EE.UU. cierra el año bajo una intensa tormenta de nieve, hielo y frío extremo
Una potente tormenta de nieve y lluvia helada afecta al norte y este de Estados Unidos, provoca apagones, accidentes y caos aéreo, y deja lecciones clave sobre el impacto del clima extremo.
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EFE
Publicado el 29 de diciembre de 2025
Una potente tormenta invernal afecta amplias zonas del norte y este de Estados Unidos, justo en el cierre del año, con fuertes nevadas, lluvias heladas y un marcado descenso de temperaturas. El sistema, que se extiende desde el medio oeste hasta los Grandes Lagos y Nueva Inglaterra, provocó apagones en el estado de Nueva York, accidentes viales y serias complicaciones en el transporte aéreo, con cientos de vuelos demorados o cancelados. Las acumulaciones de nieve superan los 30 centímetros en algunas regiones. Además, un frente ártico avanza hacia el sur, llevando frío intenso, lluvias y tormentas aisladas hasta Florida.
Gran parte de Estados Unidos enfrenta una intensa tormenta invernal que combina fuertes tormentas de nieve y un brusco descenso de temperaturas. El fenómeno, descrito por los meteorólogos como un sistema de gran intensidad, se extiende desde el medio oeste hasta los Grandes Lagos y Nueva Inglaterra, generando interrupciones en el transporte, cortes de electricidad y condiciones peligrosas en carreteras y aeropuertos.
El sistema climático comenzó a desarrollarse días atrás y alcanzó su punto más severo en amplias regiones del norte y el este del país. Según el Servicio Meteorológico Nacional, se trata de un ciclón invernal que ha dejado acumulaciones significativas de nieve, especialmente en torno a los Grandes Lagos, donde algunas zonas superan con holgura los 30 centímetros y, en sectores puntuales, se acercan a los 60.
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Nieve, hielo y apagones en el noreste
Uno de los estados más afectados es Nueva York, donde la tormenta de hielo provocó cortes de energía que dejaron a miles de hogares sin electricidad. Las autoridades locales reportaron numerosos accidentes de tránsito en el centro y este del estado, así como en la región de los Adirondacks, al norte, donde el hielo acumulado en la calzada volvió extremadamente difícil la circulación, incluso en carreteras principales.
En el interior de Nueva Inglaterra, el escenario fue similar. La lluvia helada y el aguanieve cubrieron calles y aceras, creando superficies resbaladizas que complicaron tanto el tránsito vehicular como el desplazamiento peatonal. Con el avance de aire más cálido durante el día, estas precipitaciones tienden a transformarse en lluvia, aunque el riesgo persiste mientras las temperaturas se mantengan cercanas al punto de congelación.
En los Grandes Lagos y el medio oeste, las condiciones fueron aún más severas. Allí se registraron verdaderas ventiscas, con nevadas intensas acompañadas de ráfagas de viento que redujeron drásticamente la visibilidad y elevaron el peligro en rutas y autopistas.

Impacto en el transporte aéreo y la movilidad
El transporte aéreo volvió a ser uno de los sectores más golpeados. La plataforma FlightAware informó demoras en más de 700 vuelos y la cancelación de al menos un centenar, concentrados principalmente en aeropuertos ubicados en zonas con nieve y lluvia helada. Este tipo de interrupciones no solo afecta a viajeros locales, sino también a conexiones internacionales, generando un efecto dominó en la red aérea del país.
En tierra, muchas autoridades recomendaron evitar desplazamientos innecesarios. Las cuadrillas de emergencia y mantenimiento trabajaron de forma continua para despejar carreteras, restaurar el servicio eléctrico y atender accidentes, aunque el avance de la tormenta limitó en varios momentos la efectividad de estas tareas.
El frente ártico avanza hacia el sur
Más allá de la nieve, el sistema viene acompañado de un frente ártico que pone fin de manera abrupta a un período de temperaturas inusualmente altas en amplias zonas del país. En regiones del centro de Estados Unidos, las temperaturas máximas descendieron entre 17 y 22 grados Celsius en comparación con el día anterior, un cambio brusco que suele aumentar los riesgos para la salud y la infraestructura.
Este frente frío también se desplaza hacia la costa este y Florida, donde provoca lluvias intensas y algunas tormentas eléctricas aisladas antes de internarse en el Atlántico y el Golfo de México. Aunque en estas zonas no se espera nieve, el contraste térmico y las precipitaciones fuertes pueden generar inundaciones puntuales y complicaciones urbanas.
En el oeste del país, el panorama es más tranquilo, con la excepción del sureste de Nuevo México y el suroeste de Texas. Allí, el extremo del frente ártico podría dejar nevadas acumuladas superiores a los 15 centímetros y condiciones cercanas a ventisca, un fenómeno menos frecuente en esas latitudes.
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Un patrón climático que deja aprendizajes
A pesar del frío generalizado en el este, los meteorólogos anticipan un aumento relativamente rápido de las temperaturas en las planicies del norte y del centro del país. Este cambio estaría impulsado por un sistema conocido como Alberta clipper, que transporta aire más templado desde el noroeste de Canadá hacia el interior de Estados Unidos.
Este tipo de eventos refuerza la importancia de la preparación y la información oportuna. Las autoridades insisten en que la población se mantenga atenta a los pronósticos, respete las alertas por nieve intensa, hielo y vientos fuertes, y tome precauciones básicas para reducir riesgos.
Para quienes observan desde fuera, como salvadoreños residentes en Estados Unidos o lectores en Centroamérica, estas tormentas recuerdan la escala y complejidad del clima invernal en el hemisferio norte. Más allá de lo coyuntural, también abren el debate sobre la adaptación a eventos extremos y la resiliencia de las ciudades frente a un clima cada vez más variable.
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