Pandemia dejó una "catástrofe" para 186 millones de estudiantes en Iberoamérica, dice OEI
La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) alerta que la pandemia dejó una “catástrofe generacional” en 186 millones de estudiantes por pérdida de clases y baja inversión educativa.
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EFE
Publicado el 28 de agosto de 2025
La pandemia del 2020 provocó una “catástrofe generacional” en 186 millones de estudiantes de Iberoamérica, según la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). El confinamiento interrumpió en promedio dos años de clases, afectando la educación, la salud mental y las oportunidades laborales de los jóvenes. El secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, alertó que la inversión educativa en la región sigue siendo insuficiente y destacó la necesidad de acelerar la transición digital. Uruguay es referente en educación virtual. La OEI impulsa proyectos para fortalecer competencias digitales y recuperar aprendizajes perdidos tras la crisis.
El confinamiento provocado por la pandemia del 2020 dejó una “catástrofe generacional” en 186 millones de estudiantes de Iberoamérica, al perder en promedio dos años de asistencia a la escuela, alertó el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), Mariano Jabonero.
Durante una entrevista con EFE en Lima, Jabonero recordó que al inicio de la emergencia sanitaria “186 o 182 millones de niños y niñas quedaron confinados en sus hogares y, entre ellos, el 50 % no tenía capacidad de conectividad”, lo que interrumpió por completo su educación y sus vínculos culturales.
“Eso ha tenido un impacto muy directo en las competencias de esos jóvenes”, afirmó el pedagogo, al coincidir con la valoración del secretario general de la ONU, António Guterres, quien calificó la crisis como un “desastre generacional”.

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Impacto en las competencias y el futuro laboral
Según Jabonero, esta generación acumula una pérdida aproximada de dos años de educación formal, lo que afectará su inserción laboral y los ingresos que puedan percibir en el futuro. “Es una catástrofe generacional (…) los hijos de las familias que más necesitan de la educación son los que más han sufrido esa carencia”, señaló.

El confinamiento también derivó en un “trastorno psicológico notable” en los estudiantes, debido al malestar social asociado al aislamiento. La interrupción educativa impactó tanto en la formación académica como en las competencias personales y sociales, reduciendo las oportunidades de progreso de los jóvenes.
Baja inversión educativa
El secretario general de la OEI subrayó que, pese a este escenario, la inversión en educación sigue siendo insuficiente. Recordó que la región llegó a destinar 5,2 % del PIB a este sector, nivel que no se ha recuperado tras la pandemia.
“La inversión en educación es reducida, no es la que hace falta, y esa es la primera política fundamental que hacía falta”, advirtió.
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Asimismo, remarcó la necesidad de impulsar la transición digital, ya que los sistemas educativos enfrentan una gran demanda en este campo. La OEI lanzó un Fondo Concursable para proyectos en competencias digitales y recibió 1.750 propuestas, cifra que superó su capacidad de financiamiento.
“Hay un requerimiento por parte del sistema educativo, requiere avanzar en esa vía digital y no tiene el apoyo suficiente”, indicó.

El experto también enfatizó la importancia de motivar a los jóvenes a culminar sus estudios, comparándolo con un partido de fútbol que se juega hasta el final. Quienes terminan su formación tienen mayor capacidad de inserción laboral, mientras que quienes abandonan la escuela suelen caer en la informalidad.
“Con los estudios, los jóvenes van a tener una capacidad de inserción laboral mejor, a diferencia de los menores que dejan la escuela y terminan en la informalidad laboral, un fenómeno creciente en la región”, explicó.
Uruguay, ejemplo en la región
Jabonero destacó la experiencia de Uruguay en educación digital, con un proyecto iniciado hace más de 20 años y sostenido por todos los gobiernos del país. “Es el mejor ejemplo de educación virtual que hay en toda América Latina”, afirmó.
El proyecto uruguayo, mantenido como una política de Estado estratégica, permitió al país responder mejor a la crisis educativa durante la pandemia. Esta continuidad, resaltó, muestra la importancia de políticas estables en un sector que requiere visión a largo plazo.
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