que te sientas suficientemente excitada.

A continuación, te ofrecemos más información sobre este tipo de patología sexual, según lo detallado en el sitio web de la Clínica Mayo.

El dolor durante el comienzo de la penetración podría deberse a varias razones:

* Falta de lubricación. Cuando no hay suficiente juego previo puede sufrirse de dolor, aunque otra causa puede ser una disminución en los niveles de estrógeno tras la menopausia o el parto, o durante la lactancia. También hay ciertos medicamentos que afectan la excitación, disminuyendo la lubricación. Estos pueden ser antidepresivos, medicinas para la presión arterial alta, sedantes, antihistamínicos y algunas pastillas anticonceptivas.

* Lesiones, traumatismos o irritación. Incluyen lesiones o irritación por un accidente, cirugía pélvica, circuncisión femenina o cortes efectuados durante el parto (episiotomía).

* Inflamación, infección o trastorno en la piel. Una infección en la zona genital o en las vías urinarias puede causar dolor, como el eccema.

* Vaginismo. Estos espasmos involuntarios de los músculos de las paredes de la vagina pueden hacer que la penetración sea muy molesta.

* Anomalía congénita. Un problema presente al nacer, como una vagina no formada completamente (agenesia vaginal) o el desarrollo de una membrana que bloquea la abertura vaginal (imperforación del himen).

Si el malestar es intenso, podría deberse a algún otro mal. Algunas posiciones lo incrementan y también las alteraciones emocionales.

* Algunas enfermedades y afecciones. La lista comprende la endometriosis, la enfermedad pélvica inflamatoria, el prolapso uterino, el útero retrovertido, los fibromas uterinos, la cistitis, el síndrome del intestino irritable, las hemorroides y los quistes en los ovarios.

* Cirugías o tratamientos médicos. Las cicatrices de cirugías pélvicas, como la histerectomía, pueden causar dolor al tener relaciones sexuales. Los tratamientos médicos para el cáncer, como la radiación y la quimioterapia, pueden causar cambios que hacen que los encuentros sexuales sean dolorosos.

* Problemas psicológicos. Ansiedad, depresión, preocupaciones sobre la apariencia física, miedo a la intimidad o problemas en la relación pueden contribuir a un bajo nivel de excitación y, en consecuencia, a la incomodidad o el dolor.

* Estrés. Los músculos del suelo pélvico tienden a tensarse como respuesta al estrés que sientes en tu vida. Esto puede contribuir al dolor durante las relaciones sexuales.

* Antecedentes de abuso sexual. No todas las mujeres con dispareunia tienen antecedentes de abuso sexual, pero, si has sufrido abuso, esto puede influir en las incomodidades.