El secreto psicológico y mental que llevó a Roberto Hernández a ser campeón Panamericano

El número 1 del continente en tiro con arco contó parte de la clave que lo llevó al éxito en Lima. Una prueba de ficción real, que le permitió colgarse el oro

descripción de la imagen
Roberto Hernández, en su visita a El Diario de Hoy. / Foto Por Jessica Orellana

Por Varinia Escalante / Twitter: @VSkalanT

2019-09-04 6:12:10

SAN SALVADOR. El tirador santaneco, Roberto Hernández, volvió después de un mes y medio al país. Y en su visita a El Diario de Hoy, reveló parte del trabajo que realizó previo a los Juegos Panamericanos de Lima 2019. En una sesión de entrenamiento, en el Polideportivo de Ciudad Merliot, realizó una “simulación” de la final, un tema hasta ahora poco conocido, pero que lo terminó por impulsar y llevar a la medalla de oro.

El santaneco reveló que, previo al viaje a Lima, se realizó la simulación de la final de la que salió también ganador. Fue perfecta, ya que igual la disputó contra Braden Gellenthien (EE.UU.) y lo derrotó, pero acá por flecha de desempate, no como en Perú (147-146).

El examen dio resultado y contó: “Uno mes antes de Lima, se planificó con los entrenadores y la psicóloga (Sandra García) hacer una simulación en el campo de tiro (en Merliot) y montamos el mismo escenario, dentro de las posibilidades de la Federación, sin pantalla gigante, y uno de los chicos míos fue narrador, el más extrovertido”.

TiroOki
Roberto Hernández, durante su participación en Lima. Foto EDH/Archivo

“Al lado del campo, teníamos una colonia, y la gente salía a ver por qué se gritaba: ‘Estamos en Lima 2019, el campeón se va a decidir ahora, entra Roberto Hernández’. Todo, tal cual, la final, con tiros alternos y había un puntaje que yo desconocía y solo tenía que ir disparando. Uno de mis arqueros hacía de arquero oponente, lo que disparaba él no importaba, sino que se decía el puntaje que estaba en la simulación. Y así, fui pasando todas las eliminatorias hasta llegar a la final, y gané en flecha de desempate y quedaba campeón panamericano”, relató.

De hecho, a Roberto le consultaron si volvía a repetir el examen, pero él no aceptó. Dijo que era suficiente con la recreación que ya habían hecho, y que con eso bastaba para ir a Lima. No lo repitió, pero le sirvió en grande.

“Me lo tomé muy en serio, con mucho trabajo mental, de visualización de crear un escenario grande, no sabíamos cómo iba a ser el estadio de tiro con arco en Lima, pero imaginarnos que había público, mi psicóloga gritaba, y eso colaboró. Cuando llegué a la final, lo hablamos con mi psicóloga y ella me dijo: ‘Tú ya estuviste aquí, y ya ganáste hace un mes, solo es hacer tu trabajo’. Y en las semifinales, me sentía súper tranquilo, y yo dije: ‘Ya gané, ya sé que es estar aquí’. Ya era solo cuestión de ir esperando el hacer mi trabajo y que mi compañero con el que estaba compitiendo se equivocara. Eso fue lo que pasó en realidad en los últimos dos matchs (partidos)”.

Para el campeón Panamericano, la prueba fue un reto real y que lo inspiro a saber que sí podía. Lo ayudó en grande para que, ahora, él sea el dueño del metal dorado. “Gracias a Dios, funcionó el trabajo que se hizo aquí”, expresó inspirado y feliz.
De lo que no se olvida Roberto es de poner en alto, en el contexto, que su medalla esté hecha en casa, que es “made in El Salvador”.

“Deja una gran satisfacción que sabemos trabajar aquí. Soy de los atletas que se formó aquí cien por ciento, es puro trabajo, mi entrenador es nacional (Carlos Salvador), todo es puro trabajo salvadoreño. Eso tiene un mérito extra y se debe valorar que se pueden hacer bien las cosas aquí, solo se necesita planificación y entrega real de toda la gente que esté alrededor del trabajo de un atleta”.