Casa Blanca abre cuenta en TikTok pese a amenaza de prohibición en EE. UU.

La Casa Blanca abrió su cuenta oficial en TikTok, a pesar de que la red social china sigue enfrentando un fuerte debate político y legal en Estados Unidos.

El lanzamiento va más allá de un simple acto de comunicación: marca un giro en la manera en que el gobierno estadounidense se conecta con sus ciudadanos, apostando por una plataforma que ha sido foco de controversia y escrutinio durante años.

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La decisión de unirse a TikTok, con más de 180 millones de usuarios en EE. UU., evidencia la necesidad de la administración de llegar a audiencias que no consumen información por medios tradicionales. La rápida aceptación de la cuenta indica que la estrategia está dando resultados y podría transformar la comunicación política en el país.

Trump intentó prohibir TikTok en EE. UU.

En 2020, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que buscaba prohibir TikTok en Estados Unidos, a menos que su empresa matriz, ByteDance, vendiera sus operaciones en el país a una compañía estadounidense. La medida generó un fuerte debate político y mediático, ya que señalaba a la popular aplicación como un riesgo potencial para la seguridad nacional y el manejo de datos de usuarios estadounidenses.

La orden reflejaba la creciente preocupación del gobierno por la influencia de empresas tecnológicas chinas en el ecosistema digital estadounidense.

Aunque la prohibición fue suspendida por procedimientos legales y desafíos judiciales, Trump otorgó un plazo adicional de 90 días para que TikTok encontrara un comprador no chino.

Este periodo, con fecha límite a mediados de septiembre, buscaba garantizar que la plataforma continuara operando bajo propiedad extranjera neutral desde el punto de vista geopolítico. La medida subrayó la tensión entre la regulación tecnológica y la necesidad de proteger los intereses de seguridad nacional, sin afectar a millones de usuarios que ya utilizaban la aplicación en su vida diaria.

TikTok bajo presión política y legal

TikTok se ha mantenido bajo intenso escrutinio desde 2020 debido a sus vínculos con su matriz, ByteDance, y al temor de que el gobierno chino pueda acceder a los datos de los usuarios o manipular los algoritmos de la plataforma. La situación escaló en enero de 2025, cuando la Corte Suprema respaldó una ley que prohibía TikTok en el país, aunque la medida fue temporalmente suspendida tras una orden ejecutiva del presidente Trump que extendió su funcionamiento por 75 días.

Las preocupaciones de seguridad se basan en la Ley de Inteligencia Nacional de China de 2017, que obliga a las empresas chinas a cooperar con agencias de inteligencia si así se les solicita.

Según un análisis de Madison Minges, investigadora de la American University en Washington, D.C., aunque no existen pruebas públicas de espionaje directo, el debate sobre TikTok refleja una tensión más amplia entre seguridad nacional, privacidad de datos y libertad de expresión en la era digital.

El impacto de la Casa Blanca en TikTok

La llegada de la Casa Blanca a TikTok abre un capítulo significativo en la compleja relación entre el gobierno estadounidense y la aplicación. El hecho de que la cuenta ya supere los 180,000 seguidores en pocos días demuestra la influencia de la plataforma y la efectividad de este canal para la comunicación gubernamental.

El futuro de TikTok en Estados Unidos sigue siendo incierto, con la amenaza de prohibición aún vigente y un plazo límite próximo. No obstante, la audaz apuesta del gobierno refleja la importancia estratégica de conectar con un público clave para cualquier campaña política o iniciativa gubernamental.

La plataforma funciona como un motor cultural y social que influye en tendencias, discursos y, cada vez más, en la opinión pública. Ignorar este espacio ya no es una opción para un gobierno que busca permanecer relevante en el siglo XXI.