Siete victorias y dos derrotas es el balance de este segundo ciclo de De los Cobos al frente de la Selecta. Una efectividad del 77% y las últimas 4 victorias seguidas le dieron aire a un entrenador que estuvo a punto de dejar el cargo y al que los directivos le habían soltado la mano. Claro, después del impensado triunfo ante Perú, los mismos dirigentes de Fesfut se subieron al carro del triunfo para salir en una foto en la que no les correspondía figurar, la del festejo del equipo en el camerino. Mieles del triunfo. Antes, un camino sinuoso y hoy un equipo que al fin parece consolidado, aunque con muchos puntos a mejorar.
Empecemos por las derrotas. Curiosas, porque fueron ante los extremos del fútbol mundial. Una esperada y lógica frente a Brasil (0-5 en FedExField de Maryland, en septiembre pasado). La otra, totalmente fuera del guión, frente a Bermuda (176 del ranking FIFA, entre 211 selecciones) algo que puso en duda hasta la continuidad del propio entrenador. Después fue el tiempo de los cuatro triunfos al hilo…
Antes de eso, la presentación de De los Cobos se dio tras la sorpresiva salida de Zarco Rodríguez que había sido presentado… un día antes. Cuando se hizo público el “secreto a voces” de que Hugo Carrillo iba por la reelección en Fesfut, se generó el malestar de la directiva de Alianza y Zarco volvió de lleno al equipo albo, que se negó a ceder a sus jugadores. Hoy, uno de esos directivos albos, Ernesto Allwood, se sienta en la mesa chica de Fesfut junto a Hugo Carrillo. Con media convocatoria hecha por el Zarco y la llegada de otros jugadores, De los Cobos se presentó cuatro días antes del juego ante Honduras y terminó con triunfo 1-0 con gol de Pineda.
La victoria agónica en Monserrat con gol “in extremis” de Óscar Cerén y el claro triunfo ante la débil Barbados en el Cusca marcaron el camino en la clasificación de Liga de Naciones.
Foto edh por Mauricio Cáceres
Tras la derrota con Bermuda, el amistoso ante Haití en un semidesierto estadio Cuscatlán estuvo prologado por discusiones entre jugadores y dirigentes de Primera. Fue, quizás,el peor momento de este segundo ciclo. Pero las victorias calman tempestades y allí apareció Joaquín Rivas -el delantero que llegó a la Selecta recomendado por el hijo del DT- para poner el 1-0 ante los caribeños. La firme victoria frente a Guatemala 3-1 en Los Ángeles despertó optimismo y le dio una inyección de ánimo a un equipo que venía de capa caída. En el medio, la polémica que intentó cortar De los Cobos con su declaración sobre la no convocatoria a Fito Zelaya, pregunta recurrente en cada aparición del DT. “Ningún jugador que haya participado en amaños será convocado”, dijo el entrenador. Tema cerrado y afición dividida al respecto.
El partido decisivo era el de Jamaica en el estadio Cuscatlán. Y no se falló: ni el equipo, ni el técnico, ni la gente. El equipo respondió y estuvo a la altura; el entrenador acertó con esquema y nombres; la afición dejó pequeño al Coloso de Monserrat y hasta quedó gente afuera con negocio de reventa. Una realidad difícil de advertir apenas unos meses antes cuando los dirigentes ni le atendían el teléfono al entrenador y, a pesar de declaraciones públicas de que iban a apoyarlo, buscaban provocar su renuncia (cualquier parecido con el caso Albert Roca no es pura coincidencia).
Antes de ese partido, sí hubo quienes fallaron: los dirigentes, otra vez. Les habían prometido un premio a los jugadores (está claro que este es un requerimiento válido para cualquier jugador y selección del mundo) y, a las horas de las horas, no lo cumplieron. Generaron rispidez y un clima tenso antes del partido más importante de la Selecta, todo lo contrario a lo que se aconseja en la previa de un juego vital.
La cereza del postre llegó en Washington. Con un equipo con poco descanso y con jugadores que habitualmente no ven minutos en la Selecta, se dio el campanazo de la fecha FIFA ante Perú. La efectividad de El Salvador llegó a límites históricos: un disparo al arco de los jugadores salvadoreños y dos goles. El juego dejó una defensa férrea y una corrida memorable de Oscar Cerén -tras un impecable pase de Monterroza- que marcó el gol más maravilloso de la Selecta en mucho tiempo y que debió dar la vuelta al mundo. Si lo hubiera hecho algún crack portugués, argentino o francés, hoy lo estaríamos viendo hasta en los comerciales de sopas en las cadenas internacionales.
Oscar Cerén se ha transformado en el jugador clave de este ciclo. Sus fenomenales actuaciones y sus notables goles lo han erigido en figura en la mayoría de estos nueve partidos. El menor de los hermanos y también Darwin fueron “descubiertos” por Ramón Sánchez, el silencioso entrenador que no utiliza redes sociales, cuando tenían 16 y 18 años y nadie los tenía en cuenta. Crecieron y se formaron en Juventud Independiente (un semillero más que valioso) y explotaron luego. Hoy son dos referentes del fútbol nacional. (Nota al margen:Ramón fue DT de la Sub-23 en 2005, pero lo quitaron rápido en Fesfut. Su ciclo duró un suspiro).
Volviendo a los jugadores, la defensa con la base de lo que fue Santa Tecla en temporadas pasadas, una media con color albo y arriba dos legionarios de nivel como Nelson Bonilla y Denis Pineda, ambos con buen pasar en ligas del exterior. Estos son los otros referentes que tiene el entrenador para equilibrar un futuro mejor.
Tras el segundo triunfo de una selección de De los Cobos frente a Perú (el anterior en 2009), llegó la mencionada foto con los dos “colados”, alguna desafortunada dedicatoria al Pájaro Huezo con el pedido de disculpas de parte de Alas y Bonilla que habla muy bien de ellos. Y la invitación a un porvenir fructífero con esta base de jugadores. Es un momento dulce de la Selecta y hay que aprovecharlo: es tiempo de que se organice en El Salvador un amistoso ante un rival de buen calibre para que los jugadores continúen fortaleciendo la buena vibra que se ha generado con la afición y el equipo se siga ensamblando. Liga de Naciones B (con los rivales caribeños R. Dominicana, Santa Lucía y Monserrat) y, sobre todo, Copa Oro (el 10 de abril se definen a “dedazo” los grupos) esperan en el horizonte.
