Cádiz y Real Valladolid son los equipos donde Mágico González jugó en España, es hartamente conocido su exitoso paso por el conjunto amarillo.
Mientras del Valladolid se conocía cuando enfrentó al Barcelona y falló un penal que pudo evitar el título culé de la temporada 1984-1985. Sin embargo recientemente se han dado más detalles de los cuatro meses que Mágico estuvo en el equipo blanquivioleta.
Fueron solo nueve partidos de Mágico con el Valladolid, suficientes para dejar su sello tanto fuera como dentro del campo, el portal “A la Contra” y el diario español “As” recopilaron diversas e inolvidables anécdotas.
“Apareció media hora tarde y decidí no convocarle frente al FC Barcelona. El presidente me pidió explicaciones y propuso que votasen los propios futbolistas si querían que fuese convocado o no. El sí ganó por mayoría”, afirma Fernando Redondo, técnico de ese entonces en el Real Valladolid.
“Hablamos con él y le dijimos que su comportamiento debía ser como el de cualquier profesional. Él nos dijo que no diésemos credibilidad a las noticias sobre su comportamiento, que eran bulos”, agregó Redondo. Como ocurrió en Cádiz, Mágico tuvo pasajes de indisciplina que quedaron marcados en aquellos que fueron testigos directos.
El periodista José Miguel Ortega, relató un episodio de Mágico con el amigo que compartía en un hotel céntrico de Valladolid. “El piso lo tenían hecho un desastre. Hacían sardinas al espeto en el pasillo y lo tenían lleno de humo por todas partes. Dejaron la casa destrozada. La denuncia de los propietarios llegó una semana después; el Valladolid tuvo que pagar una indemnización y pintar de arriba a abajo el apartamento”.
Tanto Redondo como Ortega, coinciden en que Jorge tenía sus eternos problemas de sueño, se quedaba dormido antes de los entrenos o en los segundos tiempos de los partidos como pasó cuando enfrentaron al Zaragoza.
Mientras en el plano futbolístico José Antonio Amarayo, fisioterapeuta lo tiene claro: “Solo le hacía caso al balón, el mejor pase que he visto en mi vida lo hizo Mágico. Le dio un pase a un compañero de un lado del campo al otro sin que cayera el balón”, agregó.
Mientras Redondo fue muy tajante respecto al mejor jugador salvadoreño de todos los tiempos. “Era tan bueno como Maradona, entonces, o Messi, ahora” ya que “era técnicamente perfecto, una visión, desequilibrio y entendimiento del juego único, eliminaba rivales con regates únicos y definía con perfección ante la portería contraria tanto en los partidos como en los entrenamientos. Verle jugar era un escándalo”, afirmó Redondo.