En los tigrillos, el empate sin goles frente al Alianza, en el primer partido semifinal, dejo una mezcla de sabores. Aunque el equipo sigue sin margen de error para estar en la final, por como terminó el partido con la expulsión de Ibsen Castro, el técnico Erick Dowson Prado valoró más la actitud del equipo que el resultado.
Para la vuelta de este sábado, en el Cuscatlán, los santanecos solo deben ganar para regresar a una final, en la que no participan desde el Apertura 2015 y aspirar a un título que no ganan desde hace nueve años, el último fue el torneo Apertura 2009, cuando vencieron al Águila, 3-2.
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“La expulsión condicionó el partido. Luego de eso vivimos algunos momentos de desorden. Cuando ya nos ordenamos bien, ellos ya no supieron vulnerarnos. Eso es algo meritorio de mis jugadores. Cuando estuvimos once contra once, competimos contra el bicampeón y pienso que merecemos algún reconocimiento en ese sentido”, dijo el DT de los santanecos, quien junto con Adolfo Meléndez, auxiliar técnico, fueron reportados por el cuarto arbitro y no estarán en la cancha este partido, ya que recibieron uno y tres partidos respectivamente, de sanción.
Para Prado, el arbitraje de Marlon Mejía afectó al equipo, pues “La expulsión nos pareció muy rigorista. Así como el árbitro nos dijo al final (Mejía), tratando de ultrajarnos, sobre todo el cuarto arbitro (Francisco Quinteros). Pero bueno, es parte del juego. Lo importante es que tenemos todavía noventa minutos”, detalló.