El porcentaje de centenarios es el mismo en toda época

El porcentaje de centenarios en pueblos con una medida de orden en sus costumbres tiende a ser el mismo en todas las épocas, como los hubo en la antigua Mesopotamia, en Egipto, en Grecia y Roma y hasta en las edades oscuras del Bajo Medioevo entre la caída del Primer Imperio a finales del Siglo Décimo y principios del Renacimiento, cuando Europa, China y las culturas americanas arraigaron bien y no se desangraron unas a otras en guerras e incursiones.

En el Génesis bíblico, con muchos símbolos, alegorías e historias fantásticas que expertos y ciencia aún no terminan de comprobar, se hace un recuento de personas que viven ciento cincuenta, quinientos y, en el caso Matusalén, casi mil años, lo que es motivo de burla en el Candido de Voltaire, cuyo personaje principal "apenas vive mil años" y está dotado de una inmensa fuerza comparable a la de las hormigas, que tranquilamente cargan hojas e insectos muertos, además de levantar piedras muchas veces más pesadas que ellas mismas, lo que en el mundo de los insectos, las abejas, las cucarachas y otros bichos es "muy normal".

La historia más controversial pero a la vez conmovedora es cuando Abraham, probablemente de 115 años, se dispone a sacrificar a su primogénito Isaac, de 15, lo que el mismo Yahvé Dios detiene y además suministra un cordero para sustituirlo como ofrenda para el sacrificio, que pretendía probar la fe de Abraham y anticipar la redención del mundo por Cristo en la cruz: Dios detuvo el sacrificio de Isaac, pero no el de Cristo, según los teólogos.

De acuerdo con el Buen Libro, “para Dios, mil años son como un día, y un día como mil años…”. De ahí se explica la Creación en simbólicamente en días, pero realmente en miles y millones de años.

En los tiempos modernos se cuentan personajes que sobrepasaron los cien años, como la francesa Jeanne Calment (1875–1997), quien se registra que vivió 122 años y llegó a tener el récord mundial de longevidad humana; el polaco Jozef Kowalski (1900–2013) llegó a vivir 113 años y el especialista financiero Irving Kahn llegó a tener 109; el químico estadunidense Ray Crist (1900–2005) vivió 105 años y estuvo activo en la profesión hasta los 104. El legendario actor Kirk Douglas vivió hasta los 103 años; la pianista checoslovaca y sobreviviente del Holocausto, Alice Herz-Sommer (1903–2014), llegó a los 110. El banquero y multimillonario David Rockefeller (1915–2017) llegó a los 101 años.

Lo que la ciencia contemporánea ha establecido es que "el envejecimiento" es una enfermedad, lo que malas costumbres, el alcohol, el trabajo, la falta de ejercicio, etcétera, exacerban.

Es muy difícil que una población que pasa hambre, no se vacuna, no se ocupa de cuidar su cuerpo, etcétera, va a tener muchos longevos, a lo que se suma el hecho de que hay varios puntos "muy peligrosos" en tal sentido: los sesenta, los setenta, los ochenta y siete/nueve años donde tantos dejan este Valle de Lágrimas...

Se cuenta que los hijos de Sofocles, el gran genio dramaturgo griego, querían declararlo senil para hacerse con sus bienes, pero el anciano recito nuevos versos ante el jurado y se libró del intento.

La lección esencial es que "dejar de pensar", de actuar, de ser partícipe en la vida de una comunidad, es una de las fórmulas para irse de este mundo antes de tiempo, a lo que se agrega la importancia de cuidar su hogar, su familia, sus niños....

Las pocas notas del pentagrama bastan para infinitas creaciones

El ADN tiene potencial para hacer tantas variantes en la constitución de los seres humanos como estrellas hay en el cielo, un número casi infinito, lo que explica que nazcan personas robustas, débiles, altas, feas o muy, muy feas, guapas, hermosas, débiles, altas, gordas, muy delgadas, inteligentísimas, limitadas, disparatadas…

Los hermanos suelen parecerse entre sí, aunque no es siempre el caso, como puede darse un criminal cuyo hermano sea un santo; el segundo jerarca de los nazis después de Hitler tuvo un hermano bueno y pacífico que no participó sino más bien censuró los excesos

horribles del nazismo...Si las pocas notas del pentagrama son capaces de variantes musicales infinitas, los seres humanos también muestran ese inmenso potencial…