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Los intelectuales y la intolerancia

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Por Mauricio Ernesto Vargas
Publicado el 07 de agosto de 2025


Cada día el ambiente del país es más extremista. Se presiona más para separar nuestra sociedad entre amigos y enemigos. Entre los que disienten y los que no. Son más los que no escuchan para saber, sino para contestar. La discusión y el diálogo brillan por su ausencia tomando su lugar posiciones más radicales o absolutas mediante una simplificación absurda y frecuente, sin máxima publicidad y discusión (gobernabilidad). 

La sociedad da entrada así a utopías cultivadas más como aspiraciones y regidas por la conveniencia. Al gobierno le es más fácil radicalizar a los individuos mediante una brutal campaña mediática, con sus cajas de resonancia (creadores de contenido) y la feligresía de sofistas. 

La presentación de un grupo de ciudadanos, que se identifican como tanque de pensamiento y el rol de intelectuales (término cuestionado por muchos por considerarlo arrogante) con el objetivo de validar la narrativa oficial, solicitando la aprobación de las medidas del gobierno, ante los que las cuestionan, descalificando todo lo no alineado con la agenda oficial, es decir, contra los esfuerzos en una dirección contraria. El objetivo: Relativizar los compromisos de administrar la función pública, simplificar la conversación llegando hasta desdibujar la realidad, que hace más difícil tomar en cuenta las dificultades y lo profundo de los problemas, rehuyendo la rigurosidad del problema. Encontramos más ambigüedad y desinformación.

Me parece una lógica incoherente.¿Por qué? Un intelectual debe tener conciencia crítica de la sociedad. Promover el pensamiento crítico en un ambiente de noticias falsas y polarización, ayudar a discernir a cuestionar narrativas y formar opiniones basadas en evidencias, difundir conocimientos relevantes que mejoren el debate público y decisiones políticas, fomentar el diálogo y la empatía. Deben tener un compromiso con los problemas, ser un catalizador de la reflexión crítica y agentes del cambio. Desafiar convenios y contribuir al progreso de la sociedad. Desarrollar nuevas perspectivas para comprender el mundo. Ser un mediador entre el conocimiento y el público simplificando y divulgando ideas complejas. ¿Eso es lo que están haciendo? ¿Son un tanque de pensamiento y de intelectualidad? ¿Es necesaria esta herramienta de esta índole en esta etapa? Si los ciudadanos están atorados de propaganda, divididos en derredor de una línea mediática. Creo que NO: lo único que se hará será polarizar más que reclutar o convertir. La narrativa ha tenido éxito y han logrado que la gente cambie sus libertades por seguridad, y seguridad por democracia. (“El individuo que cambie sus libertades por seguridad y democracia por seguridad. No merece ningúna de las dos”). ¿Por qué hacerlo? ¿Será que hay que darle sostificación a la narrativa?

Es una brillante oportunidad presentar interrogantes a consideración de los intelectuales. Usted, lector. La sociedad en su conjunto, y discutir sobre “el estado de la coyuntura nacional” ¿Tenemos una democracia y una República? ¿Tenemos gobernabilidad y gobernanza? ¿Está vigente el principio de legalidad? ¿El debido proceso es un derecho o es una opción? Estado de excepción para las maras cuando querían que lo aprobaran. ¿Por qué hoy lo aplican a sirios y troyanos? ¿Tenemos un estado de derecho? ¿Hay seguridad jurídica? ¿Los espacios de libre expresión están vigentes? Los derechos a la libertad, la defensa, la protección frente a detenciones arbitrarias son irrenunciables. La lucha no es solo política.

Existe una lucha con la historia, negando hechos del pasado, con la destrucción del patrimonio cultural (Biblioteca Nacional, Palacio Nacional, Hospital Rosales, Puerta del Diablo, Mirador de Los Planes de Renderos, Parque Bolívar, entre otros). queriendo borrar del imaginario colectivo vivencias y memorias. ¿Tendrá lógica que empresarios que invierten $2 mil millones gocen grandes incentivos fiscales, mientras que a las ONG que monitorean transparencia y rendición de cuentas, asuntos electorales, anticorrupción, derechos humanos, salud, se les cobre el 30% de su financiamiento? ¿La historia del país no nace a partir del 2019?

 Las gremiales empresariales toman el camino del silencio, olvidan el libre mercado y la libre empresa, ¿con esto se arregla la incertidumbre y la inseguridad jurídica? ¿Acaso la separación de poderes, el debido proceso son una opción y no un valor jurídico? ¿El Estado de Derecho se resolverá? ¿La independencia judicial es negociable? ¿El silencio resolverá la corrupción o la falta de transparencia y rendición de cuentas? ¿Por qué sí? ¿Por qué no? Al contrario, estos aspectos sin resolver afectan la inversión y el crecimiento. Solo si se asumiera que estos valores y principios son valores o definiciones del pasado; solo así, y sólo si, se aceptarían motivaciones para desmontar la democracia y la República. El problema es que no es así. ¡Me resisto a aceptarlo sin discusión, evidencias y objetividad! ¿Usted qué opina?

¿Qué debemos entender por una narrativa? “Son relatos que se presentan en los medios de comunicación tradicionales y masivamente en electrónicos de manera de arraigarse en la conciencia colectiva, hasta que las condiciones lo regresen a la realidad”. Estamos en la realidad de este momento, una táctica de la clase política, el discurso de choque y sofista, descalificando todo lo que es su agenda (Trump, AMLO, Sheinbaum, Ortega, Petro, Milei, Rodrigo Chávez, Maduro, Novoa). Estamos frente al triunfo de la intolerancia. 

No es solo lograr disciplina, un pensamiento acrítico, sino que la sociedad no vea la realidad. Que los que de una u otra manera no comparten el pensamiento, desistan el análisis o defensa de lo que creen, siendo fácil encasillar sus manifestaciones y sus ideas. Se trata de restar participación, aumento de la polarización y desde luego la desinformación y la mentira. No entrar en el debate. Ni en la rendición de cuentas o en el cumplimiento de las leyes. La opacidad en ejecuciones de proyectos y presupuestos (todo reservado), mantener sorprendido y entretenido al individuo. Capturar al espectador, pero no en lo que realmente es esencial para su vida. Estamos en la alienación de la democracia y la República, donde la centralización del poder, la separación de poderes, la seguridad jurídica, el debido proceso, la rendición de cuentas son valores del pasado. Es preocupante que mediante este actuar se de una legitimación administrativa. Me niego a aceptarlo, ¿qué piensan de todo esto?

General retirado de la Fuerza Armada de El Salvador

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