LIMA. El día después de colgarse la dorada, Paulina Zamora se disculpa por estar afónica. ¿Es por festejar tanto? “No, estaba enferma antes de competir. Desde que llegué, el cambio de clima me provocó una gripe algo fuerte. Y me armé de fuerzas y dije no me voy a permitir y tengo que sacar la fuerza”, cuenta. Y es que la medallista panamericana en Fitness Coreográfico, quien compitió enferma de gripe, sigue como el resto de medallistas: sin creer la historia que ha marcado.
“Es algo que me permite darle un mensaje a mi país que amo tanto de que sí se puede. Tenemos el autoestima un poco pisoteada por la historia que tenemos, de una identidad pisoteada, y a todos nos afecta en el autoestima. Es como un mensaje de sí se puede, y no ser víctimas de sus circunstancias. Eso para mí trasciende más”, declaró.
Con 29 años, y dedicada toda su vida a hacer otros deportes como la gimnasia, que tuvo que abandonar por lesiones, y licenciada en Historia del Arte graduada en París, la salvadoreña ha llegado a la cúspide, pero espera seguir rindiendo más. Y el presente, lo vive con intensidad: “Visualizaba o aspiraba a la medalla de oro, pero se me hacía algo demasiado bueno como para suceder. Eso nos pasa mucho a los salvadoreños que nos atrevemos a creer y ponernos metas, pero no demasiado buenas, no aspirar a demasiado porque no nos atrevemos. Cuando se nos hace demasiado bueno, nos da miedo quererlo”.