Roberto Hernández: ” Hay que apostarle también a otros deportes”

El arquero y medallista salvadoreño en Lima 2019 platicó con EDH Deportes justo en el arribo a tierras cuscatlecas

El arquero llegó anoche al país tras bañarse de gloria en los pasados Juegos Panamericanos de Lima

Por Robbie Ruud

2019-09-03 9:12:49

Cientos de personas se congregaron en el Aeropuerto Internacional San Óscar Arnulfo Romero Galdámez para recibir al primer medallista Azul y Blanco de los pasados Juegos Panamericanos de Lima, Perú. Al son de la batucada, los gritos y los silbidos, Hernández hizo una salida de la última sección del edificio con una sonrisa de oreja a oreja.

Parte de su familia y amigos sostuvieron una pancarta donde se mostraba Roberto mordisqueando la presea dorada ganada en la tierra del ceviche y de Teófilo Cubillas. Abundaron los abrazos y los besos para Roberto, quien hasta le faltó un poco la respiración a la hora de declarar, consecuencia clara de una emoción ciertamente incontenible.

Si tenías pensado el bronce ¿cómo lograste el oro?

Recibí como 5 mil mensajes en Twitter que me ayudaron a sacar el extra (para ganar la medalla de oro) y también mucho trabajo mental para que la gente pudiera tener este triunfo.

Fue un día fantástico para el tiro con arco salvadoreño

Esto es una prueba de que hay que apostarle también a otros deportes, para que así se les dé apoyo a los atletas, un apoyo adecuado para que puedan verse los mejores resultados.

¿Te imaginabas este recibimiento?

Pensé que solo vendría mi mamá por la hora, yo sé que es tarde (11:30 p.m). Era el boleto más barato porque yo me lo pagué, tenía que ahorrar todo lo que fuera posible. Agradezco a la gente que estuvo pendiente de recibirme, no tengo palabras.

¿Qué mensaje le das al pueblo salvadoreño tras tu histórico triunfo?

Le pido a la gente que confíe en los atletas, porque nosotros lo damos todo independiente si ganamos o perdemos. Esta confianza que tengan en nosotros hará que demos más resultados.

¿Como dimensionas este gran logro? ¡Seguro aún no lo crees!

Estoy satisfecho y muy alegre, es algo que no puedo describir tan fácil. En el momento en que gané no había caído en cuenta de lo que logré. Ahora que veo el impacto, pues venía en el vuelo y mucha gente me pidió fotos, me identificaron. Estoy contento de poder darle una alegría a El Salvador, es algo muy especial en lo personal, pero me llena más ver a la gente feliz, esa que sintió orgullo de escuchar el Himno Nacional en otro país.

¿El duelo final contra Braden Gellenthien fue el más duro de tu vida?

Quizás la batalla más dura de mi carrera fue en esa medalla de oro contra Braden, en la última flecha yo ya solo percibía el peso de mi medalla; sentir que toda la gente quería que la ganara me tenía preocupado. Me costó, fue muy difícil, logré manejar el match tal y como lo había planificado con la psicóloga y gracias a Dios salió.

Pudiste hablar con Muñoz y Gellenthien tras la premiación?

Sí, después de la premiación pude hablar con el Muñoz, es mi mejor amigo. Él incluso me estaba dando ánimos, me gritaba para que me orientara en la disputa del oro. Con Braden solo nos dimos la mano en la premiación, sé que estaba molesto y no hablamos hasta en la clausura de los juegos; luego de perder él llegó a darme la mano obligado, se le notaba que no quería tener ese gesto. Pero el último día Braden se me acercó y me felicitó, me dijo que estaba alegre por mí y me dio un abrazo, platicamos y todo terminó bien. Lo comprendo porque él es el número uno del mundo, y nadie quiere perder teniendo esa posición aquí en Latinoamérica.

¿A quién le dedicas esta medalla?

Esta medalla primero se la dedico a Dios, porque gracias a Él salió todo como yo quería. Se lo dedico también al pueblo salvadoreño, yo pensaba que la gente quería la medalla de oro. Yo estaba satisfecho con lograr la medalla de plata, pero cuando vi que la gente decía ‘La de oro, la de oro, la de oro’ me comprometí mentalmente; yo había prometido una de bronce y ya con la de plata estaba salvado; pero la convertí en oro gracias a la gente.

¿Qué extrañarás de Lima?

Pues hacía mucho frío y la comida no estaba tan buena en la Villa. Lo que sí extrañaré es cuando sentí a la gente de Lima apoyándome, su aliento ¡la gente local estaba apoyándome! Cada vez que yo tiraba un diez el estadio gritaba como loco. Fue muy especial que la gente se identificara conmigo, fuera de eso no cambiaría por nada El Salvador.

Entiendo que la medalla tras la premiación no estuvo más contigo hasta tu vuelta al país

Tras ganar mandé la medalla a El Salvador con mi mamá. Ya me había pasado que en Centroamericanos y del Caribe estropeé una medalla y regresó al país toda rayada. Entonces mis papás incluso la anduvieron con cuidado ya acá, y tenían todo el derecho de andarla y celebrar.

Tras Lima fuiste a España, cuéntanos sobre tu experiencia

Luego de Lima fui a España con mi atleta, la arquera Paola Corado, quien disputó el campeonato mundial juvenil. Ella quedó en noveno lugar; fue una muy buena experiencia; tuvo un rival que pudo haber enfrentado en una final, fue un match increíble y estoy feliz de su resultado. Luego me quedó tiempo siempre en España para brindar un seminario sobre tiro con arco que salió muy bien, y con eso pagué el boleto y la estadía. Tras ello, ya estaba cansado de no estar en El Salvador y moría por estar de regreso.

¿Qué se viene en tu agenda deportiva?

Como entrenador tengo el campeonato juvenil en dos semanas, preparando a los chicos para que tengan una buena actuación. Después de eso tengo que gestionar con el Indes para tener un apoyo adicional porque el otro año el calendario de tiro con arco está muy exigente, tengo que empezar mi preparación a finales del 2019 en eventos bajo techo que nunca están presupuestados. Tengo que ver cómo logro ese apoyo para poder ir a esas competencias, y si no, trabajar acá para los próximos eventos que vengan.