Vacuna anual contra la influenza: quiénes deben recibirla
Acá te explicamos qué es la influenza y por qué debés protegerte contra este virus, vacunando a niños y personas de la tercera edad.
Por
Lissette Figueroa
Publicado el 16 de septiembre de 2025
La influenza no es un simple resfriado: puede causar complicaciones graves, hospitalizaciones e incluso muertes. La vacuna, gratuita y segura en El Salvador, es la mejor herramienta de prevención y se aplica cada año según las recomendaciones de la OMS. Está dirigida a niños pequeños, adultos mayores y personal de salud, pero cualquier persona puede consultar para recibirla. Además de vacunarse, es vital mantener medidas de higiene como lavarse las manos, cubrirse al toser y evitar el contacto con personas enfermas para cortar la cadena de contagio.
La influenza no es un simple resfriado. Es una enfermedad viral que cada año provoca miles de consultas médicas, hospitalizaciones y, en casos graves, incluso muertes. Por eso, hablar de prevención es hablar de salvar vidas. Y la herramienta más importante para lograrlo es la vacuna.
En El Salvador, el Ministerio de Salud ha dejado claro que la mejor forma de reducir el impacto de la influenza es vacunarse de manera oportuna. La vacuna contra la influenza se refuerza cada año para proteger contra las cepas de virus que circulan más frecuentemente.
Esto significa que, al recibirla, no solo disminuye la posibilidad de contagiarse, sino también las probabilidades de sufrir complicaciones graves si la enfermedad aparece.

El esquema de vacunación 2025 indica que deben recibir la vacuna preferentemente las niñas y niños entre los 6 meses y los 4 años con 11 meses de edad; así como personas adultas mayores de 60 años y personal de salud.
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Estos grupos son priorizados porque están más expuestos o tienen mayores riesgos de presentar cuadros graves. Sin embargo, cualquier persona que desee protegerse puede consultar en su unidad de salud para saber si puede acceder a la vacuna.
En El Salvador, el Ministerio de Salud utiliza la vacuna del hemisferio sur, ya que la estacionalidad de la influenza en nuestro país es similar a la de Sudamérica. Esta vacuna incluye protección contra las cepas más comunes: A(H1N1), A(H3N2) y dos tipos de influenza B (linajes Victoria y Yamagata).
Desde 2011, esta vacuna se aplica de manera sistemática, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que revisa cada año cuáles son las cepas que deben incluirse para garantizar la mayor protección posible.
Existen diferentes tipos de vacunas contra la influenza. Todas son seguras y cumplen con los estándares internacionales de calidad.
Los efectos secundarios de la vacuna suelen ser leves, como dolor en el brazo o una ligera fiebre, y desaparecen en pocos días.
¿Dónde vacunarse?
Gratuitamente y siguiendo el esquema de vacunación nacional, te podés vacunar en las unidades de salud y en los hospitales nacionales. Si consultás en el sistema privado, queda a discreción del médico cuándo hacerlo, según tu estado de salud.
Según el infectólogo Iván Solano Leiva, la vacuna se debe aplicar todos los años. Afirma que los salvadoreños que tiene alto riesgo de presentar defensas bajas o con alguna enfermedad crónica, deberían aplicarse dos dosis cada año.
Además de la vacunación, la prevención también incluye hábitos diarios como lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y evitar el contacto cercano con personas enfermas. Estas medidas, aunque sencillas, ayudan a frenar la propagación del virus en la comunidad.
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Una enfermedad más seria de lo que parece
La influenza es causada por un virus que ataca el sistema respiratorio. A menudo se confunde con un resfriado común, pero sus síntomas suelen ser más intensos y de inicio repentino: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, cansancio extremo, congestión nasal, dolor de garganta y tos fuerte.

En la mayoría de los casos, las personas se recuperan en una semana. Sin embargo, existen situaciones en que la enfermedad se complica y provoca neumonía u otras infecciones respiratorias graves.
También puede agravar condiciones médicas preexistentes como el asma, la diabetes o las enfermedades del corazón.
Las epidemias del pasado —como la de 2009 causada por el virus A(H1N1)— han mostrado el impacto que puede tener la influenza cuando se propaga sin control: alta mortalidad, saturación de hospitales y graves consecuencias sociales y económicas.
¿Cómo se transmite la influenza?
El virus se propaga principalmente de persona a persona, a través de gotitas que salen al hablar, toser o estornudar. Estas partículas pueden viajar hasta un metro de distancia y entrar en contacto con las vías respiratorias de otra persona.
También es posible contagiarse al tocar superficies contaminadas y luego llevarse las manos a la boca, nariz o ojos, aunque esta forma de transmisión es menos común.
Una característica importante es que la influenza se puede transmitir incluso antes de que aparezcan los síntomas. Es decir, alguien que parece estar sano puede estar contagiando a quienes lo rodean. Por eso la prevención no debe esperar: vacunarse a tiempo y mantener medidas de higiene es fundamental para cortar la cadena de transmisión.
Vacunarse no solo protege a la persona que recibe la dosis, también protege a quienes le rodean. Esto es especialmente importante para las personas que, por razones médicas, no pueden recibir la vacuna. Cuando más personas se vacunan, el virus tiene menos oportunidades de circular, reduciendo el número de casos.
