Régimen de condominio: una solución eficaz para administrar inmuebles en El Salvador
El régimen de condominio permite dividir y administrar inmuebles complejos, brindando seguridad legal y eficiencia a inversionistas y desarrolladores.
Por
Evelyn Alas
Publicado el 04 de noviembre de 2025
El régimen de condominio es una figura legal que facilita la administración de edificios con múltiples propietarios, como torres de apartamentos o centros comerciales. En El Salvador, este modelo está regulado desde 1993 y permite dividir un inmueble en unidades privadas y áreas comunes, cada una con reglas claras de uso. Ofrece ventajas como seguridad jurídica, distribución equitativa de gastos y una junta de administración que vela por el mantenimiento. Es ideal para inversionistas, desarrolladores y la diáspora que desea invertir desde el exterior sin preocuparse por la gestión diaria del inmueble.
En un mercado inmobiliario que comienza a diversificarse con edificios verticales, locales comerciales y desarrollos mixtos, el régimen de condominio se presenta como una figura legal clave para organizar la propiedad y gestión de inmuebles compartidos. En El Salvador, su adopción está creciendo entre inversionistas y pequeños desarrolladores que buscan una estructura transparente y funcional.
¿Qué es el régimen de condominio y por qué es relevante hoy?
El régimen de condominio es una forma jurídica que permite dividir un inmueble en unidades privadas —como apartamentos, oficinas o locales— y áreas comunes —como pasillos, estacionamientos o elevadores—, todo bajo una administración común. Esta figura está regulada en El Salvador por la Ley de Propiedad en Condominio, vigente desde 1993.
Para proyectos con múltiples propietarios o usos, como torres residenciales o centros comerciales, este régimen facilita la convivencia y operación, ya que establece reglas claras sobre derechos, cuotas de mantenimiento y uso de espacios compartidos. Es una herramienta especialmente útil para quienes desean invertir en bienes raíces sin asumir la carga de administrar todo el inmueble por cuenta propia.
Este modelo se adapta tanto a proyectos nuevos como a edificios existentes que desean ordenar su funcionamiento. Su implementación permite organizar mejor la relación entre copropietarios, establecer lineamientos de uso y dar seguimiento eficiente al mantenimiento de los espacios compartidos. También es útil para evitar conflictos por temas como el uso de parqueos, el acceso a áreas sociales o los gastos comunes.
Beneficios clave para inversionistas y desarrolladores
Uno de los principales beneficios del régimen de condominio es la seguridad jurídica: cada unidad tiene su escritura individual, lo cual facilita su venta, hipoteca o arrendamiento. Además, los costos de mantenimiento se distribuyen proporcionalmente entre los copropietarios, lo que permite una gestión más sostenible del edificio.
Para los desarrolladores, estructurar un proyecto bajo este régimen también puede aumentar su valor comercial, ya que brinda confianza a los compradores. Incluso pequeños inversionistas pueden acceder a inmuebles con buena ubicación y servicios, participando en un esquema ordenado y con potencial de plusvalía.
Este modelo fomenta la inversión en bienes raíces sin que cada propietario deba preocuparse por el manejo operativo del inmueble. Es ideal para quienes buscan ingresos pasivos mediante el alquiler de su unidad, pues la administración se encarga de los aspectos comunes y del buen funcionamiento del proyecto.
Otro aspecto importante es la creación de una junta de administración, que representa a los propietarios y se encarga de tomar decisiones clave sobre el mantenimiento, seguridad y mejoras del inmueble. Esto reduce conflictos y promueve una convivencia más armónica entre los distintos usuarios del espacio.
Además, la existencia de un reglamento interno brinda certidumbre a los inversionistas y evita que cada propietario actúe de forma arbitraria. Establece horarios, normas de uso, sanciones por incumplimiento y mecanismos de resolución de conflictos. Así, el inmueble se conserva en mejores condiciones, lo cual impacta directamente en su valorización.

¿Qué se necesita para aplicar este modelo en El Salvador?
Para constituir un régimen de condominio, se requiere que el inmueble esté debidamente inscrito en el Centro Nacional de Registros (CNR), contar con un plano autorizado que delimite claramente las unidades privadas y las áreas comunes, y elaborar un reglamento interno que regule el uso, derechos y obligaciones de los propietarios.
También es recomendable asesorarse con un abogado especializado en derecho inmobiliario, especialmente si se trata de una propiedad con múltiples socios o inversionistas. Los costos de legalización varían según el tamaño del proyecto, pero suelen representar una fracción del valor total del inmueble. Se requiere la escritura matriz del inmueble, su inscripción registral y la protocolización del reglamento de copropiedad.
Este modelo ya se aplica en proyectos residenciales como condominios cerrados, complejos de apartamentos y centros comerciales en zonas como Santa Tecla, Antiguo Cuscatlán y San Miguel. Su adopción permite profesionalizar la gestión inmobiliaria, atraer más inversión y generar mayor confianza entre compradores y residentes.
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A nivel operativo, se requiere también establecer una administración activa, ya sea interna (entre copropietarios) o externa (con una empresa especializada). Esta administración es la encargada de ejecutar el presupuesto anual aprobado por la junta, contratar servicios de limpieza, vigilancia, jardinería o mantenimiento, y rendir cuentas periódicamente.
Para los salvadoreños en el exterior, esta figura representa una ventaja adicional: les permite invertir en inmuebles con la tranquilidad de saber que la operación diaria estará en manos de una administración profesional. Así, pueden participar en el mercado inmobiliario nacional sin estar físicamente presentes, lo que abre la puerta a nuevas oportunidades de inversión remota.
El régimen de condominio también puede aplicarse a proyectos industriales, bodegas o centros logísticos, siempre que existan elementos comunes a regular. Esto lo convierte en una figura adaptable a diferentes tipos de desarrollos, más allá del ámbito residencial tradicional.
Fuentes consultadas:
- Ley de Propiedad en Condominio de Bienes Inmuebles, Asamblea Legislativa de El Salvador
- Centro Nacional de Registros (CNR)
- Entrevistas con abogados especialistas en derecho inmobiliario
- Experiencias de desarrolladores locales en Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán
- Documentación de proyectos habitacionales y comerciales en régimen de condominio
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