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Diez heridos y 90 detenidos en partido de Independiente-U de Chile en Argentina

Violencia en Copa Sudamericana en Argentina deja 10 heridos y 90 detenidos

Al menos diez personas resultaron lesionadas y noventa fueron arrestadas tras violentos disturbios en Avellaneda, que obligaron a suspender un partido de Copa Sudamericana.

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Por AFP
Publicado el 21 de agosto de 2025

 

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El partido de octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile terminó en caos tras una batalla campal en las gradas del estadio Libertadores de América. Diez personas resultaron heridas , una de gravedad, y 90 aficionados fueron detenidos. El árbitro suspendió el encuentro en el minuto 48 y la Conmebol lo canceló definitivamente por falta de garantías. Autoridades de Argentina y Chile condenaron la violencia, mientras la Conmebol evalúa sanciones. El hecho reaviva críticas a los operativos de seguridad y evidencia un problema recurrente en el fútbol sudamericano.

El fútbol sudamericano volvió a quedar marcado por la violencia la noche del miércoles, el encuentro de octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda argentino y Universidad de Chile fue interrumpido por una batalla campal en las gradas del estadio Libertadores de América, al sur de Buenos Aires.

Según confirmaron fuentes policiales y el propio club argentino, diez personas resultaron heridas , al menos una de gravedad y 90 aficionados fueron detenidos. Testigos relataron que hinchas de la U lanzaron palos, botellas y hasta butacas hacia los sectores donde se encontraban seguidores locales, lo que desató una reacción inmediata de la hinchada de Independiente.

Imágenes difundidas en redes mostraron a un aficionado chileno saltando al vacío desde la tribuna al verse acorralado, además de escenas de golpes con palos y enfrentamientos cuerpo a cuerpo.

El árbitro uruguayo Gustavo Tejera suspendió el encuentro en el minuto 48, cuando el marcador iba 1-1. Más tarde, la Conmebol confirmó la cancelación definitiva por falta de garantías de seguridad, a la espera de la decisión disciplinaria sobre el resultado y posibles sanciones. En el partido de ida, jugado en Santiago, la U había ganado 1-0.

Un hombre sangra durante la interrupción del partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Argentina y Universidad de Chile de Chile. /AFP

Reacciones en Argentina y Chile

La violencia fue rechazada por los directivos de ambos clubes. Néstor Grindetti, presidente de Independiente, denunció que “los simpatizantes de la U tomaron artefactos de los baños y los lanzaban desde la tribuna”. Su par chileno, Michael Clark, lamentó que “ante la tragedia, el fútbol ahora pasa a un segundo plano”.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, también reaccionó en la red social X, donde criticó “la irresponsabilidad en la organización” y aseguró que la justicia deberá determinar a los responsables. Ordenó además a su embajador en Argentina visitar a los heridos hospitalizados.

Un aficionado chileno, Felipe Valle, contó a la radio Cooperativa que recibió “un piedrazo en la cara” aunque ya se encuentra fuera de peligro. Por su parte, seguidores argentinos reprocharon la estrategia de seguridad y la ubicación de la hinchada visitante tan cerca de los locales.

La embajada chilena en Buenos Aires confirmó que algunos de los detenidos son ciudadanos de su país y se mantiene en contacto con autoridades argentinas para verificar su situación legal.

Policías argentinos custodian a heridos en las gradas durante la interrupción del partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana. /AFP

Un problema recurrente en torneos sudamericanos

Este no es un hecho aislado. La violencia en los estadios sudamericanos ha sido motivo de preocupación constante para la Conmebol y los gobiernos de la región.

Apenas en abril de este mismo año, un intento de ingreso masivo al estadio Monumental de Santiago por parte de hinchas de Colo Colo terminó en tragedia con la muerte de dos jóvenes durante un partido de Copa Libertadores frente a Fortaleza de Brasil.

La situación en Avellaneda refuerza las críticas a los operativos de seguridad y la necesidad de medidas más estrictas para garantizar la integridad de los asistentes. Expertos en seguridad deportiva han advertido que los protocolos de control de acceso, la ubicación de las barras visitantes y la respuesta policial siguen siendo puntos débiles en los torneos continentales.

En Argentina, el fenómeno de los “barras bravas” lleva décadas siendo un desafío para clubes y autoridades. Grupos organizados con fuerte influencia en las tribunas suelen protagonizar hechos violentos tanto dentro como fuera de los estadios.

En Chile, en cambio, el repunte de la violencia en partidos internacionales ha encendido las alarmas en los últimos años, con incidentes que involucran a las barras de la U y Colo Colo.

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Un hombre con una venda en el rostro hace un gesto durante la interrupción del partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana. /AFP

Futuro incierto en la Copa Sudamericana

Tras la suspensión del partido, la Conmebol anunció que su unidad disciplinaria evaluará el caso y decidirá si el resultado de la ida favorece a Universidad de Chile, si habrá un partido de desempate o si ambos clubes enfrentan sanciones económicas y deportivas. En casos anteriores, el organismo ha llegado incluso a descalificar equipos por hechos de violencia.

El internacional chileno Felipe Loyola, mediocampista de Independiente, escribió en redes sociales: “No puede tolerarse este nivel de violencia (…) La seguridad policial no sé dónde estaba”.

Analistas deportivos coinciden en que este tipo de incidentes empañan la proyección internacional del fútbol sudamericano y ponen en riesgo la confianza de inversionistas, patrocinadores y aficionados que viajan desde el extranjero.

Para muchos hinchas, la sensación de inseguridad desalienta la asistencia a los estadios y limita el crecimiento del espectáculo.

Mientras tanto, decenas de detenidos permanecen en dependencias policiales en Buenos Aires a la espera de audiencias judiciales, mientras que varios de los heridos siguen en observación médica. El saldo del partido no se define solo en el marcador, sino en la dura lección sobre la urgencia de erradicar la violencia de las canchas de la región.

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