Audaz le sacó la victoria al Águila en los últimos minutos
Los migueleños no pudieron aguantar una doble ventaja, que los coyoteros igualaron, para seguir soñando con las semis, que se definirán en el Barraza, con la ventaja deportiva para los emplumados
Un partido que poco a poco fue subiendo de revoluciones, terminó con un empate a dos entre Audaz y Águila, con el que los emplumados mantienen su ventaja deportiva, para marcar diferencia en esta serie, que se definirá el sábado en el Barraza. Con otro empate, los migueleños estarían en semifinales.
En comparación a otros miércoles, el estadio Vicentino contó con muy buena presencia de aficionados. De parte de los locales había mucha ilusión, con estar en Cuartos de final, y con la esperanza de dejar a otro grande, como lo hicieron el torneo anterior, cuando dejaron a FAS.
Pero un gran artífice de esa hazaña, el DT Carlos Romero, ahora estaba del otro lado, como técnico del rival. Ese conocimiento intentó aprovecharlo, en todos los aspectos, hasta con el estado de la cancha, haciendo énfasis con los defensores y porque también el terreno cobró dos víctimas de lesión, Polio y Acosta.
Limeño perdió la oportunidad del que pudo ser un gol de camerino. Y ahora, va por la sentencia a casa, donde mantiene un invicto que puede ser la guillotina cuchera
El partido fue bastante parejo, de pocos espacios libres, mucha marca fuerte y de momentos para generar peligro, pero con pocas ocasiones claras a gol.
Audaz fue el primero en inquietar, con la velocidad de los colombianos Eduardo Rodríguez y Gersain Caicedo. Luego de diez minutos de presión, Águila respondió con el uruguayo Joaquín Vergés, liderando la media del equipo emplumado, que provocó el tiro, desviado, de Mártir Contreras y, directo, de Diego Coca, que contuvo el portero.
Audaz, sin desesperación, trató de reponerse y estuvo a punto de sorprender, en un contragolpe, que Caicedo dejó en buena posición a Rodríguez, pero este hizo una de más, permitió que la defensa se repusiera y rechazara el peligro (28’), entre todo el lamento de los aficionados coyoteros, quienes ya se preparaban para cantar el gol.