FAS es un experto en semifinales en torneos cortos (31, el mayor número de apariciones), pero vive momentos difíciles. Ya son 9 años los que han pasado desde su último título, y 3 desde su última final, esa en la que Alianza les venció por 1-0.
Toda esa presión, de ser el equipo más ganador, pero de no ver una en los últimos torneos, pesa. Más cuando vivieron una reingeniería de sistema en medio del torneo.
Sin embargo, esta ha sido positiva, ya que, de los 12 partidos bajo la dirección de Érick Dowson Prado, perdieron apenas 3. Un doloroso 0-4 ante Alianza en el Cuscatlán, un 1-0 de visita ante Municipal Limeño, y un 0-1 contra Audaz.
El apoyo en las gradas fue azulgrana. La afición tigrilla cumplió y no abandonó al equipo, en una tarde donde jugó en campo extraño. Metapán solo tuvo apoyo lejano
El equipo ahora se ve mucho más ordenado, cede pocos espacios, y, salvo ese 0-4 en el primer partido de la era Prado, nadie le metió más de un gol. Se ha vuelto un equipo más aguerrido, compacto, con una idea clara, primero se defiende bien, luego se ataca si hay chance, sino, repliegue por completo.
Además, ha dado un nuevo brillo a jugadores como Corea, Stradella y Castro, que aportan mucho más por las bandas y defienden en este nuevo sistema. El gran problema es que no tienen un gran ataque, ni variantes hacia el frente. Herrera, prácticamente desaparecido. Rugamas recién marcó su primer gol. Y Montaño, intermitente, sin fuego adelante. Con esas limitantes, ante Alianza su primer misión es mantener el cero atrás y buscar fortuna en algún contragolpe.