El maquilishuat florece en París, en el histórico Jardín de las Serres d’Auteuil
El Árbol Nacional de El Salvador se convierte en símbolo de amistad y unión entre naciones al ser sembrado en uno de los jardines más emblemáticos de la capital francesa.
Por
Leidy Puente
Publicado el 10 de octubre de 2025
El maquilishuat, Árbol Nacional de El Salvador, comienza a florecer en Francia. La embajadora Lorena Sol de Pool entregó sus semillas al histórico Jardín de las Serres d’Auteuil en París, como símbolo de amistad y cooperación entre ambos países. Este gesto forma parte del programa de Diplomacia Pública y busca fortalecer los lazos culturales y naturales. Durante el evento se compartió café salvadoreño y semita, llevando un toque del país al corazón europeo. El maquilishuat representará la identidad, esperanza y belleza salvadoreña, creando un puente vivo entre El Salvador y Francia.
Un símbolo profundamente ligado a la identidad salvadoreña comienza a echar raíces en el corazón de Francia. En el marco del programa de Diplomacia Pública, la embajadora de El Salvador en Francia, Lorena Sol de Pool, entregó semillas de maquilishuat al emblemático Jardín de las Serres d’Auteuil en París, en un gesto que trasciende fronteras y representa la siembra de la amistad, la memoria y la esperanza entre ambas naciones.
Este jardín, inaugurado en 1858 y declarado monumento histórico por su valor patrimonial y botánico, alberga especies de todo el mundo. Desde ahora, entre sus colecciones se encontrará también el maquilishuat, Árbol Nacional de El Salvador, que con su característica floración rosada se convertirá en embajador natural del país centroamericano en tierras europeas.
La entrega de las semillas, que serán sembradas en un espacio destacado dentro del invernadero histórico, representa un intercambio cultural y natural que fortalece la relación bilateral.
“Sembrar un árbol es más que un acto simbólico, es un compromiso con la vida, con el futuro y con la unión de los pueblos”, expresó la embajadora Sol de Pool durante la ceremonia.

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El evento contó con la presencia del director de Relaciones Internacionales de París y el jefe de botánica del Jardín de las Serres d’Auteuil, quienes destacaron el valor de esta colaboración y la importancia de promover el diálogo entre naciones a través de gestos que celebren la biodiversidad y el respeto por la naturaleza.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, para la capital francesa, recibir esta especie representa una conexión viva entre dos culturas que encuentran en la naturaleza un terreno común. No solo se enriquece el patrimonio botánico del jardín, sino que también se fortalece un puente diplomático que seguirá creciendo con el tiempo.

Café, semita y raíces compartidas
El encuentro estuvo acompañado por una muestra de la hospitalidad salvadoreña. Los asistentes disfrutaron de café cultivado en la cordillera Ilamatepec, reconocido por su aroma y calidad, acompañado de la tradicional semita salvadoreña, uno de los emblemas gastronómicos más queridos del país. Estos sabores llevaron un pedacito de El Salvador a París y reforzaron el espíritu de hermandad del evento.
Además, cada invitado recibió un pequeño paquete con semillas de maquilishuat, una ficha informativa sobre su historia y significado, y un instructivo de siembra, con el objetivo de extender este gesto de amistad más allá del invernadero.
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El árbol que colorea la identidad de un país
El maquilishuat (Handroanthus impetiginosus) es mucho más que un árbol para los salvadoreños, es parte de su historia, de su paisaje y de su alma colectiva. Su nombre proviene del náhuat makwil iswat, que significa “cinco hojas”, en referencia a la forma en que crecen sus hojas agrupadas. Esta especie es originaria de Centroamérica y se encuentra principalmente en El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y regiones del sur de México.
Cada año, entre diciembre y febrero, comienza su floración, pintando calles, avenidas, parques y plazas públicas con tonos rosados y lilas que transforman el paisaje urbano y rural. En San Salvador, algunos de los ejemplares más impresionantes se encuentran en la plaza Morazán, la plaza Gerardo Barrios y el Centro Histórico, donde su sombra se convierte en refugio para transeúntes y su belleza en un espectáculo natural que atrae a turistas y locales por igual.

Los árboles de maquilishuat pueden alcanzar entre 15 y 30 metros de altura, y sus flores, que cubren completamente el follaje, atraen aves, abejas y mariposas, contribuyendo a la polinización. Además de su valor ornamental y ecológico, su madera se utiliza en la construcción y carpintería, y en la medicina tradicional se le atribuyen propiedades curativas.
Su floración suele coincidir con la estación seca, conocida popularmente como “verano”, cuando el árbol, fortalecido por las lluvias previas, está listo para florecer y esparcir sus semillas. Estas poseen alas que les permiten viajar con el viento a largas distancias, germinando con las primeras lluvias de mayo y aprovechando los meses húmedos para crecer.
Aunque existen especies similares, como el Tabebuia rosea, de color más pálido, y el Handroanthus impetiginosus, de tonos más intensos, ambas son reconocidas popularmente como maquilishuat. Su capacidad para transformar el paisaje con su floración y su resistencia lo han convertido en un símbolo de renovación, fortaleza y esperanza para generaciones de salvadoreños.

Un puente vivo entre dos culturas
De esta manera, la llegada del maquilishuat al Jardín de las Serres d’Auteuil no solo embellecerá el paisaje parisino, sino que también será un recordatorio permanente del lazo que une a El Salvador y Francia. Así como sus raíces se afianzarán en suelo francés, también lo hará la relación entre ambas naciones, basada en el respeto, la cooperación y la amistad.
“Sembrar un árbol es sembrar un futuro compartido”, afirmó Sol de Pool, destacando que esta iniciativa es parte del compromiso salvadoreño de proyectar su riqueza natural y cultural más allá de sus fronteras.
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