Un nuevo Cifco se proyecta en la finca El Espino
El Salvador, al igual que toda nación que se ocupa de presentar a sus ciudadanos los avances en tecnología, conocimientos diversos, además de dar oportunidad para que proveedores de servicios ofrezcan nuevas oportunidades de negocios, necesita de un Centro de Convenciones como el que fue tomado por el gobierno para instalar un "hospital" que al parecer actualmente a nadie da servicios, fuera de los “elegidos”.
Pero la gente sabe que en caso de una emergencia médica, heridos en un accidente o ataques cardíacos pueden buscar ayuda por otros lados, menos en el "Hospital El Salvador", construido a un costo de cerca de 100 millones de dólares, incluyendo fondos de las reservas de Seguro Social que hasta ahora no se sabe si se devolvieron.
Se informa que nadie, fuera de los autorizados por el gobierno, tiene acceso a las
instalaciones, hacer preguntas, conversar con el personal. Se desconoce si cuentan con aparatos especializados, con una morgue, si contratan servicios de proveedores y quiénes serían… el mayor de los misterios cubre una de las más importantes construcciones del país, que inclusive sirvió escenario para juramentaciones presidenciales y encuentros de carácter regional con centenares y en ocasiones miles de asistentes.
Pero ese tan importante conjunto fue tomado para instalar el “hospitalito” para la pandemia pero que no se ve que actualmente suministre ningún servicio al común de los salvadoreños, aunque se alega que sirve como hospital-escuela y alberga oficinas de Salud Pública. Vaya usted a saber…
El "Juramento Hipocrático" o las normas establecidas por Florence Nightingale durante la Guerra de Crimea y cuando se desplegó por última vez la Caballería Ligera del Ejército británico, una tragedia que enluta la nación, obligan a todo médico a socorrer a personas en crisis, pero no parecen regir el "hospital El Salvador", sentado caprichosamente sobre un conjunto estructural importantísimo para uso de unos pocos si es que se arriesgan a ser atendidos cuando hay mejores opciones.
Según ha dicho el oficialismo, la construcción se ejecutará sobre un terreno de la finca El Espino, uno de los pocos pulmones naturales de San Salvador y su periferia, todo sin contar con diagnósticos o estudios de impacto ambiental, de acuerdo con las denuncias.
El Espino es un área de recarga hídrica, hace absorciones del agua de lluvias, evita inundaciones en el área urbana de la ciudad, es el hábitat de numerosas especies animales y vegetales y provee frescura a los capitalinos, razonaron especialistas.
Aunque dicen que la obra será financiada por China, nuestro saqueado país no está nadando en la abundancia y "la Magdalena no está para tafetanes", es un contrasentido emprender la construcción de un "Centro de Convenciones" de forma improvisada, sin tomar en cuenta el impacto que tendrá en la zona y en la capital y sus alrededores, a lo que se agregan las siguientes inquietudes que se plantean los buenos salvadoreños:
—¿Por qué no se buscó un lugar más adecuado y accesible para los salvadoreños?
—¿Los encargados de realizar la obra serían, como todo lo que se dice que hace el gobierno, escogidos "a dedo"?;
—¿Las compras de materiales serán hechas "a dedo" a proveedores bendecidos con la venia oficial?;
—¿La supervisión, acarreo de materiales y todo lo referente al desarrollo de obras, se asignarán "a dedo"?
Nadie podrá saber qué sucede allí, pues lo seguro es que se decrete "reserva" de información como en todo lo atañero a lo que realiza el gobierno.
Destruir, destruir, destruir...es lo fácil en tiempos de creciente pobreza
A lo anterior se agrega no solo que no terminen la construcción del Hospital Rosales, sino que están desmantelando las paredes hechas con metal estampado en Bélgica y que no era necesario destruir, pues esas estructuras son resistentes a la polilla y al óxido, como tampoco tuvo sentido arrasar con los pisos históricos del Palacio Nacional para instalar nuevos y "estrenar" algo distinto...
En igual manera se desmanteló el Zoológico, a lo que se suma la destrucción edificios e inmuebles del Centro Histórico que se debieron conservar y proteger.

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