Macora Castillo, leyenda de Águila: “Al inicio pensé que el rival era FAS, pero la afición mayor era la de Alianza”

Con pasado emplumado y albo, el mundialista de España '82 repasó los detalles de las primeras dos finales que el negronaranja disputó contra Alianza. Hoy las disfruta desde el otro extremo de la cancha

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Mario "Macora" Castillo, exjugador de CD ??guila. Foto EDH / Archivo

Por Mario Reyes | Twitter: @MarioDR

2021-01-29 5:40:21

Mario Alfonso Castillo Díaz es histórico por donde se le mire. No solo por su remarcado palmarés en el fútbol nacional (campeón en 1972, 1976, 1977 y 1980) e internacional (Campeón Concacaf 1976 y Mundialista en España 1982 con El Salvador), sino porque también es único futbolista que disputó las dos primeras finales en la historia de Águila y Alianza, ambas con los migueleños y con saldo de una victoria y una derrota.

El popular “Macora” repasa ambas vivencias tan dispares en las horas previas al cuarto enfrentamiento entre emplumados y paquidermos que dará un título más en el fútbol salvadoreño. Él mismo se encarga de esclarecer que la primera de ellas, en 1976, fue la que más recuerdos gratos le dejó.

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Sin embargo, la segunda final, la de 1987, también resulta especial porque marcó su último partido como profesional, luego de una dilatada y exitosa carrera. Para este domingo, Castillo no deja de confiar en su Águila querido, pese a que también vistió la casaca blanca en su tiempo (1984-85), pero está consciente de que el trámite puede resultar muy sufrido para ambos equipos.

Mario, ¿en qué piensa cuando recuerda las finales Águila-Alianza que disputó como jugador?

Me traen grandes recuerdos de esas dos finales que estuvimos con Alianza. Más recuerdo la del 75-76, porque fuimos campeones y fue el primer título que se celebró en el estadio Cuscatlán. La segunda también la recuerdo porque fue cuando tomé la determinación de retirarme. Es más, llevaba ya la intención, ya sea que fuéramos campeones o no. Fue una idea inconsulta, ya que solo lo sabía yo. Futbolísticamente hablando, ambas finales fueron emocionantes: La primera siento que la ganamos tranquilamente (1976, 1-1 y 3-1); en la segunda final, solo fue un juego (0-0, 3-1 en penales), nosotros fuimos primeros y ellos campeones de la cuadrangular. Nos fuimos a los 90 y luego a los penaltis.

Las dos finales que usted jugó, más la de 2019 (0-0), terminaron empatadas en sus primeros 90 minutos. ¿Cree que estas finales se juegan con más miedo a perder que a ganar, por parte de los equipos?

Yo siento que como son finales, lo que se trata ahí es que nadie quiere perder, y creo que los futbolistas hacemos mal porque si nosotros lo jugáramos de otra forma, más de atacar y buscar el gol, sería más emocionante jugarla. Pero nos reservamos mucho y se juega con miedo, bastante reservados.

Plantel de Club Deportivo Águila durante la temporada 1986-87. “Macora” Castillo, arriba, el tercero desde la izquierda. Foto: Archivo

Pocos datos se tienen hoy de aquella final de 1975-76. ¿Cómo la recuerda usted?

Comenzamos jugando en semifinales con la Universidad, y Alianza jugó contra FAS. Habíamos quedado seis puntos arriba del segundo lugar, pero nos confiamos y nos fuimos a entregar contra la UES. Nos ganaron 3-1. En 1975 pasamos una Navidad triste porque se suspendió el juego de vuelta, se pospuso para enero, y nunca nos imaginamos que nos iban a ganar ese partido. Entrenamos pensando en la remontada y siento que nos salió fácil, por la entrega y las ganas que teníamos de ganarla y lo hicimos, 5-1, con 3-1 en el medio tiempo.

Con Alianza nos sucedió lo mismo: llegamos confiados y agrandados, que le íbamos a ganar, pero ellos hicieron un partido bastante moderado, se cerraron y quedaron 1-1. Nosotros tuvimos bastantes oportunidades y no las aprovechamos, y ellos, pocas. Pero sabíamos que en el segundo partido lo podíamos ganar. Conrado (Miranda, DT) buscó la estrategia para entrar y poder ganarles.

¿Nota usted alguna similitud entre la final del ’76 y la de 1987, la que finalmente gana Alianza?

Otra vez hicimos lo mismo: quedamos en primer lugar y eso nos valió para jugar el partido la final. Águila tenía un gran equipo e íbamos confiados de ganar el título, y Alianza entró en cuarto lugar, fueron últimos en clasificar (ganaron 1-0 vs. Firpo en repechaje). Pero nos llevamos la sorpresa de que ganaron todos los partidos de la cuadrangular final. Antes de la final, en los entrenos en San Miguel, sentíamos que no teníamos temor ni que nos iban a fallar los nervios, sentimos que a ganarlo íbamos.

¿Qué piensa de esta final que se viene el domingo? ¿Qué pronóstico le da?

Me gustaría verlo bastante abierto, con los dos equipos atacando, pero estoy viendo que Alianza ha carecido de centro delantero -no sé si es así por la táctica del técnico, porque ha venido atacando desde atrás y le ha dado resultado-. Pero a veces las finales no se ganan como uno quisiera… Este va ser un marcador bastante apretado. Yo estuve en los dos equipos, pero soy aguilucho y migueleño de corazón y me voy por un 1-0. Pero estoy con aquello que me da sospecha de que puede haber tiempo extra.

Águila-Alianza es una rivalidad que ha perdurado por décadas en el fútbol salvadoreño. ¿A qué atribuye este fenómeno?

Pienso que la rivalidad la han hecho los aficionados, porque Águila y Alianza son los equipos de mayor afición y eso le da el morbo a los juegos. Cuando empecé en Águila, pensé que el rival era FAS, pero la afición mayor la tenía Alianza; ellos ganaron muchos adeptos y aficionados cuando enfrentaron y ganaron al Santos de Pelé (2-1, 1966). Y Águila lo mismo: muchos señores me han manifestado que esa época del ’75-76 se hicieron aguiluchos de pura cepa, tanto en San Miguel, como en oriente y en parte de la zona central.

Águila, campeón de 1976. Arriba, desde la iz: Ademir Barbosa, J.J. Polío, Pinho, Tony Regalado, Macora Castillo, Luis Rivas. Abajo: Peche Mono González; Cisco Díaz, Díaz Luco, Pelé Zapata, Félix Pineda. Foto / Facebook: Ademir Barbosa

¿Cómo vivió usted ese fervor que provocaba ese Águila, que era equipo de época y que fue bicampeón y, más tarde, monarca en Concacaf?

Cuando quedamos campeones ese año, en la caravana de regreso a San Miguel, gente en Cojutepeque pasó gente a esperarnos a la carretera. Los jugadores nos alegramos y nos admirábamos de que estábamos en un equipo grande de afición, que hasta se ponía a detener el bus. Yo me siento agradecido por haber pertenecido a esa camada de compañeros. Era de los más jóvenes, pero ya tenían armado un equipo de nacionales y extranjeros. Eran buenos compañeros.

El domingo podría repetirse algo de eso… ¿Cómo percibe los ánimos en San Miguel en la semana de la final? ¿Hay mucha ilusión por volver al primer lugar de copas del fútbol nacional?

Sí, hoy está contenta la gente. Desde que vino Corti (técnico), la gente contenta con los resultados y tienen confianza en el Águila. La gente empezó a despertar cuando empezó a ganar partidos y ahora está bien entusiasmada y confiada en que se puede ganar la 17. Ese es el objetivo y eso entusiasma más a la gente. Lastimosamente estamos en una pandemia, pero los aficionados querían llenar al estadio. Aún así, ya hay bastantes buses que están promoviendo para viajar al Cuscatlán…