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Jenny y Carla preparan pupusas artesanales con masa de semilla de girasol, una receta que ha conquistado ferias y paladares.

Refranes: un emprendimiento que transforma e innova con la semilla de girasol

Una madre y su hija transforman la semilla de girasol en pupusas, atoles y bebidas, apostando por la innovación y la cocina saludable en Santa Ana.

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Por Evelyn Alas
Publicado el 23 de noviembre de 2025

 

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Refranes, barriguita llena, corazón contento, es un emprendimiento familiar liderado por Jenny y su hija Carla desde Ciudad Versailles. Apostaron por la semilla de girasol como base para crear pupusas, horchata, chocolate y atol, ofreciendo una alternativa nutritiva a los sabores tradicionales. Nacido en ferias gastronómicas, el negocio ha crecido con el apoyo de su comunidad y la pasión familiar. Próximamente abrirán su primer local en Santa Ana, donde planean servir sus productos calientes. “Con lo que hay, se puede”, dice Jenny, quien junto a Carla demuestra que la innovación también se cocina en casa.

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Lo que comenzó como una búsqueda por un producto distinto, se ha convertido en un emprendimiento familiar que transforma ingredientes poco convencionales en delicias típicas con un giro saludable. "Refranes, barriguita llena, corazón contento" es el nombre del proyecto liderado por Jenny, una emprendedora salvadoreña que apostó por la semilla de girasol como base para reinventar recetas tradicionales.

De las ferias al paladar salvadoreño

Refranes nació en 2019, durante el primer festival gastronómico en el que participó Jenny. En ese entonces, creó su atol de semilla de girasol, una receta que elaboró desde cero. “Busqué y busqué, pero aquí en El Salvador no había nada hecho con semilla de girasol. Entonces me lancé a hacer mi propio atol, y fue un éxito”, recuerda.

Desde entonces, el menú ha crecido y sorprendido en cada edición de ferias y eventos gastronómicos. Pupusas hechas con masa de girasol, horchata con base de la misma semilla, chocolate artesanal y café de maíz con girasol son algunas de las innovaciones que más buscan los asistentes. “Nunca imaginé que una semilla tan pequeña nos daría tantas posibilidades. La gente se queda sorprendida del sabor, de la textura y sobre todo, de que sea algo saludable”, comenta Jenny con orgullo.

Un emprendimiento con sabor a familia

El negocio no sería posible sin el trabajo conjunto de toda la familia. Carla, hija única de Jenny y licenciada en psicología, es el motor que mantiene la producción en marcha. “Quizás mi mamá es la imagen, pero yo soy la que está detrás de todo: me encargo de la producción, del empaque, de etiquetar, y hasta de hacer las entregas si es necesario”, dice Carla.

La joven, que desde los 15 años ha estado involucrada en los negocios familiares, dice que encontró su pasión en la cocina artesanal. “Uno le agarra cariño al producto, a la gente que lo prueba y vuelve. Es bonito ver cómo algo que hacemos con nuestras manos llega tan lejos”, añade.

El papá de Carla también es parte del equipo, aunque de forma más discreta. “Él nos ayuda con lo más pesado, siempre está presente, apoyando, aunque no lo vean en los eventos”, explica Jenny.

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Santa Ana: el próximo gran paso

Después de años participando en ferias y atendiendo pedidos a domicilio en San Salvador, Santa Tecla y Lourdes, la familia está a punto de inaugurar su primer local en Santa Ana. “Ya llevamos dos años construyendo nuestra casita y el negocio. Gracias a Dios, ya estamos en la recta final. Queremos ofrecer el producto caliente, que es como realmente se disfruta”, asegura Jenny.

Jenny y Carla preparan pupusas artesanales con masa de semilla de girasol, una receta que ha conquistado ferias y paladares.
Jenny y Carla preparan pupusas artesanales con masa de semilla de girasol, una receta que ha conquistado ferias y paladares. / Foto elsalvador.com.

La demanda ha sido tal, que cada semana reciben mensajes preguntando dónde pueden comprar los productos de Refranes en un punto fijo. Por ahora, las entregas se realizan miércoles y sábados, pero la apertura del local ampliará esa capacidad. “Queremos estar más cerca de quienes no pueden venir a las ferias. No se trata de competir, sino de compartir algo diferente”, afirma Jenny.

Innovar desde lo nuestro

Uno de los mayores aportes de Refranes es su capacidad de innovación a partir de ingredientes accesibles y saludables. La semilla de girasol, rica en vitamina E, antioxidantes y grasas buenas, se ha convertido en el pilar de una línea de productos que despiertan curiosidad y admiración.

“El girasol no solo es bonito, también es nutritivo. Queremos que la gente vea que se puede comer rico, diferente y cuidarse al mismo tiempo”, dice Carla. La propuesta también responde a una tendencia global de alimentación más consciente, lo que podría darle una ventaja competitiva al emprendimiento en el futuro.

Además, Refranes ha demostrado que es posible crear productos con identidad local sin recurrir a ingredientes procesados ni aditivos artificiales. “Nosotras usamos quesillos artesanales, maíz criollo y semillas que compramos en el mercado. Todo es natural”, explica Jenny.

El emprendimiento Refranes ofrece atoles, horchatas y postres hechos con ingredientes naturales y sin aditivos artificiales.
El emprendimiento Refranes ofrece atoles, horchatas y postres hechos con ingredientes naturales y sin aditivos artificiales. / Foto elsalvador.com.

Más que negocio: una causa

Para esta familia emprendedora, Refranes es mucho más que una fuente de ingresos. Es también una forma de transmitir valores y de inspirar a otros. “Queremos que la gente vea que sí se puede. Empezamos con una idea pequeña y ahora tenemos una comunidad que nos apoya y espera nuestras novedades”, expresa Carla.

Jenny concluye con una frase que refleja el espíritu del proyecto: “Con lo que hay, se puede. Solo hay que tener fe, ganas y mucho amor por lo que uno hace. Y claro, una familia que te respalde”.

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