La derrota de 2-0 de la Selecta ante Japón, el domingo pasado, llevó al salvadoreño Roberto Rodríguez a escribir una carta para invitar a la reflexión en cuanto a nuestro deporte rey. Rodríguez colabora con esta pieza desde el país nipón, donde vive desde 1994. Es profesor y tiene 3 escuelas de idiomas en la ciudad de Fukuoka. Desde suelo asiático, envió estos pensamientos para la audiencia de El Diario de Hoy.
“Llegué a Japón en 1994 y desde la ventana de mi primer apartamento podía ver una cancha de fútbol donde todas las tardes niños entrenaban por varias horas. Yo quería ver los partidos, pero la hora del partido no llegaba; nunca jugaban partidos, tan solo corrían, hacían ejercicios, practicaban pases y limpiaban la cancha (que no era engramada sino completamente de tierra). Hasta me reía de lo tanto que practicaban y lo malo que eran jugando.
En ese entonces, mi país había ido al mundial dos veces y Japón, nunca. Siempre les decía a todos, que ellos no iban al mundial porque no jugaban. Al punto que un día hablé con el entrenador, él me saludo amable y me dijo que los latinoamericanos teníamos suerte, pues teníamos mucho talento y el fútbol era muy popular.
En Japón, el fútbol en ese tiempo no era un deporte muy popular, así que por eso ellos tenían que aprenderlo bien desde cero, y debían practicar mucho más fuerte que nosotros para poder algún día ir a un mundial. ¿Y lo de limpiar la cancha? Eso era parte de la rutina de limpiar todas sus áreas de práctica, trabajo o estudio, para mostrar respeto por lo que hacen.
El fútbol japonés tenía un plan que requería mucho tiempo, al igual que mucho esfuerzo y disciplina para dar resultados, pero ellos decidieron pagar el precio y empezaron a formar a sus jugadores. La idea es que la disciplina y el esfuerzo es la clave de un éxito verdadero a largo plazo.
Talento sin disciplina puede brindar éxito ocasional o a corto plazo. Disciplina y esfuerzo dan mejores resultados y es la combinación de estos con el talento natural que crean los grandes atletas.
Japón fue a su primer mundial en 1998 y no ha dejado de ir a ningún Mundial desde esa vez.
Mi país sigue con sus dos veces y la última fue ¡hace 37 años! Si queremos tener frutos en el futuro debemos sembrar ahora y cuidar el árbol hasta que esté listo para dar su fruto. O, como dicen, sembrar hoy el árbol para que nuestros hijos disfruten la sombra”.