El domingo fueron traídas a El Salvador 1 millón de vacunas CoronaVac, del laboratorio farmacéutico chino Sinovac, la mitad de lo que el gobierno salvadoreño le ha comprado. Con ellas promete aplicar las dosis a docentes, personas mayores de 50 años y pacientes con males crónicos.
El ministro de Salud, Francico Alabí, destacó que con este cargamento de vacuna se completará la vacunación del personal de salud, maestros, bomberos, policías y docentes, entre otros trabajadores no sanitarios. No obstante, tampoco declaró cuántos salvadoreños serían inmunizados con este nuevo lote.
Además, la compra de 1 milón de vacunas de CoronaVac se realizó sin la validación del Comité Asesor de Imnunizaciones (CAPI), reveló Iván Solano Leiva, miembro del ente asesor. La decisión de la compra tomó por sorpresa hasta los técnicos de vacunas del Ministerio de Salud (Minsal).
“En la última sesión del CAPI que fue en marzo, nos presentaron la propuesta (vacuna) con la idea que validáramos la autorización del uso de emergencia de parte del CAPI para utilizar la vacuna. La resolución del CAPI fue que no habían datos suficientes. Era una vacuna con buen prospecto, pero que no habían datos para dar una autorización de uso de emergencia, pero más no sabíamos que ellos ya lo tenían planeado, entonces esto se da sin la autorización académica del CAPI”, aclaró Solano Leiva.
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A juicio del especialista, como siempre, ante las falencias de la ley, el Gobierno en curso hace sin tomar en cuenta la opinión técnica. “Las decisiones de Salud Pública deberían ser tomadas por expertos y no por politiqueros. Esta no es la primera vez que El Salvador desestima a los expertos en salud para aplicar sus políticas”, señaló el infectólogo.
Sin embargo, aclaró que la validación del comité no es obstáculo, ya que la función de este solo es de asesorar. “No hay autorización del CAPI, eso no es obstáculo por la Ley de Vacunas, porque no está obligado el Gobierno, cosa que en otros países el CAPI, pero en El Salvador la ley pone al CAPI como un ente asesor y dar una recomendación. Las autoridades deciden si seguir o no”, añade.
La llegada del cargamento de un millón de vacunas también tomó por sorpresa al personal técnico del Minsal, quienes, dijeron bajo anonimato, que desconocían sobre la llegada del lote.
El CAPI sugería al Gobierno esperar los estudios concluyentes del biológico de Sinovac, ya que este solo había presentado los estudios clínicos de la fase I y II, debido a que estudios preliminares de la fase III en Brasil, exponía una eficacia del 50 %.
“Estudios de la Universidad Católica de Chile presentó ante la eficacia de vacuna, después de dos dosis hablaba de un 90 %, sin embargo el estudio no ha sido validado, por eso es importante publicar en revistas científicas, en la cual se permita validar los datos y porque están pendiente más datos de estudio”, señaló Solano.
El médico destacó que tampoco esta vacuna ha sido autorizada por la OMS por la falta de resultados concluyentes. Pero dejó claro que ante el contexto de una pandemia en la que hay escasez y no hay disponibilidad de vacunas, hay que aplicársela.
Solano dijo desconocer en que fecha la Dirección Nacional de Medicamentos (DNM) autorizó el uso de emergencia de esta vacuna.
Para Solano Leiva, esta vacuna tiene mucha menor capacidad de producir respuesta inmune, de dar protección, que las vacunas de virus vivos y que de las otras que estamos escuchando para hacerle frente al COVID-19.
Además, una ventaja que le atribuyen es que se mantiene a una temperatura de 2 a 8 grados centígrados, lo que permite su almacenamiento en un refrigerador estándar.