Aguijuyo, la joya natural de Atiquizaya que nace de una leyenda

En el cantón Zunca, a menos de diez minutos del centro de Atiquizaya, Ahuachapán, se esconde un lugar que combina naturaleza, historia oral y aguas cristalinas: el Turicentro Aguijuyo. Este balneario natural, alimentado por uno de los 27 manantiales del municipio, es parte de una leyenda poco conocida que le da un carácter único entre los destinos turísticos de El Salvador.

Las palabras clave para describirlo son claras: manantial natural, piscinas cristalinas y leyenda salvadoreña. Aguijuyo no solo es un sitio ideal para pasar el día en familia o con amigos, también es un rincón cargado de identidad y tradición oral que ha sobrevivido gracias a generaciones de pobladores.

La leyenda de Aguijuyo y Zunca: amor y origen de agua

Según relatan los mayores de la zona, este nacimiento de agua tiene un origen mítico. Se dice que en tiempos antiguos, dos jóvenes pokomanes, la princesa Aguijuyo y el príncipe Zunca, se enamoraron profundamente, pese a las diferencias físicas y sociales. Sin embargo, un hermanastro celoso —Garucho— logró separarlos, causando que ambos murieran de tristeza bajo la luna llena.

Conmovido por su muerte, el pueblo entero lloró tanto que de esas lágrimas surgió el manantial que hoy da vida al turicentro. La historia aún vive en la memoria de los lugareños y en una escultura erigida en honor a la princesa Aguijuyo, visible dentro del complejo.

¿Qué ofrece el Turicentro Aguijuyo?

El lugar cuenta con cuatro piscinas naturales, siendo la más grande la que recibe directamente el flujo del nacimiento de agua. Esta piscina mide 15 metros de ancho por 35 de largo, con hasta dos metros de profundidad. La abundancia del manantial permite que el agua se renueve a diario: cada piscina se vacía y se llena completamente en un promedio de tres a cuatro horas, lo que garantiza limpieza y frescura todo el año.

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Además, el agua de Aguijuyo termina su recorrido en el río San Antonio, que a su vez desemboca en el río Paz, uniendo así esta fuente con uno de los sistemas hídricos más importantes del occidente salvadoreño.

¿Cómo llegar y qué necesitás saber?

El turicentro se encuentra a 1.3 km del parque central de Atiquizaya, en el cantón Zunca, y su acceso es muy sencillo tanto en vehículo propio como en transporte público.

Desde San Salvador, tomá la ruta 202 desde la terminal de Occidente. El pasaje cuesta aproximadamente $1.50 hasta el parque de Atiquizaya. Desde ahí, podés caminar o tomar un mototaxi que te lleva hasta el balneario por unos $0.50 por persona. Si vas en auto, simplemente colocá en tu GPS “Balneario Aguijuyo, Atiquizaya”. El camino es accesible para cualquier tipo de vehículo.

Costo de entrada:
El acceso tiene un precio simbólico de $0.60 por persona. Esto lo convierte en una de las opciones recreativas más accesibles de la zona.

Horarios:
El lugar abre todos los días de 8:00 a.m. a 5:00 p.m., excepto los miércoles, que se reserva para mantenimiento.

Recomendaciones prácticas:

• Podés llevar tus propios alimentos o cocinar en el lugar.
• No hay muchas ventas de comida, por lo que es mejor ir preparado.
• Hay espacio de parqueo amplio para comodidad de los visitantes.
• Llevá ropa cómoda, protector solar y bolsas para basura: el entorno natural merece cuidado.

Una experiencia cultural y natural todo el año

Aguijuyo no es solo una opción para refrescarte en aguas cristalinas; es también una puerta a la historia no oficial de El Salvador, aquella que se transmite de boca en boca, entre leyendas, escultura y memoria viva.

Este balneario es ideal para turistas locales, familias y salvadoreños que buscan reconectar con su tierra a través de espacios auténticos y accesibles. Aquí no solo se disfruta del paisaje, también se descubre cómo una historia de amor puede seguir fluyendo en forma de agua fresca.