5 datos sorprendentes que explican el poder de la misteriosa familia Guirola

A veces la historia de una ciudad se escribe desde los cimientos de una casa. Y Santa Tecla —antigua Nueva San Salvador— tiene los suyos marcados con mármol, columnas neoclásicas y un apellido que dominó la política, la economía y hasta el imaginario popular salvadoreño: los Guirola. Su legado va más allá del café y las mansiones. Esta es una historia de riqueza deslumbrante, secretos familiares y rumores que aún flotan entre las calles que alguna vez les pertenecieron.

Te puede interesar: Cementerio de Izalco guarda rituales secretos y energías extrañas del “brujo cachimbón”

¿Quiénes fueron realmente los Guirola? ¿Cómo llegaron a tener tanto poder y por qué lo perdieron? Aquí te compartimos cinco curiosidades que resumen su fascinante historia.

1. Fueron los “dueños” de Santa Tecla… y hasta donaron parte de la ciudad
Después del terremoto de 1854 que destruyó San Salvador, la capital fue trasladada temporalmente a terrenos propiedad de los Guirola. La familia no solo cedió tierras para fundar Nueva San Salvador (hoy Santa Tecla), sino que construyó su lujosa residencia justo en el corazón de la nueva ciudad. Esa casa es conocida actualmente como la Casa de las Águilas.

2. Vendían de todo: desde champagne francés hasta rifles y ganado
Ángel Guirola, uno de los personajes más influyentes de la familia, no solo fue político y banquero. En 1879, su casa en Santa Tecla era también un centro de comercio donde se vendía café, vinos, géneros de Francia e Inglaterra, armas, borlas para cortinas y hasta ganado gordo. Un auténtico “supermercado de lujo” de la época, según el Diario Oficial.

3. Construían sus mansiones con materiales importados por mar
Nada en sus casas era sencillo ni local. Todo se traía desde Europa por barco: mármol, láminas troqueladas, ladrillos, vidrios, muebles, e incluso pianos. La familia vivía al estilo de la nobleza europea, rodeada de arte, música, perfumes caros y decoración fastuosa. El diseño neoclásico de sus mansiones aún puede admirarse en Santa Tecla.

4. La leyenda del pacto con el diablo que marcó a la familia
El poder de los Guirola fue tan grande que surgió una leyenda popular: decían que cada generación debía entregar un hijo al diablo para mantener su fortuna. Si se rompía el pacto, sus negocios caerían. Muchos aseguraban que el olor a incienso, las casas llenas de santos y su devoción católica eran en realidad una fachada para esconder prácticas ocultas.

5. Su caída fue tan dramática como su ascenso
Aunque los mitos apuntan a pactos rotos y desgracias, la verdad fue más económica que sobrenatural. La decadencia de los Guirola vino con la caída del café como producto estrella y crisis como la Gran Depresión de 1929. Sus propiedades fueron vendidas o entregadas a obras sociales. Hoy, algunas de sus mansiones sobreviven como fantasmas de una era dorada.

En la actualidad, las antiguas propiedades de los Guirola son parte del patrimonio arquitectónico de Santa Tecla, pero pocos conocen la historia detrás de sus muros. Desde sus inicios como inmigrantes inversionistas hasta convertirse en una familia temida por su supuesto trato con lo oculto, los Guirola siguen siendo uno de los capítulos más intrigantes del pasado salvadoreño.