De Buenos Aires a Nueva York en bicicleta en una lucha contra el Parkinson

Contra todo pronóstico, el ciclista argentino Alejandro Cárcano, de 57 años, ha iniciado una travesía de más de 14 mil kilómetros pedaleando desde Buenos Aires hasta Nueva York. Su objetivo es visibilizar la necesidad urgente de más estudios sobre la Enfermedad de Parkinson y recaudar fondos que permitan fortalecer las investigaciones científicas.

“Vivo en bicicleta. Tengo un negocio de bicicletas en Buenos Aires, fui corredor mismo. Yo viví siempre de las dos ruedas”, expresó Cárcano durante una entrevista con El Diario de Hoy, en su paso por El Salvador.

Diagnosticado hace nueve años con Parkinson, Cárcano ha enfrentado una progresiva pérdida de movilidad y rigidez muscular en el lado derecho de su cuerpo, síntomas que se han agudizado con el tiempo.

 A pesar de ello, decidió continuar sobre la bicicleta y usar su experiencia personal para motivar a otras personas con el mismo diagnóstico. 

Su ruta no llevó una meticulosa planeación, sino producto de una convicción interna, tocar la puerta del actor Michael J. Fox, uno de los principales referentes mundiales en la lucha contra el Parkinson. 

“Quiero ir a tocarle la puerta a Michael Fox, darle la mano para tratar de juntar fondos para la ONG. Va a ser $1 por un kilómetro para juntar $14 mil y poder investigar contra la detención del Parkinson”, explicando que esta es una iniciativa abierta a las donaciones del resto de personas.

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Cárcano recorre los países sin guía, basándose en su experiencia y el uso de equipo de localización. Durante la entrevista, relató que viajes previos por Europa en bicicleta le permitieron conocer los límites de su cuerpo y reconocer cuándo necesita detenerse.

“Yo pedaleo en el sol. Si me canso solo me tiro a un costado, descanso y sigo”. Hasta el 29 de enero ya había atravesado más de 10 países, incluyendo Argentina, Perú, Ecuador, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador y México.

En el trayecto ha vivido experiencias que reflejan tanto las dificultades del camino como la solidaridad de las personas. 

“Nunca estoy solo. Siempre estoy con alguien, como hoy estoy con ustedes. Gente que me invita a su casa, que me dice dormí aquí. A la larga, todo lo que hice en mi vida, que ayudé a la gente, me termina ayudando a mí. Todo vuelve”, comentó.

Además del viaje, Cárcano fundó la organización “indepar.ar”, una ONG argentina que trabaja en conjunto con investigadores locales para el desarrollo de tratamientos avanzados contra la enfermedad. 

Uno de sus principales proyectos se realiza en alianza con el Instituto Leloir, donde se estudia una terapia experimental basada en células madre para regenerar la dopamina natural del cerebro.

“El Parkinson fue una transformación completa de mi cuerpo. Siempre fui ciclista, deportista y de pronto perdí el trazo fino, la motricidad. Me dijeron que era estrés, que durmiera más, pero uno se da cuenta que algo no está bien. Cuando llegó el diagnóstico, ya tenía insomnio, pérdida de olfato y rigidez en el lado derecho”, explicó sobre los primeros síntomas.

A lo largo del recorrido, Cárcano ha promovido un mensaje de vida basado en practicar las actividades “que te hacen feliz. No tenés que andar en bicicleta como ando yo. Hacé lo que te gusta. Si te gusta bailar, baila, si te gusta comer una hamburguesa, comela. Disfrutá la vida. Todos los días tenemos un día más. Y un día se termina”, concluyó.

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¿Qué es el Parkinson?

Aunque la enfermedad ha tomado notoriedad en los últimos años la población aún desconoce que implica su diagnóstico y las afectaciones que puede llegar a generar en la vida diaria. 

El neurólogo salvadoreño Daniel Pereira, máster en trastornos del movimiento y especialista en enfermedad de Parkinson, explicó que “la enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del Alzheimer. Se caracteriza por manifestaciones tanto motoras como no motoras”.

Entre las manifestaciones motoras destacan la lentitud de movimientos, rigidez muscular, temblores en reposo e inestabilidad postural. 

Pero también existen las manifestaciones no motoras que abarcan trastornos del sueño, estreñimiento, pérdida del olfato, depresión, ansiedad y alteraciones cognitivas.

Pereira sostiene que algunos síntomas, como el trastorno de conducta del sueño REM, pueden surgir hasta 20 años antes del inicio de los síntomas motores visibles. “Es una situación en la que el paciente actúa sus sueños, lanza golpes, patadas o grita durante el sueño profundo. Puede ser la primera manifestación de que algo no está bien en el sistema nervioso”, detalló.

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En cuanto a las causas, la edad es el principal factor de riesgo, pero también influye la exposición a pesticidas, metales pesados, drogas ilícitas y en menor porcentaje, predisposición genética.

El impacto del Parkinson en la vida cotidiana es variable debido a que “puede comenzar con pequeños cambios al caminar, como arrastrar un pie, menor balanceo de brazos o escritura pequeña y difícil. El temblor en reposo, que afecta los dedos como si se pasara un rosario, es muy característico”, explicó.

Aunque no existe una cura definitiva, el tratamiento con medicamentos puede controlar eficazmente los síntomas por varios años. 

“Igual que la diabetes o la hipertensión, el Parkinson no tiene cura, pero sí tratamiento. Muchos pacientes logran llevar una vida productiva si se tratan a tiempo y mantienen actividad física constante”, subrayó el neurólogo.

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