“Death Stranding”, el videojuego que rompe el molde en 2019
El desarrollador japonés Hideo Kojima estrenó ayer su primera creación desde que rompió relaciones con la compañía Konami en 2015, y tiene una importante misión: que sus jugadores disfruten la historia pero también que se conecten entre ellos y sientan que no están solos.
Hideo Kojima es una superestrella del mundo de los videojuegos y su nuevo proyecto, “Death Stranding”, llegó ayer a todo el mundo (Play Station) poniendo punto y final a más de tres años de misterio. Su propuesta es una experiencia que rompe moldes y que habla sobre la “conexión” entre los seres humanos.
“Trump está construyendo un muro y el Reino Unido va a dejar la UE. En este juego usamos puentes para conectar cosas, destruirlos los convierte instantáneamente en muros (…) Espero que los jugadores piensen sobre ello”, señaló recientemente el creador japonés en una entrevista con la BBC.
“Death Stranding” traslada a los jugadores a un territorio —Estados Unidos— asolado por una catástrofe en el que dan vida a Reedus, un repartidor que entrega paquetes entre las comunidades aisladas de ciudadanos y cuya misión es volver a conectar la red de comunicaciones del país.
Uno de los elementos que descolocó a los seguidores en las primeras imágenes develadas del juego fue que Norman Reedus hace su trabajo mientras carga con un Bridge Baby (BB), lo que parece una incubadora portátil con un bebé.
Las imágenes de “Death Stranding” sorprenden por su hiperrealismo. El motor gráfico empleado (Décima), ha llevado al límite el realismo de las escenas, con evocadores paisajes naturales y escenas que parecen sacadas de una película real.
La propuesta flirtea con el cine: de sus más de 50 horas de juego, siete son escenas cinemáticas, y en ellas un elenco propio de una gran superproducción de Hollywood encarna a los personajes principales.
Norman Reedus (“The Walking Dead”) es el protagonista del videojuego junto a actores como Mads Mikkelsen (“Hannibal” y “La caza”), Lea Seydoux (“La vida de Adèle”), Lindsay Wagner (“La mujer biónica”), Guillermo del Toro y Margaret Qualley (“Había una vez en Hollywood”).