¡Santa Ana mía, yo no te olvido ni un solo día!
Santa Ana también ha sido origen de otras instituciones sobresalientes y de gran repercusión en el ámbito local y nacional.
El título que encabeza esta nota es un verso incluido en el arreglo musical de Paquito Palaviccini, creador del ritmo "Xuc" a principios de los sesenta y quien, inspirado en el amor a su tierra natal, se la dedicó con mucha alegría y sentimiento a la "Ciudad Morena", "La Diamantina", "La del gesto magnífico"… "La Heroica Santa Ana".
Pero como también es "mi" Santa Ana, tomé "prestadas" estas significativas palabras para rendirle mi propia declaración de amor al terruño que me vio nacer, cuna de otros insignes e ilustres conciudadanos que le han dado honra, gloria, brío, prestancia, orgullo y prestigio en diferentes campos y aspectos a esta localidad. Entre ellos destacan José Mariano Méndez, Tomás Medina, Pedro Geoffroy Rivas, José Valdez Serafín Quiteño, Miguel Ángel Espino, Manuel Andino Ayala , Oswaldo Escobar Velado, Álvaro Menéndez Leal, Tomás Regalado, David Granadino, Pancho Lara, Carlos Álvarez Pineda (Aniceto Porsisoca), y muchos más que han enaltecido el patrimonio y la historia de esta querida urbe en áreas como la cultura, la literatura, el arte, música, el teatro, deportes, el humor y la comunicación social.
El valle que encontró el Arzobispo Bernardino de Villalpando aquel 26 de julio del año 1569 era conocido por los indígenas como "Sihuatehuacán" (Territorio de hechiceras o pitonisas), donde el clérigo decidió quedarse y dar paso a un asentamiento. Con el paso del tiempo se convirtió en la población de Santa Ana, en honor y culto a la señora de igual nombre y de quien se dice es madre de María y abuela de Jesucristo, por lo que se le reconoce como la "Excelsa Patrona" desde aquella remota época ancestral.
Transcurridos una considerable cantidad de años (más de 200), surgió la que se conoció como "villa" en 1812; para que 12 años más tarde (1824) se le confiriera el título de ciudad y el 8 de febrero, en 1855, se le nombrara como departamento. Los dos primeros barrios citadinos fueron Santa Bárbara y San Lorenzo, en lo que ahora es la zona norte de esta metrópoli. Luego surgieron los barrios Santa Lucía, San Juan y San Sebastián, en el sector poniente, allá por 1890.
En abril de 1894 tuvo lugar la memorable "Revolución de los 44", con las batallas que culminaron con la expulsión de los militares invasores guatemaltecos conocidos como "Los Hermanos Ezeta", gesta cívico – patriótica que le mereció a Santa Ana el calificativo de "Ciudad Heroica".
Luego de aquella década se produjo un acontecimiento que cambiaría el curso de la transformación de la urbe santaneca y en todo el país. El 26 de julio en 1899 se escenificó el primer partido de fútbol en la historia de El Salvador, efectuado en la explanada aledaña al Cuartel de la Segunda Brigada, siendo así como los santanecos somos los precursores, pioneros, en la práctica de este popular deporte.
Ese mismo año se fundó el INSA (Instituto Nacional de Santa Ana) y ya se contaba con servicio telefónico, había por supuesto luz eléctrica y, con la bonanza de la caficultura, rubro importante y preponderante en el auge, pujanza y desarrollo no solo de la cabecera, sino de todo el departamento. A los santanecos de ese entonces se les conocía y llamaba "Los Cafetaleros", industria que contaba con uno de los beneficios más grandes y completos no solo del país , sino de Centroamérica, y reconocido a su vez como uno de los de mayor prestigio en el mundo: "Álvarez El Molino".
El nuevo siglo (años 1900) inició con logros de mucha trascendencia para la historia santaneca y salvadoreña: se inauguró el nuevo hospital (1904), el parque deportivo y recreativo de la Finca Modelo (1905), se fundó la primera fábrica cervecera en el Barrio Santa Cruz (La Constancia, en 1906), mismo año en que se colocó la primera piedra para la construcción de la majestuosa catedral. Cuatro años después (1910), el Centro Histórico Santaneco se engalanó aún más con la imponente estructura del Teatro Nacional, que configuró el contorno junto a otras edificaciones relevantes como el Palacio Municipal y el Casino, impresionante marco para darle a la ciudad el carisma de grandeza con una espectacular arquitectura colonial.
Santa Ana también ha sido origen de otras instituciones sobresalientes y de gran repercusión en el ámbito local y nacional. Aquí han nacido destacados atletas y deportistas, han sobresalido poetas, artistas, escritores, pedagogos, etc. Muchos han puesto muy en alto el nombre de la ciudad y de todo el país en diferentes rubros a través del tiempo y del devenir de la historia.
Por todo eso y más… Mi Santa Ana, Santa Ana mía… ¡Yo no te olvido ni un solo día!
Ciudadano santaneco

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