Hace 38 años se concretó esa fecha infame en el fútbol salvadoreño, cuando la selección salvadoreña debutó en la Copa del Mundo de España 1982 recibiendo la paliza de 10-1 ante Hungría.
Diversos factores tanto externos como futbolísticos influenciaron esa triste noche en Alicante, desde ser la última selección en arribar a España, pasando por los balones prestados, la poca referencia de Hungría, que derivó a un planteamiento más ofensivo pensando que los europeos eran el rival más débil del grupo, fueron de los puntos previos al abultado marcador.
El 10-1 hasta la fecha sigue siendo la mayor paliza en la historia de los mundiales, al “Pele” Zapata lo regañaron por festejar eufórico el único tanto salvadoreño en las dos Copas del Mundo que se ha participado.