A falta de 15 jornadas para el final de La Liga -algunos todavía tienen juegos pendientes-, el panorama empieza a aclararse. Definitivamente el Atlético de Madrid no se cae, sigue firme y sus 5 puntos de ventaja, con dos partidos menos (podrían ser 11), lo ponen como máximo favorito. Pero en estas últimas semanas tanto el Real Madrid como el Barcelona, que sumó su séptima victoria liguera consecutiva, no le van a permitir ningún despiste. Eso sí, los perseguidores ya no tienen margen de error.
Pero pocos hablan del Sevilla, este magnífico equipo de Julen Lopetegui, que marcha cuarto y va casi al mismo ritmo que el Madrid y Barcelona. Campeón de Europa League, los sevillanos tienen medio pie en la final de Copa del Rey y un duelo por Champions ante Dortmund en octavos… Es decir, pelea en todas las competiciones. Además, Sevilla se proyecta, una vez más, para ocupar la cuarta plaza que clasifica a la próxima Champions. Los otros son los mismos de siempre: Atlético, Madrid, Barcelona.
Sevilla da un paso de gigante y saca ventaja ante el Barcelona en la Copa del Rey
En ese sentido, el club andaluz desplaza al Valencia, que en los últimos años era habitualmente el cuarto participante español en la competencia más importante de la UEFA. Ante la crisis institucional del Valencia, con problemas que inciden también en lo deportivo, el Sevilla se ha erigido como el cuarto en discordia.
A pesar de que la Real Sociedad y el Villarreal amenazaban inicialmente con ser rivales directos, ninguno de los dos ha mostrado ni fiabilidad ni con regularidad para pelear esa plaza que no solo permite jugar contra los mejores sino que representa un ingreso económico fundamental. Solo por participar de la Champions, cada equipo recibe 15 millones de euros, a lo que se suman 2,7 millones por victoria en fase de grupos y 900 mil euros por empate.
Más allá de los méritos de Lopetegui, que los tiene y muchos, hay que destacar la importancia del probablemente, mejor director deportivo del mundo: Monchi, que regresó al club en 2019 luego de un exitoso paso por la Roma y deja su sello en cada ventana de fichajes. Con su ojo clínico, compra bien y barato; a su vez, vende bien y caro.
Así se conformó este equipo que pelea casi a la par del Madrid y el Barca, con algunas incorporaciones de la temporada pasada como Jules Koundé, Lucas Ocampos, Joan Jordán o Diego Carlos. Todos ellos sumados a la experiencia de Banega y Jesús Navas.
Este año, ya sin Banega y Reguilón (transferido al Tottenham), se reforzaron con Marcos Acuña (lateral del Sporting Lisboa) y el regreso de Ivan Rakitic, además de que jugadores como Suso y Youssef En-Nesyri dieron un salto de calidad. Y si faltaba algo, la llegada del Papu Gómez, del Atalanta, se agrega una nueva alternativa en ofensiva.
Quizás el punto más débil del Sevilla sea su portero, ni el marroquí Yassine Bounou, el titular, ni el checo Tomas Vaclík han dado muestras de solidez. Bounou alterna algunos juegos espectaculares, como la semi de ida contra el Barcelona, con otros donde transmite inseguridad. Si además mejora en ese aspecto, el equipo será todavía más competitivo y un dolor de cabeza para los de arriba.
Comentarista de LaLiga en Fuego 107.7 y panelista de Pencho y Aída.