Agente José David Martínez Figueroa/ Foto cortesía
Tampoco fue alcanzada por la póliza de seguro de vida que él pagaba en vida; todos estos beneficios le han sido otorgados a su primer hijo que tuvo con su primer pareja, una agente policial que hace 19 años murió en un accidente de tránsito.
El agente, luego de enviudar, rehizo su vida y formó un nuevo hogar adonde se llevó a su primer hijo y nunca modificó ni en la Policía ni en la aseguradora, que no solo era papá de un hijo sino de una niña, por lo que tras su muerte, ella quedó desprotegida. A pesar que si está asentada como su hija.
Tras el asesinato del policía, los otros parientes se llevaron al muchacho y ellos decidieron administrar los beneficios que le dejó vía indemnización y pensión, dice el familiar.
“Hay becas para los niños hijos de agentes asesinados, pero en la Corporación a la mamá le dijeron que para su pequeña hija no hay nada”, explicó el familiar. Ahí surge la inquietud ¿donde está la ayuda que como familia dependiente del agente muerto le van a dar a su hija y a su madre, ellas han quedado en la calle”, reiteró.
Con su nueva pareja, el agente Martínez Figueroa convivió 16 años y como fruto de esa relación nació la niña que ahora ha quedado en total desamparo.
La principal fuente de ingresos de esa familia era el sueldo del agente Martínez Figueroa con 20 años de servicio en la División Víctimas y Testigos, y también tuvo un paso en la División de Tránsito Terrestre.
Para complementar esos ingresos, la señora del agente tenía un negocio que debido a la conmoción y el pánico que provocó su muerte lo cerró y solo quedaron con una deuda que sobrepasa los $1,800 y que por el momento no tiene como pagar.
Pero luego de los funerales, la Corporación Policial y especialmente Bienestar Policial en su seguimiento no los tomó en cuenta “no preguntaron cómo sobreviven; vinieron los gastos de fin de año y ahora la entrada a clases; el pago de colegiatura, pero los representantes de la Corporación no fueron adonde esa pobre mujer a decirle en qué le podemos ayudar”, cuestiona el pariente.
Sumado al dolor por la pérdida del agente, a la niña le detectaron miopía y astigmatismo severo (curvatura irregular), además hace 15 días por un accidente se le quebraron sus lentes y ahora, dice el familiar, la madre no tiene el dinero para comprarle otros.
“Yo necesito ayuda profesional y psicológica urgente para la niña, ella no acepta que su padre está muerto, todos los días lo llora, ella pregunta porqué lo mataron, porqué su papito ya no está, todos los días le escribe y le habla”, describió.
Según los parientes, la pequeña era muy apegada a su padre y para coincidencia el día de su nacimiento fue un 17 de junio, el Día del Padre. Esos son momentos tristes que complican la vida de madre e hija. “La niña le dice a su madre, no quiero que en mi cumpleaños me vaya a comprar un pastel ni nada que me vaya a ponerme porque eso mi papá me lo da… y luego dice y ahora quien me va a dar todo eso… son cosas que crean mucha tristeza… Ahora la niña no puede oír a otros niños hablar o mencionar a su papá porque ella recrea todo su sufrimiento y cae en crisis”, relata el familiar.
Asegura que el agente Martínez Figueroa tenía su hoja de antecedentes en blanco, era un policía, un compañero de vida y un padre ejemplar, expresó un conocido suyo.
Amigos y compañeros policías han manifestado que es curioso que el agente Martínez Figueroa se convierta en el segundo escolta de la División de Protección a Víctimas y Testigos en ser asesinado en cuatro años, casi de la misma forma, ejecución.
Algunos agentes que no quisieron comprometerse, han asegurado que temen que por ser escoltas que manejan mucha información podría comprometerlos. Temen ser las siguientes víctimas.
Por eso temen que las investigaciones no avanzan y éstas en lo que se ha filtrado, desligan casi en su totalidad a las pandillas.