La “gran y hermosa ley” de Trump aumentará la desigualdad social
Con su habitual estilo grandilocuente, el presidente Donald Trump firmó su “gran y hermoso” proyecto de ley de impuestos y gastos el pasado 4 de julio, día de la independencia de Estados Unidos.
Trump lo considera un paso decisivo para cumplir su promesa de traer una “edad de oro” a la nación. Pero la manera en que el megaproyecto recién aprobado afectará a la mayoría de los estadounidenses no concuerda con las promesas de prosperidad generalizada que el mandatario ha anunciado con su conocida ampulosidad.
Millones de personas de escasos recursos que reciben cuidados médicos bajo el programa estatal Medicaid pueden perder prestaciones o quedar fuera del programa. Muchos estadounidenses entre 19 y 64 años que están inscritos en Medicaid tendrían que trabajar, asistir a una escuela, hacer labores voluntarias o recibir capacitación laboral por lo menos 80 horas al mes. Muchas de esas personas son discapacitadas, o viven en zonas donde los empleos son escasos o precarios.
Los inscritos en el programa de salud tendrían que pasar por revisiones más frecuentes de su cumplimiento de los requisitos para participar. Y como el gobierno federal asignará menos fondos a Medicaid, es posible que en varios estados se eliminen o se reduzcan prestaciones, y que sea más difícil inscribirse en el programa.
Muchos estadounidenses de bajos ingresos que reciben cupones del Estado para ayudarlos a comprar alimentos tendrían que trabajar para mantener sus prestaciones. Esta imposición se basa en el prejuicio, arraigado entre muchos conservadores norteamericanos, de que muchas personas son pobres porque no quieren buscar trabajo. Lo cual es falso: la realidad es que el disparado costo de la vida en Estados Unidos ha puesto a un gran número de individuos y familias que laboran en empleos mal pagados por debajo del umbral de pobreza. Sin la ayuda estatal, estas personas, aun cuando trabajan, podrían sufrir hambre o, como se dice eufemísticamente, insuficiencia alimentaria, e incluso podrían verse en situación de calle.
Otra consecuencia de la nueva medida es que las personas que reciben atención a través de planes de seguros médicos bajo la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio –conocida popularmente como Obamacare porque se promulgó durante el gobierno de Barack Obama– podrían afrontar más dificultades para inscribirse en esos seguros y recibir subsidios del gobierno federal para pagar las primas. Millones de personas podrían perder su cobertura de Obamacare.
Estudiar en la universidad, que en Estados Unidos es muy costosa, sería aún más difícil con el “gran y hermoso proyecto de ley” de Trump. Se fijarían nuevos límites para el dinero que los estudiantes pueden pedir prestado para costear la matrícula, y que deben pagar después con intereses, frecuentemente durante muchos años. Las nuevas limitaciones excluirían de la educación superior a muchos jóvenes de bajos recursos, con el consiguiente aumento de la desigualdad social.
Y hablando de desigualdad, las disposiciones fiscales de la ley benefician más a los estadounidenses acaudalados que a los de menos ingresos. Todos los hogares verán una reducción de impuestos, pero esa reducción está muy lejos de ser equitativa. Los que ganan más de 217.000 dólares al año (el 20 por ciento de la población) tendrán una reducción tributaria promedio de 12.500 dólares, el 3,4 por ciento de sus ingresos después de impuestos, en 2026.
Entretanto, los hogares de ingresos medios pagarán en promedio unos 1.800 menos en impuestos (el 2,3 por ciento de sus ingresos). Y los que ganan 35.000 dólares anuales o menos, recibirán una reducción de solo 150 dólares, menos del 1 por ciento de sus ingresos. Ese ahorro insignificante estaría contrarrestado negativamente por los recortes en los planes de salud y los programas sociales de ayuda, que elevarán el costo de la vida y que menguarán todavía más el reducido presupuesto de los que ganan menos.
En otras palabras, la “gran y hermosa ley” hará más ricos a los ricos, y más pobres a los pobres. ¿Esa es la edad de oro que Trump ha proclamado?
Andrés Hernández Alende es un escritor y periodista radicado en Miami. Sus novelas más recientes son El ocaso y La espada macedonia, publicadas por Mundiediciones. También ha publicado el ensayo Biden y el legado de Trump con Mundiediciones y el ensayo Una plaga del siglo XXI, sobre la pandemia del COVID-19.

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