El repunte económico en EE. UU. fortalece las remesas hacia El Salvador
El crecimiento de 4.3 % del PIB de EE. UU. impulsa empleo y consumo, un contexto que coincide con el aumento de remesas que sostienen a miles de hogares salvadoreños.
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elsalvador.com
Publicado el 23 de diciembre de 2025
La economía de Estados Unidos creció 4.3 % anualizado en el tercer trimestre de 2025, superando las expectativas del mercado, según datos citados por la agencia AFP. El impulso provino del mayor consumo, las exportaciones y el gasto público. Este contexto favorable coincide con un aumento sostenido de las remesas hacia El Salvador, que superaron los $5,700 millones entre enero y julio, de acuerdo con el Banco Central de Reserva. Estados Unidos concentra más del 90 % de esos envíos, que benefician a más de 1.6 millones de personas y sostienen el consumo interno, según el BCR y el BID.
La economía de Estados Unidos sorprendió con un crecimiento anualizado de 4.3 % en el tercer trimestre de 2025, muy por encima de lo previsto por los mercados, según datos oficiales citados por la agencia AFP. Este desempeño, impulsado por el consumo, las exportaciones y el gasto público, se da en un contexto clave para El Salvador: coincide con un aumento sostenido de las remesas familiares enviadas desde ese país, principal destino de la diáspora salvadoreña.
El dato divulgado por el Departamento de Comercio estadounidense refleja una expansión económica más dinámica de lo anticipado por los analistas, que esperaban un crecimiento cercano al 3.2 %. En términos trimestrales, la economía avanzó 1.1 %, confirmando una recuperación más firme tras la volatilidad registrada en la primera mitad del año.
Este repunte económico ocurre en un momento de especial atención para millones de salvadoreños que residen en Estados Unidos y para las familias que dependen de los envíos de dinero desde el exterior, un flujo que se ha convertido en uno de los principales pilares de la economía nacional.
Un crecimiento que supera las previsiones
De acuerdo con la información oficial citada por AFP, el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense fue impulsado principalmente por un mayor gasto de los hogares, un aumento de las exportaciones y un crecimiento del gasto público, factores que compensaron la caída de la inversión privada.
En Estados Unidos, la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) mide el PIB trimestral en términos anualizados, es decir, proyectando el crecimiento a 12 meses si las condiciones actuales se mantuvieran. Bajo ese criterio, el resultado del tercer trimestre fue uno de los más sólidos del año.
Para los mercados financieros, este desempeño reduce las presiones inmediatas sobre la Reserva Federal (Fed) para recortar las tasas de interés. Sam Stovall, analista de CFRA, explicó a AFP que “con un PIB tan fuerte, la Fed tiene un motivo más para mantener sin cambios su política monetaria en la próxima reunión”, una señal de estabilidad macroeconómica para la mayor economía del mundo.
Reacciones políticas y expectativas económicas
El presidente Donald Trump celebró públicamente los datos, atribuyendo el crecimiento a las políticas de su administración, incluidos los aranceles comerciales. Más allá del tono político, los analistas coinciden en que la evolución de la economía estadounidense sigue siendo un factor determinante para América Latina y, en particular, para países altamente vinculados a ese mercado, como El Salvador.
Las propias autoridades de la Fed proyectan que Estados Unidos cerrará 2025 con un crecimiento cercano al 1.7 % respecto a 2024, una desaceleración frente a años anteriores, pero aún en terreno positivo. Este escenario, aunque moderado, mantiene un mercado laboral relativamente sólido, condición clave para la capacidad de envío de remesas.
El vínculo directo con las remesas familiares
Estados Unidos es el origen de más del 90 % de las remesas que recibe El Salvador, según datos oficiales del Banco Central de Reserva (BCR). Por ello, el comportamiento de su economía tiene un impacto directo en los ingresos de millones de hogares salvadoreños.

De acuerdo con cifras del BCR, entre enero y julio de 2025 el país recibió más de 5,700 millones de dólares en remesas familiares, lo que representó un crecimiento interanual de alrededor del 18 %. Esta tendencia al alza se ha mantenido durante la mayor parte del año y coincide con un mercado laboral estadounidense que, pese a los ajustes monetarios, ha mostrado resiliencia.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha señalado que el crecimiento económico y la estabilidad del empleo en Estados Unidos suelen traducirse en mayores flujos de remesas hacia Centroamérica, ya que los migrantes cuentan con más ingresos disponibles para apoyar a sus familias.
Remesas como motor de la economía salvadoreña
Las remesas familiares no solo representan una fuente directa de ingresos para los hogares, sino que también cumplen un papel relevante en el desempeño macroeconómico del país. Según el BCR, estos recursos benefician de forma directa a más de 1.6 millones de personas y sostienen el consumo interno, especialmente en rubros básicos.
En un contexto de inflación global y ajustes en el costo de vida, los envíos desde el exterior han contribuido a amortiguar el impacto en la economía doméstica, manteniendo la demanda de bienes y servicios en distintos sectores.
Desde una perspectiva regional, el BID ha advertido que El Salvador se encuentra entre los países con mayor dependencia relativa de las remesas, lo que refuerza la importancia de seguir de cerca la evolución económica de Estados Unidos.
Factores que explican el aumento de envíos
Especialistas en migración y economía coinciden en que varios elementos ayudan a explicar el crecimiento reciente de las remesas:
- Un mercado laboral estadounidense que, pese a la desaceleración esperada, mantiene niveles de empleo estables.
- El aumento de salarios en algunos sectores donde se concentra la mano de obra migrante.
- El uso creciente de canales digitales para el envío de dinero, que facilita transferencias más frecuentes.
- La necesidad de apoyar a las familias ante el encarecimiento del costo de vida en El Salvador.
Estos factores se ven reforzados cuando la economía estadounidense muestra señales de expansión, como las registradas en el tercer trimestre.
Un panorama con retos hacia adelante
A pesar del dato positivo del PIB, algunos economistas advierten que el crecimiento de Estados Unidos no es homogéneo. Parte importante de la expansión se concentra en sectores como la inversión en inteligencia artificial y la construcción de centros de datos, mientras que otras actividades tradicionales avanzan a un ritmo más lento.
Este desequilibrio podría influir en la evolución del empleo en determinados sectores donde se desempeñan trabajadores migrantes. No obstante, por ahora, las cifras de remesas sugieren que la capacidad de envío se mantiene sólida.
Pantheon Macroeconomics, citado por AFP, estima que los estímulos fiscales previstos en Estados Unidos tendrán un impacto moderado en el crecimiento futuro, ya que una parte de los hogares optará por ahorrar. Aun así, el entorno actual sigue siendo favorable para los flujos hacia economías dependientes de remesas.
Un contexto clave para la diáspora y el país
Para El Salvador, el crecimiento de la economía estadounidense representa mucho más que un dato macroeconómico internacional. Es una señal que se refleja en los ingresos de miles de familias, en el dinamismo del consumo y en la estabilidad de una de las principales fuentes de divisas del país.
Mientras Estados Unidos consolida un crecimiento superior a lo esperado, el comportamiento de las remesas seguirá siendo un indicador clave para medir cómo ese desempeño se traduce en bienestar económico para los hogares salvadoreños, tanto dentro como fuera del país.
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