OPINIÓN: La loca idea de Concacaf y la defensa de los mismos de siempre

El nuevo formato de eliminatorias, un nuevo disparate de la Confederación y sus "asesores" externos, dejan a El Salvador como el único perjudicado

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La Selecta terminó perdiendo en el nuevo formato de las eliminatorias al Mundial. Foto EDH/ Archivo

Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2020-08-03 5:30:47

“A Blatter no le creo ni cuando dice la verdad”, solía repetir el escritor uruguayo Eduardo Galeano cuando le mencionaban al ex presidente de la FIFA. El paralelismo con los actuales dirigentes de Concacaf es inevitable.

Cuando el presidente de Concacaf, el canadiense Victor Montagliani dice que con estas eliminatorias todos tienen las mismas posibilidades de ir al Mundial de Catar es un doble acto de mentira y cinismo a la vez. Este embrollo en el que se metió la Concacaf y sus “asesores” no tiene explicación alguna por más que algunos dirigentes y periodistas se empeñen en defenderlo a diestra y siniestra. Son varios los disparates, empezando por el loco formato ideado en 2019, cuando 29 selecciones (el 83 % de Concacaf) peleaban por un 1/4 de boleto. Hoy superaron aquel dislate.

Detallemos las tres principales incongruencias del nuevo formato:

1- Se cambian las reglas a mitad de competencia: De un hexagonal se pasa a un octogonal con 5 clasificados, sin que nadie pueda explicar bien las razones. Es como si en las eliminatorias europeas, los 5 mejores esperen cómodamente a que se eliminen los demás para jugar una ronda final. Claro, en UEFA no se animarían a tanto; en Concacaf, conejillo de indias, todo puede pasar mientras no se toquen los intereses de México y EE.UU.

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2- Se agregan más partidos: mientras el mundo del deporte tiende a reducir competencias por la pandemia, Concacaf agrega juegos. De locos.

3- Se inventan que cinco de las seis selecciones que estaban en la hexagonal, ya estén clasificadas a la octogonal: Solo una de las seis primeras ha quedado afuera. ¿Cuál? Sí, El Salvador. Canadá, la séptima y con mínimas opciones de acceder a esa hexagonal antes de la pandemia, llegará hoy en igualdad de condiciones que la Selecta para buscar la octogonal. Canadá es el país de Montagliani ,presidente de la Concacaf.

El negocio, a salvo. Siempre. Cuando se intentaron tocar los intereses de México y EE.UU., sus representantes pusieron el grito en el cielo y dieron vuelta todo. Se habló de triangulares, pero los poderosos le bajaron el pulgar enseguida. Cómodamente, desde esos países, mirarán los partidos de sus “rivales” por TV, en medio de la pandemia. Ellos entrarán en la competición recién a mediados del año que viene.

Guillermo Ochoa (c) de México celebra la victoria ante EE.UU. tras la final de la Copa Oro 2019, entre México y Estados Unidos, en el Soldier Field de Chicago (EE.UU.). Foto EFE/ David Banks/Archivo

Cuando algunos periodistas desde sus redes sociales con millones de seguidores defienden con efusividad un sistema disparatado, algún límite queda difuso y se mixturan los conflictos de intereses. El popular estadígrafo apodado “Mr. Chip”, vistiendo una camiseta oficial de Concacaf, defiende a ultranza el sistema y se enoja con sus críticos, como si el formato lo hubiera ideado él mismo.

Lo mínimo que hay que hacer es explicar que es un formato loco, que en medio de la pandemia no se tienen en cuenta ni los recursos ni las realidades de Centroamérica y el Caribe. Es inexplicable que los primeros partidos de las eliminatorias estén calendarizados para octubre, tal como está la región hoy en día.

Por otro lado, quedó expuesto el peso de la Fesfut en el ente regional: más liviano que una pluma. Ni siquiera la presencia de Jorge Rajo en el Consejo Ejecutivo de Concacaf (2016/18) cambió la ecuación. Su llegada fue anunciada con comunicados, bombos y platillos. Su salida, en cambio, fue acompañada de silencio oficial. El cambio de Jorge Salomón (Honduras) por Rajo fue el único: el resto de sus compañeros del Consejo, allí siguen.

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¿Cómo creer cuando Montagliani dice que esto “es justo para todos”? O cuándo Gianni Infantino, el presidente de FIFA hoy investigado penalmente , afirmó que “El Salvador es la capital del mundo del fútbol; tiene una federación eficiente, eficaz, proyectada en la modernidad”. O cuándo Hugo Carrillo, presidente de la Fesfut, prometía “no reelegirse” antes de reelegirse en ilegales votaciones.

Es cierto: ni cuando dicen la verdad se les cree.

El Salvador envío una carta ante Concacaf donde afirma enterarse por los medios de este formato un día antes de hacerse oficial, pese a que los dirigentes de Concacaf aseguran que todos las Federaciones estaban informadas con anterioridad. Se debe presentar un reclamo serio y buscar en la cancha lo que ya se había ganado antes… en la cancha. Si reclamar y ponerse firme ante alguna injusticia inventada por los poderosos de turno es “victimizarse”, el fútbol está patas arriba; la escuela del mundo del revés. Sí, así también lo escribía el querido Galeano.