Industria farmacéutica en El Salvador generó más de 24,000 empleos en 2024
Más de 24,000 personas trabajan directa o indirectamente en el sector farmacéutico salvadoreño y acumuló más de $182 millones.
Por
Juan Martínez
Publicado el 30 de agosto de 2025
El Salvador se consolida como referente regional en la industria farmacéutica, con más de 24,000 empleos directos e indirectos y exportaciones por $182.2 millones en 2024. El sector ofrece salarios promedio de $982, muy superiores al mínimo, y 35 laboratorios cuentan con certificación en Buenas Prácticas de Manufactura. En la última década se invirtieron más de $150 millones en infraestructura, fortaleciendo la competitividad del país. Sin embargo, persiste un déficit en la balanza comercial, pues las importaciones alcanzaron $651.7 millones. El reto está en reducir la dependencia externa, diversificar exportaciones y apostar por innovación y biotecnología.
El Salvador se posiciona como un referente regional en manufactura farmacéutica, generando más de 24,000 empleos directos e indirectos y exportando productos a Centroamérica y Estados Unidos.
En 2024, este sector empleó directamente a 6,170 personas y generó alrededor de 18,500 empleos indirectos, según el último informe de la Asociación de Industriales Químico-Farmacéuticos de El Salvador (Inquifar).
Con un salario promedio mensual de $982.42, considerablemente superior al salario mínimo, la industria representa una fuente de empleo formal y bien remunerado. Además, las cifras revelan un esfuerzo por la profesionalización del capital humano, con 35 de los 45 laboratorios del país certificados en Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).
Exportaciones con sello salvadoreño
En 2024, El Salvador exportó $182.2 millones en productos farmacéuticos, lo que representa el 16.6 % del total exportado por Centroamérica. De ese monto, $153.9 millones corresponden a medicamentos para uso humano y $19.8 millones a productos veterinarios.
Aunque el monto fue levemente inferior al de 2023, el crecimiento acumulado desde 2010 es de 68.5 %, confirmando una tendencia positiva a lo largo de los últimos 15 años. El precio promedio por kilogramo exportado fue de $7.39, superando los $7.14 de 2023.
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Inversión y proyección de futuro
En la última década, el sector ha invertido más de $150 millones en infraestructura para modernizar plantas, cumplir con estándares internacionales y aumentar su competitividad.
Estas inversiones han fortalecido el posicionamiento de El Salvador como proveedor confiable de medicamentos de calidad en la región.
El fortalecimiento del clima institucional también ha sido clave. Inquifar destaca una mayor apertura del Gobierno para trabajar con entidades como el Ministerio de Economía y la Superintendencia de Regulación Sanitaria, lo que permite una mejor planificación sectorial.

Déficit en la balanza comercial farmacéutica
Pese al crecimiento exportador, El Salvador continúa siendo un importador neto de medicamentos. En 2024, el país importó $651.7 millones en productos farmacéuticos, una cifra muy superior a los $182.2 millones exportados.
Esta diferencia refleja una alta dependencia de insumos y productos terminados provenientes de mercados como México, Estados Unidos, Guatemala y Alemania. Esta situación plantea desafíos para el fortalecimiento de la producción local y la reducción del déficit comercial en este rubro.
Competitividad regional y concentración de mercado
El Salvador aporta el 16.6 % de las exportaciones farmacéuticas de Centroamérica, detrás de Costa Rica (41.3 %) y Guatemala (37 %). Si bien el desempeño es sólido, la competencia regional es intensa, y el liderazgo está concentrado en pocos países. Además, más del 50 % de las exportaciones salvadoreñas provienen de empresas afiliadas a Inquifar, lo que sugiere una alta concentración empresarial y un espacio limitado para nuevos jugadores en el mercado.
¿Hacia dónde va la industria farmacéutica salvadoreña?
El dinamismo del sector farmacéutico deja en claro que El Salvador cuenta con capacidades técnicas y humanas para competir en mercados regionales, sin embargo, el reto está en reducir la dependencia de importaciones, diversificar la oferta exportable y fomentar una mayor participación de nuevos actores. En ese camino, la apuesta por innovación, biotecnología y manufactura verde podría marcar el siguiente salto competitivo del país.
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