Derechos humanos y periodismo bajo ataque
Más que un informe de labores, el discurso fue un ataque férreo a los promotores de derechos humanos, a los organismos internacionales, a la sociedad civil organizada, a los periodistas y a los medios de comunicación, los nuevos enemigos del régimen
Realizamos un análisis del discurso del 1º de junio, en el sexto aniversario del presidente Bukele, para comprender su visión sobre derechos humanos, el periodismo y otros temas tratados; encontramos dieciséis citas polémicas que requieren un análisis. Más que un informe de labores, el discurso fue un ataque férreo a los promotores de derechos humanos, a los organismos internacionales, a la sociedad civil organizada, a los periodistas y a los medios de comunicación, los nuevos enemigos del régimen. Los entrecomillados son del presidente y los comentarios son la interpretación del mensaje.
Administrando el miedo
"Los gobiernos meros administradores de ese miedo"; antes era el miedo a las pandillas, ahora el miedo a las fuerzas de seguridad, miedo al estado de excepción y a una justicia disfrazada de venganza que no sigue el debido proceso. El miedo sigue presente, empresarios, maestros, médicos, analistas que no se atreven a hablar por temor. Están disciplinando a la sociedad para callar. Se sigue administrando el miedo. En la encuesta del IUDOP-UCA de junio de 2024 se señala que 60 de cada 100 ciudadanos manifiestan sentir temor de expresar opiniones sobre política.
Una versión distorsionada
"Se dan cuenta que democracia, institucionalidad, transparencia, derechos humanos, estado de derecho, suenan bien, son grandes ideales en realidad, pero son términos que en la realidad solo se usan para mantenernos sometidos". Una versión bastante distorsionada de los ideales que deberían regir la vida democrática y las repúblicas. Esto es postverdad pura y dura: ideales perversos de sometimiento. El título II del Capítulo I de la Constitución de la República explica muy bien cómo se deben interpretar los derechos y garantías fundamentales de la persona.
La agenda globalista
"A los que manejan estas grandes agendas globalistas, no les interesan ni la democracia ni nada de los otros términos. Ellos ni siquiera son democráticos. No les interesa el estado de derecho. No les interesan los derechos humanos ni la transparencia. Pero sí les interesa instrumentalizar esos términos. Les interesa que nuestros países vivan de acuerdo a sus reglas. Reglas que además no sirven". La agenda globalista es un recurso discursivo muy común en los líderes populistas; si existen movimientos y minorías que luchan pos sus intereses –LGBTIQ, aborto, migrantes, feministas, etcétera- por no hay un ente supra que dirige una agenda globalista, eso es una falacia; al menos la ONU –PNUD, UNICEF, UNESCO, UNPFA, etcétera- impulsa ideas relacionadas con los Derechos Humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible –fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, etcétera- que para los modelos conservadores son ahora obstáculos y estorban.
Régimen de excepción ad infinitum
"Cuando comenzó el régimen de excepción, ustedes se recuerdan que decían que habíamos puesto cuotas a la policía de arrestos. Eso dicen todos estos medios, la oposición, las ONGs, las organizaciones de derechos humanos, nos acusan de que les exigimos a los agentes de las policías cuotas de arrestos. Pues en esas cuotas de arrestos que dicen ellos, arrestamos a un pandillero". Las cuotas aparecieron en muchas denuncias, y la palabra "excepción" se ha hecho una norma permanente y una política que limita los derechos civiles. Esto no debería ser normal ni permanente. Pero parece que además de pandilleros hay un margen de "errores colaterales" reconocidos un 8 o 10%, ¿Qué son 7,000 u 8,000 inocentes presos…? La palabra "excepción" no debería requerir demasiada discusión, y debe haber otros métodos más civilizados para establecer la seguridad de una nación.
Cuando el sistema carcelario falla
"El pandillero era menor de edad, no estaba tatuado, no tenía ningún tatuaje, no tenía antecedentes penales, era menor de edad y sabíamos que era pandillero por las investigaciones de la policía, nada más. (…). Bueno, nuestro sistema judicial aún en forma, decidió darle 2 años de detención en una correccional de menores. Pasaron 2 años, como fue capturado al inicio del régimen de excepción en el 2022, salió libre el en el 2024. Pues hace 4 días, el 28 de mayo de este año, un año después de haber salido libre, asesinó a un ex cabo de la policía en Tacuba. (…) Lo teníamos en custodia. (…) Pero por cumplir los tratados internacionales y las reglas que nos imponen de derechos humanos, ese homicidio es culpa del Estado. Porque nosotros debimos haber garantizado que ese pandillero se pudriera en la cárcel. Lo dejamos salir por cumplir tratados y hoy una familia está de luto y un salvadoreño más está asesinado". En esta narración es evidente el fracaso de un sistema carcelario que lejos de reeducar permite que un menor de edad se transforme en un criminal más sofisticado. Hay que tomar nota: El menor no tenía antecedentes. Y sí es culpa del Estado, no por cumplir tratados internacionales, sino por un sistema carcelario deficiente y deshumanizante.
Perdonar criminales
"En la vida real, perdonar al criminal es condenar a las víctimas. Sigan gritando, libérenlos ya. Ya los escuchamos y ya sabemos el resultado de eso". Ciertamente no es bueno perdonar liberar criminales o pandilleros de modo selectivo o por intereses particulares, menos sacarlos del país custodiados con apoyo del Estado, y después arrepentirse…; pueden ser una amenaza cuando se les ocurre contar la historia a los periodistas.
La justicia como venganza
"Así que no lo vamos a liberar ya ni nunca". Las palabras de un mandatario por encima de cualquier ley o sistema judicial, transforma la justicia en venganza, sobre todo en un país que no hay cadena perpetua, en donde el sistema de justicia es defectuoso y está sometido al Ejecutivo. Más allá de gritar "nunca", lo importante es seguir el debido proceso.
Los organismos internacionales
"Tristemente somos testigos de cómo países hermanos nuestros todavía creen en estos organismos internacionales. Todavía creen en estos tratados que supuestamente es para ayudarnos a nuestros derechos humanos". Así comienza una narrativa de post verdad contra los organismos internacionales, no hay que creer en ellos son malos, ¿cuáles? Queda a libre albedrío la interpretación; y hay organismos internacionales que han ayudado mucho a El Salvador en educación, salud, vivienda, empleo, etcétera.
Confundir democracia con popularidad
"Cuando ven los resultados de nuestras elecciones libres, cuando ven las encuestas, cuando ven nuestros niveles de aprobación, dicen, 'Ah, es que los salvadoreños están manipulados' . 'A los que nos están escuchando en otros países, que yo sé que son un número considerable, imagínense si alguien de otro país, que ni siquiera conoce su país, les dijera que su opinión en su propio país no vale, porque usted está manipulado". La confusión es evidente, popularidad o encuestas es sinónimo de democracia, un error muy grave de un estadista que se encamina en una deriva poco convencional y con una maquinaria de propaganda digital sin precedentes y en reserva.
Democracia más allá de la democracia
"Algunos críticos internacionales, ya han escuchado esto también, me imagino, dicen que le quitamos a los salvadoreños la democracia para darle la seguridad". En una verdadera democracia, la seguridad está garantizada, y una seguridad integral que no solo implica una respuesta frente a la criminalidad sino también la seguridad jurídica.
Derechos humanos y libertad de expresión
"Las supuestas organizaciones de derechos humanos que defienden a asesinos que alguna vez masacraron a nuestra gente. Los medios tradicionales despliegan a activistas disfrazados de periodistas para difundir mentiras y a eso le llaman libertad de prensa". Una vez más derechos humanos es sinónimo de defender asesinos, pero además define que los medios son activistas disfrazados de periodismo, una alta intolerancia a la crítica, cuando los medios en el pasado han cumplido esta misión.
¿Cuáles pruebas…?
"Medios tradicionales, internacionales y locales, ONGs, organizaciones de derechos hermanos, instituciones internacionales, todos, porque estados al unísono, golpeando con los mismos temas. Pero los años de engaño ya les pasaron factura a ellos y la gente ya no les cree nada. Ellos tienen palabras elegantes, rimbombantes, como diríamos los salvadoreños, pero nosotros tenemos las pruebas". ¿A qué pruebas se referirá el presidente?, ¿pruebas de qué?; ya demasiados medios nacionales e internacionales analizan los hechos de capturas y procedimientos irregulares; al parecer hay otras pruebas que no ve el presidente. Por si fuera poco, por ejemplo, la inoperancia del IAIP, la cantidad de información reservada o la promesa de la CICIES rubrican que el engaño continúa.
Sin cuidado que le llamen dictador
"Pese a los resultados extraordinarios, han mentido todo lo que han querido sobre nuestras medidas de seguridad. Nos han llamado de todo. A mí en lo personal me han dicho dictador en todos los medios que han querido y podido. Desde los panfletos salvadoreños hasta los panfletos internacionales, los más prestigiosos. ¿Saben qué? Me tienen sin cuidado que me crean dictador". Cuando se actúa por encima de los marcos legales y no se respeta los derechos humanos, efectivamente, un mandatario se comienza a parecer a un dictador, aunque sea muy popular y gane elecciones. Pero parece que no importa.
Periodistas y medios de comunicación
"Yo creía que el periodista buscaba la objetividad (…). Con el tiempo entendí que en la mayoría de casos realmente no existe, lo que hay son agendas y periodistas que responden a ellas, algunas con más descaro que otros. No hay método periodístico que valga cuando la orden es atacar. (…) Y está bien, es un trabajo, para eso les pagan, está bien". Esta es la visión actual del presidente sobre el periodismo; antes de 2019 felicitaba al periodismo de investigación, ahora que está en el poder los insulta, los humilla y critica; pero eso no ha detenido el quehacer periodístico valiente.
El Club
"Todos estuvieron 15, 20 años lucrándose el estado, pero ahora se pusieron el carnet de perseguido político. Trabajar en una ONG, ahora es sinónimo de impunidad. Ser periodista del club, porque hay periodistas que no los incluyen en el club. Tiene que ser de APES. Ser del club, les permite infringir la ley sin consecuencias". Este "Club" tiene una historia digna de respetar que va más allá de la actual presidencia…; debemos recordar que hay demasiados políticos huyendo o encarcelados gracias a los medios y al Club, políticos sufriendo rabiosamente porque el Club les destapó su corrupción e impunidad. Definitivamente el Club no es el problema…
Los carroñeros y Soros
"Ganan premios, incluso supuestamente prestigiosos, a costa del dolor de la gente. Pero si su negocio es la muerte, al menos digan la verdad. Digan la verdad, el dolor de las mayorías. Si solo se aprovechan del dolor de la gente, eso se llama ser carroñero y tienen todo el derecho a ser carroñeros, pero al menos digan lo que son carroñeros (…). La sangre de nuestro pueblo era su negocio. Se me eriza la piel de pensar que estuvimos a una filtración de un panfleto de Soros de volver a ser un estado fallido". Soros es un clásico, una falacia oficial "Reductio ad Soros", culpable de muchos males en el mundo y en El Salvador; pero ahora, se ha subido el volumen, ya no son chayoteros sino carroñeros los periodistas, calificativos poco diplomáticos y poco racionales para un estadista. Quizá vale la pena aclarar que la mayoría de premios de los periodistas provienen del registro de la crueldad política, del absurdo, de la corrupción y de la deshumanización.
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