Los que no Pudieron Volver del Carnaval
A lo largo de los años desfilaron muchas máscaras en ferias, ciudades y teatros. Asesinos, estafadores, fugitivos, actores, ángeles y demonios que visten su disfraz en la escena diaria. En cuenta muchos que olvidaron al ser que vivía oculto en ellos. Entre las ruinas de antiguas civilizaciones también se hallaron enigmáticos mascarones de piedra, como mudos testigos de la farsa de la historia. No la que se escribe a diario en las páginas amarillas del destino, sino la otra: la historia borrada. O, mejor dicho, la que todos borraríamos al día siguiente del carnaval pagano. Después del lanzador de puñales vinieron otros “mascaradas” a escena. Al parecer todos usarían las mismas caretas, perdiendo -dentro de una sombría tradición- a lo que más amaran o imaginaran en el escenario del mundo. Aunque al final la máscara quedara tirada allá en las ferias, sonriendo eternamente a la vida o a quienes no pudieron volver del carnaval. Todo, como parte de una leyenda circense de perdidas caretas, como lo fuera aquella de la estirpe de magos, acróbatas y comediantes, creadores y asesinos de su propia felicidad. (XXV) de: “La Máscara que Reía.” ©

CONTENIDO DE ARCHIVO: