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Talento sudamericano puso a mil el corazón del Centro Histórico en Festival Latido
Si bien el talento nacional se hizo presente, la mayoría de protagonistas internacionales del Festival Latido eran embajadores de Sudamérica: la representación más grande, la venezolana.
Contra viento y tormenta, el Festival Latido disparó a mil el corazón del Centro Histórico de San Salvador la noche del 2 de agosto de 2025, un megaevento que reunió a una diversidad de artistas sudamericanos, venezolanos la mayoría, producido por La Nueva LATAM.
Un desfile de talento internacional puso a bailar a los cientos de asistentes que confluyeron en la plaza Barrios, frente al Palacio Nacional, justo la zona que aún sigue su proceso de revitalización.
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Si bien las primeras horas transcurrieron sin mayor problema, aunque con poca afluencia de público, bastó que el sol se ocultara y la noche cubriera la capital salvadoreña para que la zona se atestara de personas dispuestas a disfrutar al máximo de una velada musical.
Lo que hay que resaltar es que entre los ahí presentes, algunos destacaron el orden con que se llevó a cabo el ingreso al lugar. Sí hubo algo de retraso, pero todo fluyó con tranquilidad.
El talento salvadoreño de Vibrass se unió al del músico argentino Hugo Lobo en el Centro Histórico de San Salvador. VIDEO: EDH / cortesía K. Armstrong
Luego de una primera jornada, el nivel de adrenalina se incrementó con la participación de los venezolanos Tayko, Dj Hocho, Horus, Ibsen y Veztalone, quienes con su propuesta encendieron a los asistentes presentes en la Barrios, al filo de las 4:30 de la tarde.
Después llegó el turno del ensamble nacional Vibrass junto al músico argentino Hugo Lobo, quienes en conjunto entregaron una franja estelarizada por vientos y percusión. Así, la noche comenzaba a caer con una descarga de música instrumental y el ambiente se animaba un poco más.
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A estas alturas, Guillermo Anaya calificó el festival como excelente. "Buena seguridad, accesible, está todo muy ordenado, tenemos un escenario de primera, un equipo profesional, bebidas...", destacó. Él esperaba con ansias la intervención de ASTROPICAL.
De similar forma opinó Carlos Marroquín, quien también resaltó la forma eficaz en que se ejecutó la logística del festival y la novedosa propuesta del espectáculo. Él asistió con la ilusión de disfrutar el show de Los Amigos Invisibles y ASTROPICAL.
El reloj marcaba las 6:45 de la tarde, cuando subió al escenario el venezolano-americano Simon Grossmann, que desde Miami aterrizó en San Salvador con lo mejor de su propuesta de indie-latino.
Ya para las 7:30 de la noche, antes de que iniciara la presentación del mexicano Marco Mares, la plaza Barrios lucía atestada de público deseoso de pasarla bien con una buena descarga musical.
El cantautor pop, que logró la cima del éxito en las plataformas digitales, entregó lo mejor de su propuesta, esa que lo ha posicionado entre los favoritos de la escena popera latina.
Pero justo al finalizar la intervención de Mares, la lluvia se hizo presente al punto de que la organización se vio obligado a pausar el evento.
Antes de las 9:00 de la noche, los organizadores del festival se vieron obligados a pausar el evento por la fuerte lluvia. VIDEO: EDH / cortesía K. Armstrong
Fue en ese momento que los vendedores aprovecharon para ofrecer al público las capas para la lluvia por $3.
A pesar de la tormenta y las incomodidades que conllevó, el público se mostró muy entusiasmado y esperó a que el show musical continuara.
Veinte minutos después de las 10:00 de la noche, comenzó la última franja del Latido, la protagonizada por los venezolanos de Los Amigos Invisibles y ASTROPICAL.
Como se esperaba, los sudamericanos conectaron con su público e hicieron vibrar los cimientos del Centro Histórico hasta después de la medianoche.
El festival fue cerrado por los venezolanos de Motherflower, que ofrecieron una sobredosis de buen flow que terminó de encandilar a los asistentes.