Asamblea busca inyectar con $6 millones la siembra de maíz y frijol en el país

La Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa aprobó de forma unánime un dictamen para modificar la Ley de Presupuesto 2025, con el objetivo de asignar $6 millones adicionales al Centro de Desarrollo de la Capacitación Agropecuaria (CDCA). Esta medida pretende fortalecer la capacidad del Estado para impulsar políticas públicas en el área agrícola, enfocadas en la formación de agroproductores y en la promoción de prácticas sostenibles y de alto rendimiento.

De acuerdo con la exposición realizada en la comisión, los nuevos fondos permitirán financiar y ejecutar el programa Fomento de la Siembra de Alto Rendimiento de Maíz y Frijol, un esfuerzo que busca incrementar la producción y productividad de dos de los principales cultivos básicos en El Salvador. El financiamiento proviene de un préstamo interno otorgado por el Banco de Fomento Agropecuario (BFA), que se incorpora como parte del patrimonio institucional del CDCA.

Impulso a la producción nacional

El dictamen detalla que el patrimonio del CDCA estará constituido por diversas fuentes de financiamiento, incluyendo créditos bancarios, titularizaciones, emisión de bonos y otros mecanismos. Esta diversificación de recursos busca dotar a la institución de estabilidad y autonomía para cumplir con sus objetivos.

La subdirectora general del Presupuesto, Laura Michelle Arce, explicó que los recursos asignados permitirán apoyar directamente a los productores para que financien y adopten nuevas tecnologías agrícolas "de alto rendimiento para la siembra de maíz y frijol”, aseguró.

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El programa priorizará la tecnificación de las prácticas agrícolas, incentivando el uso de insumos modernos, maquinaria especializada y métodos de cultivo más eficientes. De esta manera, se espera elevar la productividad por hectárea y reducir las pérdidas ocasionadas por plagas, sequías u otros factores adversos que afectan la agricultura salvadoreña.

Origen y funciones del CDCA

El CDCA fue creado en agosto de 2023 como parte de una estrategia gubernamental para fortalecer el sector agropecuario. Su misión principal es promover la capacitación, la mecanización y la innovación tecnológica en el agro, con el fin de dinamizar la economía local y mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales.

Desde su creación, la institución ha trabajado en proyectos que fomentan la tecnificación de los procesos productivos, impulsando a los agricultores a migrar hacia modelos de mayor eficiencia y competitividad. Con la nueva asignación presupuestaria, el CDCA podrá contar con recursos para escalar sus programas y generar un mayor impacto a nivel nacional, según la propuesta discutida en la Comisión de Hacienda del Órgano Legislativo.

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Beneficios esperados

La aprobación de este financiamiento se enmarca en la estrategia del Gobierno de garantizar la seguridad alimentaria y fortalecer la economía agrícola. Con los $6 millones asignados, se espera beneficiar a cientos de productores de maíz y frijol, quienes podrán acceder a créditos blandos, asistencia técnica y herramientas modernas.

Estos incentivos permitirán a los agricultores mejorar la calidad de sus cosechas, reducir costos de producción y obtener mayores ingresos. Al mismo tiempo, se proyecta que el aumento en la productividad contribuya a estabilizar la oferta de granos básicos en el mercado interno, ayudando a controlar los precios y a reducir la dependencia de importaciones.

Apuesta por la sostenibilidad

Otro aspecto relevante del programa es su enfoque en la sostenibilidad. El CDCA busca que la modernización del agro no solo aumente la producción, sino que también se realice bajo principios de conservación de los recursos naturales y respeto al medio ambiente.

El programa, según lo explicado en la comisión legislativa, promoverá técnicas de cultivo amigables con el suelo, prácticas de riego eficientes y el uso responsable de insumos agrícolas. Además, se incentivará la formación de los productores en temas de gestión empresarial y asociatividad, con el fin de que puedan integrarse mejor en las cadenas de valor.

El reto, ahora, será garantizar que los fondos se ejecuten de manera eficiente y transparente, y que los beneficios lleguen directamente a los agricultores que más lo necesitan. Si se cumplen estos objetivos, la inversión de $6 millones podría marcar un punto de inflexión en la producción de granos básicos, contribuyendo no solo al bienestar de las familias rurales, sino también a la estabilidad económica del país.