La inversión extranjera directa en El Salvador frente a Centroamérica: retos y oportunidades
El dinamismo de nuevos proyectos marca un giro para El Salvador, que busca consolidarse como un destino atractivo para la inversión global.
Por
Evelyn Alas
Publicado el 21 de agosto de 2025
La Inversión Extranjera Directa (IED) es clave para el desarrollo en Centroamérica, pero El Salvador sigue rezagado. En 2024 captó $640 millones, un 11% menos que en 2023 y apenas el 4,4% del total regional. Costa Rica lideró con $5,298 millones, seguido por Panamá ($3,240 millones), Guatemala ($1,694 millones), Nicaragua ($1,352 millones) y Honduras ($1,309 millones). Pese a la brecha, hubo anuncios históricos: $2,100 millones en proyectos, incluyendo la concesión de puertos a YILPORT y una planta de Grupo Bimbo. Con seguridad mejorada y potencial de nearshoring, El Salvador enfrenta el reto de construir un entorno más competitivo.
La Inversión Extranjera Directa (IED) se ha consolidado en los últimos años como uno de los principales motores del desarrollo económico en Centroamérica.
Su llegada implica recursos frescos, generación de empleo, transferencia tecnológica y nuevas oportunidades de exportación. Sin embargo, los datos más recientes muestran una fuerte disparidad entre los países de la región: mientras Costa Rica y Panamá baten récords de atracción de capital, El Salvador continúa rezagado.
El Salvador: el que menos inversión atrae
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), El Salvador captó $640 millones de dólares en IED en 2024, un 11% menos que en 2023.
Aunque esta cifra representa el segundo total anual más alto desde 2018, apenas significó el 4.4% del total recibido en Centroamérica ese año.
La comparación regional es contundente:
- Costa Rica fue el líder indiscutible con $5,298 millones de dólares, el nivel más alto de su historia, y que equivale a más de ocho veces lo recibido por El Salvador.
- Panamá ocupó el segundo lugar con $3,240 millones de dólares, un crecimiento del 36% frente a 2023.
- Guatemala atrajo $1,694 millones de dólares, con un crecimiento moderado del 5%.
- Nicaragua alcanzó un máximo histórico de $1,352 millones de dólares, un 21% más que el año anterior.
- Honduras recibió $1,309 millones de dólares, su mejor registro desde 2018.

En otras palabras, incluso países con mayores desafíos políticos como Nicaragua o con mercados más pequeños como Honduras duplicaron o triplicaron lo recibido por El Salvador.
Factores que explican el rezago
Pese a los avances en materia de seguridad, la IED en El Salvador sigue limitada por:
- Incertidumbre institucional y fiscal: persisten dudas sobre la estabilidad de las reglas del juego y la transparencia de los procesos.
- Altos costos operativos: la electricidad, los terrenos industriales y otros factores de producción suelen ser menos competitivos que en países vecinos.
- Deficiencias logísticas: Panamá con su canal y Costa Rica con sus plataformas tecnológicas ofrecen ventajas claras frente a El Salvador.
- Mercado interno pequeño: con 6.3 millones de habitantes, el país resulta menos atractivo que Guatemala, que supera los 18 millones.
Avances y oportunidades
A pesar de la caída, 2024 también dejó señales positivas:
- Se anunciaron 16 proyectos de inversión por un valor récord de $2,100 millones de dólares, muy por encima del promedio de $370 millones.
- Destaca la concesión de los puertos de Acajutla y La Unión a YILPORT Holding Inc., por $1.600 millones de dólares, la mayor inversión privada en el país.
- Grupo Bimbo anunció una inversión de $200 millones de dólares en una nueva planta, la mayor del sector alimentos y bebidas en Centroamérica hasta la fecha.
- El sector manufacturero creció un 107% interanual, pasando a representar un tercio de la IED total.
La dolarización continúa siendo percibida como una ventaja competitiva frente a países con monedas locales, al reducir los riesgos cambiarios para los inversionistas. Asimismo, la diáspora salvadoreña, que envía remesas equivalentes a más del 20% del Producto Interno Bruto (PIB), abre la puerta a iniciativas conjuntas en turismo, bienes raíces y servicios.
Lecciones de la región
El contraste con países vecinos ofrece aprendizajes clave:
- Costa Rica apostó hace décadas a la educación técnica y a un marco institucional estable, atrayendo a multinacionales como Intel, HP y Amazon.
- Panamá se consolidó como hub logístico y financiero, con un régimen fiscal competitivo.
- Nicaragua, pese a su situación política, mantiene ventajas en manufactura y zonas francas.
- Honduras y Guatemala lograron sostener flujos crecientes gracias a la reinversión de utilidades y proyectos estratégicos en energía y servicios.
El Salvador, en cambio, aún carece de una estrategia de largo plazo para diferenciarse en la región y potenciar sectores de alto valor agregado.
La integración como camino
De acuerdo con datos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) tiene potencial de crear clústeres productivos compartidos, aprovechar tratados comerciales y presentarse ante los inversionistas como un bloque más atractivo.
Además, la tendencia del nearshoring hacia Estados Unidos ofrece una ventana de oportunidad: empresas globales buscan diversificar su producción fuera de Asia, y Centroamérica podría convertirse en un destino clave.
Aunque El Salvador sigue siendo el país que menos inversión extranjera directa se recibe en Centroamérica, los anuncios de la mejora en la seguridad ciudadana abren un espacio de optimismo. El gran reto será construir un entorno más estable, transparente y competitivo, y avanzar en una estrategia regional que permita convertir al país en un destino atractivo para el capital global.
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