Los grandes atletas pueden sufrir dolorosos efectos
El mundo recuerda a la estrella del boxeo Mohamed Ali, que llegó a padecer del mal de Párkinson, en gran medida, según especialistas, acelerado por los golpes que recibía en la cabeza.
No fue hasta un tiempo después —por habernos ausentado de nuestro país— cuando nos enteramos de la muerte de Napoleón Hasbún, un apreciado amigo que en su momento fue posiblemente el hombre más fuerte de la región, un consumado atleta, ganador de concursos y que era capaz de quebrar con sus dos manos un voluminoso ejemplar de los antiguos directorios telefónicos de Estados Unidos, una proeza de la que muy pocos eran capaces.
Napoleón y sus hermanos fundaron y manejan el Almacén Montecarlo, un establecimiento especializado en ropa masculina de muy buena clase, cortes elegantes que siempre ofrecen calidad y un medido vanguardismo.
En una ocasión, Napoleón nos narró las consecuencias de sus proezas de juventud, lo que el tiempo va cobrando a una mayoría de atletas, como se está descubriendo con los jugadores de fútbol estadounidense que, tras años de embestir a jugadores contrarios con cuerpo y cabeza, sufren con gran frecuencia de locura, pérdida de memoria, muertes relativamente tempranas.
Napoleón contaba de los dolores en su espalda y nuca, dificultades para moverse, dormir, otra serie de pequeñas o mayores inconvenientes, lo que es explicable cuando se piensa en los grandes pesos que levantaba con asombrosa agilidad...
Un gran atleta que dejó una estrella a nuestro país, como todos aquellos que han destacado en muchos deportes gracias a su disciplina, constante entrenamiento, cuidado con sus comidas y hábitos, rechazo de vicios... o como muchos lo resumen: nada de alcohol, nada de tabaquismo, nada de indisciplina, recordando que "mente sana en cuerpo sano" y, a la inversa, "cuerpo sano es el fundamento de una mente sana"...
Los griegos clásicos cumplían esencialmente con la norma de "nada en exceso", la que, empero, no se aplicaba a sus atletas que se esforzaban en toda forma para competir en los juegos olímpicos.
El mundo recuerda a la estrella del boxeo Mohamed Ali, que llegó a padecer del mal de Párkinson, en gran medida, según especialistas, acelerado por los golpes que recibía en la cabeza. El mismo Ali calculó que le habían dado cerca de 29,000 golpes en la cabeza a lo largo de su carrera en la que tuvo 61 combates profesionales hasta 1984 e incluso se quitaba los protectores para pelear y demostrar su resistencia.
Otros deportistas famosos que cayeron víctimas de los golpes que recibieron son Junior Seau, estrella de la NFL, que llegó a padecer encefalopatía traumática crónica por golpes repetidos en la cabeza y suicido en 2012; Chris Benoit, luchador profesional, cuyo cerebro mostró daño severo comparable al de un anciano con Alzheimer avanzado; Dave Duerson, también exjugador de fútbol americano, fue víctima de encefalopatía.
Los otros extremos tampoco son buenos: no ejercitarse, no vacunarse y beber en exceso…
En la antigua Grecia, para los Juegos Olímpicos, los jóvenes iban desnudos, no así las muchachas, pese a lo cual la mujer de Pericles, el gran estadista que hizo de Atenas un centro de civilización, construyó el Partenón y la Acrópolis y dejó un legado fulgurante para la humanidad, se bañaba desnuda en el mar una vez al año, ocasión cuando "toda Atenas" se congregaba frente a la playa...
La mayoría de personas o se ocupa muy poco de su cuerpo y su salud, por lo que sufre más tarde las consecuencias, o hace algo para estar bien, pese a que "pasarse frente a una pantalla", fumar y echarse tragos en exceso mina la salud. A esto se agrega el hecho de que nuestro país es uno de los que más consumo de alcohol tienen per cápita en la región, mientras, por otro lado y a causa de las ocurrencias cuyo origen conocemos, muchas personas y familias con gran frecuencia apenas consiguen comer algo al final del día. Esta tragedia afecta sobremanera a nuestros niños, que ya no se benefician de campañas de vacunación como antes, lo que por desgracia está sucediendo en Estados Unidos a causa del nombramiento de Robert Kennedy Jr. como ministro de salud, un sujeto que como tantos por desgracia sostienen que las vacunas no llenan ninguna función, lo que su misma prima hermana, la hija del expresidente John F. Kennedy, dice que es disparatado, un absurdo total…

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