Encuentran diamantes dentro de un ladrón
No es raro oír decir que hasta el más malvado, ruin y deleznable ser humano lleva dentro de sí algo valioso, bueno y hermoso. Sólo basta que el amor o la buena fortuna abran su alma para que surjan de él cosas bellas e ignoradas riquezas. (Como quien abre con la llave un viejo y herrumbroso baúl, olvidado en algún oscuro diván oscuro de la existencia). Recuerdo el caso de un vulgar y famoso ladrón que murió en una autopista cualquiera. Al realizar la autopsia del cadáver, encontraron dentro un montón de diamantes que éste había tragado durante un robo antes de morir atropellado. Al observar este revelador caso nos preguntamos ante el drama cotidiano de la pobreza e inmoralidad del mundo circundante: ¿Cuántas perlas y valiosos diamantes hay dentro de cualquier vulgar o desconocido ser humano sin saberlo? El referido caso del ladrón de diamantes nos ejemplifica simbólicamente la a veces ignorada riqueza interior del ser humano. Por muy bajo que hubiera caído este raptor de gemas, dentro de sí había algo muy valioso. Más allá de los diamantes llevaría consigo las riquezas que nunca lograron salir a flote ni hacia los demás. En resumen, su drama nos ilustra en forma figurada las virtudes, perlas y diamantes que todo ser humano lleva consigo. Algunas veces sin salir a la luz ni llegar a realizarse, pero potencialmente dentro de sí mismo. Moraleja: Antes que un golpe de la existencia delate esa fortuna interior, debemos darla y exteriorizar a la vida.

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