Leyenda de la Máscara Que Reía
Personaje: "Quité de mi rostro la máscara de mi risa pero... ¡La máscara y la risa seguían ahí, pero con lágrimas en sus ojos!" Somos la civilización enmascarada o -lo que es igual- “mascarada” de la civilización. La “mascarada” es la tradicional comparsa del viejo, alegre y farsante “carnevale” (carnaval) del mundo. Celebración pagana donde cada quien llevaba su máscara de piel, cuero o látex. Representando lo bello y lo horrible; la bondad y la perversidad; la tristeza y la felicidad; la verdad y la mentira. Usualmente la máscara del poder o el poder de la máscara. En nuestros tiempos el carnaval se inicia el “miércoles de ceniza” antes de la cuaresma cristiana. Rememora el antiguo festival donde los participantes se escondían tras disfraces. Algunos personajes simbolizaban la fertilidad y otros las fuerzas del mal. La mascarada inició como una festiva diversión cortesana en Europa entre el siglo XVI y principios del XVIII, dando inicio en Italia. Surgió como el eco de las saturnales romanas en honor a Baco, dios del vino. “La vida es un carnaval” -diríamos- porque el mundo sigue usando máscaras desde tiempos remotos no sólo en el tradicional festejo sino en la vida real. Ya sea en el amor, el poder, en el fraude o la escena diaria. La siguiente leyenda se interna en el alma de “Mascarada”, un célebre y sombrío actor de un antiguo circo errante. (I) de: “La Máscara que Reía.” ©

CONTENIDO DE ARCHIVO: