Ordenar a todos los salvadoreños que pasen confinados en sus viviendas otros 15 días no acabará con la pandemia del COVID-19 en el país, y plantear este nuevo encierro como única solución es un error por parte del Ejecutivo. Con esa contundencia se expresaron tres médicos especialistas consultados por El Diario de Hoy.
“El ministro de Salud (Francisco Alabí) se autodescalificó cuando dijo que si la gente se quedaba en su casa 15 días, el virus desaparece. Eso es falso”, comentó Rolando Cedillos, jefe del servicio de Infectología del Hospital Rosales. “Las autoridades deberían dejar de pretender convencer a la población con ilusiones falsas”, reclamó.
Igualmente crítico se mostró el médico salubrista Ricardo Lara, quien dijo que “es preocupante que el Ejecutivo solo enmarca su visión en cuarentena. La falta de un plan claro demuestra que lo más fácil es decretar cuarentena, y ya demostraron que El Salvador ha tenido más de 80 días de cuarentena, mal manejada. Que reconozca el Ejecutivo cuáles fueron los errores que cometieron, para haber fracasado en la cuarentena más larga a nivel mundial”.
Pruebas, búsqueda y cercos
La clave para frenar la pandemia no pasa por un nuevo confinamiento, sino por la ubicación de los lugares donde hay alto número de brotes, para luego identificar a las personas enfermas y aislarlas, así como monitorear a quienes hayan tenido contacto con los contagiados.
“Lo que ha demostrado funcionar para frenar la pandemia sigue siendo lo mismo: hacer pruebas, detectar a los contactos, aislar a los enfermos y tratar a los enfermos”, explicó Cedillos.
Esta acción, sin embargo, implica un problema de recurso humano, pues según el especialista, “en un país como El Salvador deberíamos tener no menos de mil personas, apoyados por voluntarios en miles, para localizar los contactos, aislarlos, cuarentenarlos y monitorizarlos”, pero no se cuenta con esta cifra de personal destacado en esa función.
Cedillos tiene claro que no existe este número de personas detectando casos ni dándoles seguimiento en el territorio nacional, y lo ilustró desde el conocimiento que tiene como médico destacado en el principal hospital público de referencia, el Rosales: “nunca la tuvimos la gente suficiente. En tiempos normales, en el Rosales usted tenía que pasar tres días esperando una cama para hospitalizarse. Nunca hemos tenido la capacidad”.
El infectólogo Mario Gamero insistió en que la clave es que “se haga una búsqueda de los casos, en forma bien activa, y a la vez tener en control a las personas” que estén contagiadas, pero lamentó que hay un elemento que no se puede controlar y es el factor cultural que tienen muchas personas en El Salvador, de no quedarse en casa a pesar de tener síntomas.
“La gente enferma a veces sale a la calle, y ahí ha caído ya gente fallecida. No guardan distanciamiento, salen enfermos, son irresponsables”, lamentó Gamero.
“Los casos asintomáticos son los que podrían estar dando problemas. Quienes no tienen mucha sintomatología son los que andan diseminando el virus por todos lados”, subrayó; igual dijo no estar de acuerdo con el tipo de confinamiento que está impulsando la administración Bukele.