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No lo entiendo

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Por María Alicia de López Andreu
Publicado el 02 de agosto de 2025


Por favor, que alguien me explique, porque no entiendo.

Se aprobó una ley en la que se anula la anterior obligación que tenían los constructores de dotar de parqueos suficientes las nuevas edificaciones. Me parece una medida absurda, cuando en nuestras ciudades en general y en la capital particularmente, apenas se puede transitar porque en todas las calles, diseñadas para que fueran suficientes por ser zonas para viviendas, por ejemplo, hay vehículos estacionados de lado y lado, haciendo casi imposible el que dos vehículos que circulan en direcciones opuestas puedan pasar. Eso, por haber permitido comercios e inclusive industrias en zonas residenciales. Ya no digamos en zonas comerciales, donde las aceras se ocupan como estacionamiento.

Entonces, si vemos lo que eso significa en zonas construidas desde hace tiempos, ¿por qué no evitar que ese mal se continúe en las nuevas construcciones?

Lo peor es que en lugares donde las construcciones sean de precios menores, sus habitantes no tendrán la comodidad y seguridad de contar con un estacionamiento asignado para su vehículo, evitando problemas que se dan cuando vecinos egoístas se pelean el mismo sitio para su carro. Y, si acaso se construye un estacionamiento, deberá ser pagado por aparte, significando que la gente preferirá no pagar, formando un círculo vicioso de mercado: no hay demanda, para qué gastar en edificar la oferta. Esta es mi opinión inexperta, por lo que pido que alguien me explique cuál es la ventaja de esta nueva legislación.

Otro tema que me parece negativo, o al menos inoperante, es el de dar incentivos fiscales, rebajando el impuesto sobre la renta, a empleadores que contraten a salvadoreños deportados que están de regreso en El Salvador.

Lo que veo es que, con la queja permanente que existe sobre la falta de empleo, ahora se beneficie (indirectamente, tal vez) a quienes regresan deportados, por encima de los salvadoreños que se han quedado en nuestro país, tratando de salir adelante con lo que nuestro sistema educativo, tan precario, les ha proporcionado. Me parece totalmente injusto.

Es decir: si un salvadoreño tiene más conocimientos y mejores habilidades, llenando completamente los requisitos para desempeñarse en determinado puesto, es por esa razón que debe ser contratado, no por ser deportado y así poder obtener una ventaja fiscal con su contratación.

Y lo que el Estado sí debe procurar, es que TODOS los salvadoreños, aquí, en nuestro suelo, adquiramos y obtengamos los conocimientos, actitudes, aptitudes y habilidades que el mercado laboral, cada vez más exigente, requiera. En eso deberían enfocarse nuestros eximios diputados, en apoyar al magisterio nacional, no cundundeándolos ni accediendo a meros caprichos, sino dotándolos de los conocimientos, herramientas y equipos necesarios para que puedan ejercer bien su misión de maestros y así, finalmente, poder contar con una población educada, que compita a nivel regional y posteriormente, a nivel mundial.

¿Por qué no hacer lo que nunca ha hecho esta Asamblea Legislativa: escuchar, atender y estudiar propuestas de la oposición (la de Claudia Ortiz, por ejemplo), mejorar esas propuestas y, final y milagrosamente, proponer una buena ley de educación, aplicable en el presente y con miras al futuro? Y dejar de incentivar diferencias que no se basan en méritos, sino en eventualidades que no garantizan la excelencia que ahora se requiere a nivel mundial.

Vuelvo a mi solicitud. Por favor, explíquenme.

Empresaria

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