Pasos clave para que la educación financiera salve tu economía
Administrar el dinero de forma responsable es una habilidad clave que todos deberíamos desarrollar desde temprano. Sin embargo, muchas personas enfrentan dificultades cuando intentan poner orden en sus finanzas. Aquí te damos un paso a paso sencillo
Por
Evelyn Alas
Publicado el 17 de agosto de 2025
Administrar el dinero de forma responsable es clave para evitar deudas y lograr estabilidad financiera. Según Nikol García, CEO de KOIN Asesores, no importa cuánto se gane, sino cómo se administra. Un presupuesto mensual ayuda a identificar ingresos, gastos fijos y variables, además de planificar el ahorro y un fondo de emergencias. Recomendaciones prácticas incluyen aplicar la regla 50/30/20, controlar los “gastos hormiga”, separar cuentas para mayor organización y usar herramientas digitales. Ahorrar debe ser prioridad, no lo que sobra. La educación financiera constante permite tomar mejores decisiones y comenzar cuanto antes asegura mayor tranquilidad a futuro.
Palabras como “educación financiera” parecen muy teóricas y lejanas a tu día a día, pero entender primero conceptos básicos, como ahorrar, identificar gastos y definir cuánto podés conservar de tus ingresos cada mes, son parte de la clave para llevar en orden tu dinero, según Nikol García, CEO de KOIN Asesores Financiero.
“Muchas veces no se trata de cuánto ganás, sino de cómo administrás lo que tenés”, afirma.
La experta recomienda comenzar con un ejercicio simple: hacer un presupuesto. “Sentate, anotá cuáles son tus gastos fijos como luz, agua, alquiler, y luego analizá en qué más estás gastando tu dinero, especialmente en salidas o compras impulsivas”.

El desorden financiero: una trampa silenciosa
Uno de los errores financieros más frecuentes es gastar más de lo que se gana. Por ejemplo, si en una cuenta se tienen $50, pero se realizan compras por $100 o $200 con una tarjeta de crédito, se entra rápidamente en un ciclo de endeudamiento. “Eso pasa mucho, la gente ve dinero disponible en su tarjeta y lo usa sin tenerlo realmente”, advierte.
Otro fallo común es llevar un control desordenado del dinero, sin saber con exactitud en qué se está gastando. Esto puede llevar a decisiones impulsivas como recurrir al crédito cuando no se tiene efectivo, lo que a la larga puede derivar en deudas acumuladas difíciles de pagar.
“Al principio son montos pequeños, pero se van acumulando. Lo que empezó como una deuda de $100 puede transformarse en miles si no se controla”, mencionó.
Además, muchas personas suelen ahorrar lo que les sobra en lugar de planificar el ahorro como parte esencial de su presupuesto. Este hábito es poco efectivo.
“Si dejás el ahorro para lo último, casi nunca va a suceder. Siempre va a aparecer una salida, una compra inesperada, un gusto que te querés dar”, explica la asesora.
Sigue esta guía básica para cuidar tu presupuesto mes a mes
El poder de un buen presupuesto
Un paso fundamental para tener una buena salud financiera es hacer un presupuesto mensual. Esto permite visualizar claramente cuánto dinero entra, cuánto sale y en qué se gasta. Existen muchas herramientas digitales, como aplicaciones móviles o plantillas de Excel, que pueden facilitar este proceso de una manera cercana y sencilla, a la mano en tu celular.
Lo ideal es dividir los ingresos en categorías: gastos fijos (como alquiler, servicios, transporte), gastos variables (como alimentación, salidas, compras personales) y ahorros. A esto se puede sumar un fondo de emergencias, que es útil para imprevistos como una reparación médica o el desempleo.
Una regla sencilla y popular es la regla 50/30/20, que sugiere destinar:
- 50% a necesidades (vivienda, comida, transporte),
- 30% a deseos (ocio, entretenimiento, viajes),
- 20% al ahorro o pago de deudas.
Claro está, cada persona debe adaptar esta fórmula a su realidad económica, pero puede servir como una guía inicial para quienes no saben por dónde empezar.
Los gastos hormiga: pequeños enemigos del ahorro
Un aspecto que muchas veces se subestima son los llamados gastos hormiga. Son pequeños desembolsos diarios o semanales que parecen insignificantes, pero que al final del mes representan un monto considerable.
“El café de todos los días, el snack en la tienda, el delivery por no cocinar… Son cosas pequeñas, pero si sumás lo que gastás en ellas al mes, te podés sorprender”, comenta la asesora.
Para combatirlos, lo ideal es identificarlos, llevar un registro y definir límites. Por ejemplo, preparar café en casa o limitar las salidas a comer fuera a una vez por semana.

Separar cuentas, una estrategia inteligente
Otro consejo práctico es separar el dinero en diferentes cuentas bancarias o sobres. Una cuenta puede ser exclusivamente para gastos fijos, otra para ocio y otra para el ahorro. “Tener todo mezclado en una sola cuenta hace que no tengamos claridad de cuánto realmente podemos gastar”, explica la especialista.
Esta técnica permite evitar tentaciones y mejora la organización. Algunos bancos incluso permiten crear subcuentas dentro de una misma cuenta principal, lo que facilita este método sin necesidad de abrir múltiples cuentas físicas.
Educarse financieramente: una inversión a largo plazo
Finalmente, la educación financiera debe ser constante. Leer libros, ver videos, escuchar podcasts o seguir a expertos en redes sociales puede ayudar a mejorar los conocimientos y tomar decisiones más informadas.
En América Latina, donde muchas personas viven al día y el acceso a la banca es limitado en ciertos sectores, aprender a manejar el dinero puede marcar una gran diferencia. Iniciativas como charlas comunitarias o cursos en línea gratuitos también están disponibles para quienes deseen empezar desde cero.
Entre antes empezás, mejor
La clave de unas finanzas sanas no está en ganar más, sino en saber manejar lo que ya tenés. Con pequeños pasos, como hacer un presupuesto, reducir gastos innecesarios y separar tus cuentas, podés empezar a construir una estabilidad financiera a largo plazo. Como concluye la asesora: “No esperés a tener una crisis para poner orden. Entre antes empezás, mejor”.
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