Circus Contemporaneum te cuenta por qué "El lobo no era tan feroz"
El clásico cuento de "Caperucita Roja" se reinventa con humor, sensibilidad y una poderosa reflexión sobre los prejuicios, en la puesta en escena "La verdadera historia del Lobo Feroz", este 22, 23 y 24 de junio.
La infancia no solo es un terreno fértil para la imaginación, también lo es para la empatía, la sensibilidad y el cuestionamiento de verdades heredadas.
Eso es precisamente lo que propone "La verdadera historia del lobo feroz", la más reciente creación de la compañía Circus Contemporaneum, que reimagina el clásico cuento de "Caperucita Roja" desde la mirada curiosa e inocente de dos niñas que deciden reescribir la historia.
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La obra se presenta este 22 de junio, a las 4:00 PM, en La Carpa Escénica -ubicado en la 3a. calle poniente, Lomas Verdes, colonia Escalón #5379-, Artistique Studio by Miss Mauxy-, un espacio alternativo que apuesta por nuevos formatos de encuentro con el público. Entrada general: $10.
Asimismo, el espectáculo se traslada al Auditorio Ignacio Ellacuría de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), con funciones el 23 y 24 de junio, a las 10:00 AM. Entrada general: $10 y estudiantes con carnet $5. Más información en el 7471-7008.
Detrás de esta propuesta están los codirectores y codramaturgos Pechán Osorio y Abril Beato, quienes unieron sus experiencias para dar vida a un montaje pensado para niños mayores de seis años y para toda la familia. “Queríamos una obra que hablara de valores sin ser aleccionadora, que mostrara cómo el juego puede ser una poderosa herramienta para cuestionar lo que creemos saber”, explica Osorio.
La historia gira en torno a Olivia y Violeta -interpretadas por las actrices Gabriela Centeno y Mauxy Rivas-, dos amigas que, jugando en el patio de una casa, se topan con la versión tradicional del cuento del Lobo Feroz.
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Pero algo no les cuadra: ¿por qué el lobo siempre es el malo? ¿Y si solo estuviera buscando pertenecer a una manada? A través de su imaginación, reinventan la historia: el lobo es ahora un personaje sensible y torpe, más solitario que feroz; la abuela, una aventurera sabia; y Caperucita, una niña valiente con sed de conocimiento.
La propuesta escénica combina humor, música, vestuarios dinámicos y una narrativa ágil que transforma al espectador en un participante activo.

“Trabajamos mucho con la corporalidad, el cambio de personajes y la esencia del teatro popular. Es una obra que toca el corazón sin perder la risa”, señala Abril Beato, quien se integró al proceso creativo tras su llegada a El Salvador con motivo del Festival Nómada.
Para Mauxy Rivas, "uno de los retos más grandes fueron los cambios de personajes. Fue un gran reto entender los cambios y en que momento hacerlos sin abandonar el personaje anterior, modificar la voz, la corporalidad y la complicidad con el público. A pesar de que fuera complicado, lo disfruto muchísimo".
Gabriela Centeno, por su parte, destaca que la historia "muestra que las diferencias entre seres son una posibilidad para generar amistades hermosas".
"Disfrutamos mucho esta pieza junto con Gaby Centeno, es una actriz espectacular y la admiro muchísimo y en esta ocasión trabajar juntas en esta obra es mágico y divertidísimo"
Mauxy Rivas, actriz.
La obra tiene una duración de 40 minutos y está concebida como una experiencia inmersiva. “No solo es teatro para niños, es teatro con los niños y desde su universo. Es una manera de hacerlos sentir vistos y escuchados”, añade Beato.
Vale destacar que Centeno también participó en el diseño de vestuario y escenografía. La producción general corre a cargo de Circus Contemporaneum, una compañía salvadoreña con más de 15 años de trayectoria en las artes escénicas.


Especializados en espectáculos familiares que fusionan teatro, danza y artes circenses, su trabajo busca fomentar desde temprana edad la sensibilidad artística y cultural.
“La verdadera historia del lobo feroz” no solo plantea una reinterpretación de un cuento clásico, sino que invita a niños y adultos a mirar el mundo con ternura, a cuestionar prejuicios y a entender que todos merecemos una segunda oportunidad, incluso el lobo.
(Artículo elaborado con asistencia de IA)

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