VIDEO. El gol de la Selecta a Panamá, un recital de segundos

El Salvador anotó el decisivo gol a Panamá en un parpadeo, la construcción duró un instante y cada decisión tomada por los futbolistas fue la acertada

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Enrico Dueñas Hernández celebra el gol que anotó con la Selecta. Foto EDH / Jonatan Funes

Por Robbie Ruud

2021-10-08 12:09:28

El primer gol de la Selecta en la Octogonal Final Concacaf rumbo a Qatar 2022 llegó con aroma a fútbol moderno, ese en donde la dinámica pesa más que en la técnica en las estrategias de los entrenadores.

Enrico Dueñas Hernández logró cumplir aquella promesa de su padre en el pasado año, a quien dijo que jugaría con la Selecta. Meses después muchos lo cuestionaron en los primeros encuentros de la azul para el mes de septiembre.

Pero este jueves Enrico cayó bocas, aquí y en Panamá.

Video de carácter ilustrativo y no comercial/https://tinyurl.com/8h5ckv8k

El tanto demoró nueve segundos desde el primer "ladrillo" puesto con una intercepción. Narciso Orellana, quien estuvo imperial en el robo de balones y relevo de los centrales, fue clave en la anotación.

Orellana robó un balón pasado con lentitud en el centro del campo panameño y sirvió rápido a Jairo Henríquez, quien quedó en la posición de Enrico Dueñas (enganche al centro). Acto seguido Joaquín Rivas y Enrico empezaron la carrera y ser así la mejor opción de pase.

Rivas se recostó sobre su izquierda y jaló la marca de uno de los centrales canaleros, Enrico corrió un tanto a su derecha y aprovechó que el lateral izquierdo panameño no tenía previsto que desubicaran a uno de sus compañeros por el medio en la última línea.

Jairo Henríquez dio la asistencia al espacio donde Enrico corrió justo para buscar el remate. Enrico pudo haberle pegado con borde interno para que la pelota fuera entre el palo y Luis Mejía, una opción de difícil ejecución.

Sin embargo, el jugador del FC Eindhoven no estaba tan cómodo como para pegarle a lo "Tití" Henry y prefirió meter el bombazo justo con la línea que divide el borde interno del pecho del pie.

Esa decisión provocó que el balón girara justo para que Mejía diera un rebote de nuevo al centro y no hacia córner por el efecto que llevaba el balón.

Ahí fue donde Enrico aprovechó para rematar cruzado y sin pensarlo más, sabía que el esfuerzo de Mejía lo dejaba sin reacción para custodiar el otro palo. Todo en nueve segundos. Verticalidad pura y presión, fútbol moderno; ese que había estado ausente en la Selecta por varios años.